Ricardo Forster dialogó con esta agencia sobre el 25º aniversario de la democracia en la Argentina y dijo que durante este período “la vida política y cultural se ha empobrecido enormemente como le pasó culturalmente a los sectores medios, del cual el mundo judío es muy representativo”.
En su crítica destacó como los hechos más relevantes de este período histórico “el juicio y condena a las juntas, la hiperinflación, la transformación en los `90 del vacío de contenido social y su consecuente modelo desigual de sociedad” y recordó especialmente a “los dos peores atentados (Embajada de Israel y AMIA) y la sensación de complicidad, de impunidad y vergüenza por la conducta de cierta dirigencia comunitaria”.
El integrante del “Grupo Carta Abierta”, tuvo duras críticas hacia el rol de la comunidad judía durante este proceso de redemocratización y señaló que  “la estructura organizada de la comunidad no acompañó internamente una profunda renovación de sus mecanismos de representación y no estuvo a la altura de lo que la democracia argentina le exige a los representantes de la comunidad judía, habilitando nuevas formas de participación y generando condiciones para transformar estructuras anacrónicas”, sostuvo el intelectual.
Asimismo agregó que en la comunidad Judeo Argentina “los años 90 fueron nefastos, se transformaron en los años de los banqueros, de las complicidades, de la pérdida de lo mejor de la tradición comunitaria del mundo judeo argentino, que a duras penas intenta recuperarse”.
Sin embargo, y a pesar de sus observaciones, Forster subrayó el nivel de compromiso “con la militancia y la participación social” que tuvieron muchos judíos durante la época del proceso y destacó el significativo dato que habla de un 6 por ciento de desaparecidos de origen judío.
Con una visión optimista respecto del futuro cercano, Forster aludió a la situación de la década del noventa donde “la comunidad no fue una cápsula y compró el menemismo, el neoliberalismo y la banalización cultural” pero destacó que “frente a la caída de los dioses del mercado, es una buena oportunidad para que hacia el interior de la comunidad judía se puedan repensar valores y perspectivas”.
Por último, renovó su esperanza y expresó: “Estamos tratando de salir de los paradigmas de los 90, se está dando la discusión y la batalla en torno a cómo se sale de ellos y creemos que una sociedad es más equitativa cuando existen valores solidarios y comunitarios”.

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