AJN.- En la noche de ayer, en la sinagoga Beth Torah de Miami se realizo un importante acto con más de 400 asistentes, que contó con la participación de Sara Garfunkel, madre de Alberto Nisman, el diputado Waldo Wolff y el abogado de las hijas del fiscal, Manuel Romero Victorica. Además, estuvieron presentes el cónsul de Argentina en Miami, Marcelo Giusto, el cónsul de Israel y amigos del Colegio Tarbut de la zona de Olivos, Provincia de Buenos Aires, coorganizadores del acto.

El rabino fue el encargado de abrir el acto explicando que a los 30 días de la muerte de Nisman se reunieron en su sinagoga, al igual que cuando se cumplió un año, pidiendo justicia y “con la esperanza puesta en el nuevo gobierno, y en que hay casi una totalidad de la población argentina a la que no se le pasa por la cabeza que el fiscal se suicidó”. Según explicó, la gente se sintió representada en esa necesidad de homenajearlo pero también de pedir justicia.

Luego, fueron los representantes de Argentina quienes tomaron la palabra. “La emoción de tener a la madre, la claridad del pensamiento y la valentía del diputado Wolff, y la experiencia profesional de Victorica hicieron que fuera una noche que superó nuestras expectativas de cómo conmemorar la memoria del fiscal”. Además, destacó el discurso de Sara Garfunkel, que fue conmemorado con un mar de gente que aplaudió de pie. “Fue una forma de decirle `gracias´, de rememorar la vida del fiscal, un grito de apoyo y una forma de pedirle que no baje los brazos”, expresó Rojzman.

“Se dio todo como debía darse. Familia, amigos, políticos, Estado, todos homenajeándolo. Mejor homenaje no me hubiera imaginado”, manifestó orgulloso el rabino y aseguró: “Pudimos trasladar a 4 mil millas de distancia algo que es tan importante para la sociedad civil argentina”.

-¿Qué significó para usted todo este homenaje?
Es un fiscal argentino asesinado en Argentina. Nosotros en Miami tenemos al cónsul que representa al Estado, tenemos a la madre, al diputado Wolff que, más que nadie, hoy toma las riendas en el Congreso sobre este tema, y al abogado defensor de las hijas. Todas las energías del universo confluían en esa noche y en ese momento. Mejor homenaje no se me ocurría. Se dio todo como debía darse, familia, amigos, políticos, Estado, todos homenajeándolo. Me preguntaron si se iba a hacer justicia y yo contesté que parte de la justicia ya se hizo, y es que la sociedad argentina sabe que él solamente trabajó por la verdad. Él tenía un rol que lo cumplió a rajatabla. La causa AMIA era su misión. Hoy hay vientos más positivos en la Justicia.

-¿Qué se pudo llevar el público del encuentro?
Primero, se llevó que, para los argentinos que vivimos afuera, Argentina nos sigue importando cotidianamente. Segundo, que pudimos trasladar a 4 mil millas de distancia algo que es tan importante para la sociedad civil argentina. Tercero, a nivel rabino de la sinagoga, me llena de orgullo poder ofrecer este tipo de actividades a nuestros socios. La causa va a necesitar ayuda de Israel y de Estados unidos, y los argentinos que vivimos en Estados Unidos no nos cansaremos de apoyar esta causa.
-¿Por qué cree que estos hechos se valoran más fuera de Argentina que dentro del país?
Tanto el diputado Wolff como el abogado, personas profesionales y con coraje, describieron en sus discursos a la Argentina anterior como un país en el que era peligroso hablar. Afuera de Argentina, cuando uno toma distancia y tiene varios años, ya no tiene miedo de hablar. En Argentina hasta hace dos años, una persona como Cristina Kirchner podía decir que iba a meter presa a la madre de Alberto Nisman. Recién ahora, con el nuevo gobierno, podemos decir “lo asesinaron”. Cuando uno toma distancia puede mirar a la Argentina desde otra forma. Hay cosas absolutamente intolerables, como que te maten cuando estás haciendo tu trabajo. En cualquier lugar del mundo dirían que esto salió de una película.