Diferentes organizaciones judías exigieron hoy la renuncia de Max Mosley,  presidente de la FIA (Federación Internacional del Automóvil), luego de que el periódico británico “News of the World” publicara fotografías de un video en el que aparece en una sesión de sexo sadomasoquista con rasgos nazis, en una casa del barrio londinense de Chelsea.
En las fotos Mosley aparece tanto en el rol de detenido como en el de castigador, junto a cinco prostitutas disfrazadas con uniformes a rayas blancas y negras, como los que usaban las prisioneras en el campo de exterminio de Auschwitz.
El escándalo, que le costó 5 mil dólares al dirigente, provocó la condena de algunos organismos judíos de Inglaterra que pidieron su renuncia por considerar al Holocausto un tema especialmente sensible.
“Es un insulto a las millones de víctimas (del nazismo), debe pedir disculpas y alejarse del deporte”, sentenció Stephen Smith, director del Centro del Holocausto de Londres.
Por su parte, Karen Pollock, jefa ejecutiva de la Fundación de Educación sobre el Holocausto, calificó al dirigente de “enfermizo y depravado”.
“Alguien en una posición de influencia necesita ser confiable”, afirmó Pollock.
En tanto, la directora del Consejo Judío para la Igualdad Racial hizo referencia a la historia familiar de Mosley, cuyo padre Oswald fundó la Unión Británica de Fascistas (BUF, por la sigla en inglés) y se casó en la casa de su amigo personal y dirigente nazi Joseph Goebbels.
El inglés de 67 años, casado y con dos hijos, preside la FIA desde 1993 y se
acercó al automovilismo a principios de la década del 70.
Antes, estuvo cerca de ser candidato al Parlamento por el conservador Movimiento por la Unión, partido creado por su padre una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.
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