En diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN), Kovadloff expresó que “ninguna democracia puede perfeccionarse si no es a través de un ejercicio continuo de sus posibilidades constitucionales”
“Por más profundas que sean las precariedades que nuestro régimen evidenciadas a lo largo de estos 25 años, sólo pueden ser salvadas mediante la continuidad de la vida constitucional”, afirmó Kovadloff.
El intelectual también recordó que “en estos cinco lustros que han transcurrido, no caben dudas que la democracia no llegó a satisfacer las expectativas que generó su esperado retorno”.
“No llegó a satisfacerla –continuó Kovadloff- porque las instituciones de la república que debían garantizar un funcionamiento menos precario, en términos de equidad, no lograron producirlo”.
El pensador llamó a generar una “reflexión crítica” sobre las “deudas contraídas” por la sociedad argentina en términos del sentido de la vida democrática.
En estos términos, Kovadloff puntualizó que las “deudas pendientes” son el “afianzamiento de las instituciones republicanas, la reconstrucción de partidos políticos como instancia indispensable de la vida democrática, y el funcionamiento más fluido de la vida parlamentaria”.
También destacó “la centralidad de la educación como herramienta fundamental en el afianzamiento de la identidad cívica, la reinserción de Argentina en el mundo contemporáneo en el marco de una globalización que pide más integración y más participación, la necesaria reducción del protagonismo del presidencialismo y una participación cívica más elevada”.
“El desdén por lo político se atenuó en la Argentina a favor de una mayor demanda de participación política”, apuntó Kovadloff que puntualizó, en ese sentido, la movilización “del campo” a las retenciones propuestas –“o impuestas”- por el gobierno. Kovadloff aseguró que el “reencuentro del campo con la ciudad, más allá de lo corporativo, estaría indicando una capacidad de reorganización que debe ser tenida en cuenta”.
Consultado respecto del aporte judío para la reconstrucción democrática, el filósofo explicó que no considera que haya existido un “aporte judío” sino “de personalidades argentinas en las cuales la identidad judía es a veces un elemento fundamental y en otros casos es menos decisivo y pesa más el origen judío”.
Kovadloff aseguró que fue “notable” la participación de intelectuales de origen judío (“mucho más que de identidad judía”) aunque señaló que “en algunos casos” la identidad judía es muy activa en la conformación del perfil intelectual.
“Hoy, la cultura argentina es impensable sin la participación de incontables figuras de origen judío”, manifestó Kovadloff.
Por último, recordó que Marcos Aguinis –que fue secretario de Cultura durante el gobierno de Raúl Alfonsín- así como la escritora Manuela Fingueret, y el poeta Eliahu Toker, y un “número notable” de intelectuales judíos contribuyeron con su trabajo en todos los campos a difundirle a la cultura argentina “este sesgo de pluralismo que la define”.

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