El politólogo Sergio Berensztein afirmó que, en relación a la comunidad judía, en los 25 años que se cumplen de la vuelta a la democracia, se destacan dos “hechos trágicos y repudiables” como los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, perpetrados en Buenos Aires durante la década del ’90.
En diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN), Berensztein consideró que ambos atentados dejaron al descubierto que “la Argentina estaba indefensa y que era víctima como país de ataques terroristas vinculados a redes internacionales".
"En algún sentido (los atentados) fueron un aporte porque alarmó a la Argentina y se puso de manifiesto no sólo la indefensión, sino también la dificultad de la Justicia para investigar estos casos. La comunidad judía le ayudó a la Argentina a exponerse, a verse a sí misma, como un Estado débil que fracasa en la justicia y la seguridad y con un sistema político cómplice de esos fracasos", enfatizó Berensztein.
Por otra parte, el politólogo describió a AJN "luces y sombras" de esta etapa y señaló que la característica principal en términos positivos es que "aunque parezca mentira, es la primera vez que el país puede experimentar 25 años continuos de democracia, con elecciones libres y con sufragio universal", entre otras cualidades.
Además, destacó que "el país casi milagrosamente pudo evitar regresar a la violencia política, después de la experiencia traumática de la década del ‘70" aunque remarcó que hubo algunas excepciones en este período como "el asalto a La Tablada, algunos golpes de Estado en la época de (el ex presidente Raúl) Alfonsín, la explosión de Río Tercero y los atentados terroristas, aunque no corresponden a la misma terminología".
Otros aspectos resaltados por Berensztein fueron que "se pudo construir un área de seguridad, que tiene más que ver con la interacción de los países en la región" y además, que hoy en la Argentina "hay un mayor cumplimiento de los derechos humanos fundamentales" y que en el país "eso es revolucionario".
El analista señaló como positivo que "en estos 25 años, hubo una explosión de organizaciones de la sociedad civil de diferentes características, objetivos y tamaños" y que esto "pone de manifiesto que se está frente a una acumulación de capital social significativa".
Por el contrario, el politólogo señaló que "la sombra" más importante es que "institucionalmente, la Argentina sigue siendo un país muy débil, en los niveles de respeto a la letra y espíritu de la constitución, al imperio y gobierno de la ley, a los contratos y a la propiedad privada, en eso no sea implementado prácticamente ningún avance".
Berensztein explicó también que es un país que "aún no tiene un aparato estatal con los recursos humanos, tecnológicos, con nivel de capacidad y autonomía para brindar los bienes públicos y esenciales que demanda la ciudadanía, en particular la Justicia, la seguridad, la educación, la salud, la infraestructura y el medio ambiente".
“Estas son cosas que tienen que estar garantizadas por el Estado y el Estado no lo hace y no se preocupa demasiado", afirmó.
Además, Berensztein señaló que otro aspecto negativo es que "si bien tenemos democracia, es una democracia electora, que se basa en votar cada dos o cuatro años”.
“Pero la democracia –agregó- debe involucrar también múltiples mecanismos de participación y de liberación ciudadana. Acá eso funciona muy mal o no funciona".
El politólogo explicó también que "el país sigue estancado en cuanto al desarrollo" y que además “ha fracasado en desarrollar una política exterior coherente, una política de Estado, que independientemente de las administraciones, platee objetivos estratégicos y los desarrolle a lo largo del tiempo".
Berensztein describió cuatro enigmas en la Argentina al cumplirse 25 años de la llegada de la democracia: por un lado, "si es posible sostener estos niveles de democracia electoral por mucho tiempo sin sufrir reversiones hacia un sistema más autoritario o progresos importantes, hacia un sistema más democrático en serio", porque "difícilmente se quede estancado en estos niveles por mucho tiempo".
Además, en cuanto a la economía, se preguntó cómo se responderá a la crisis económica, en relación a que la Argentina se acercó en los últimos tiempos al modelo "autárquico, aislado del mundo y con un control creciente por parte del Estado" como es el caso de Venezuela, Ecuador, Nicaragua o Bolivia.
Por último, Berensztein se preguntó "qué tipo de vinculación internacional puede tener un país con estas características" ya que con esa postura "se queda aislado de los países más prósperos, democráticos e igualitarios de la Tierra".
JR-GB