Sergio Burstein, miembro de Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA, afirmó hoy que le “da mucho asco” que haya empresarios que “priorizan lo económico y dejan de lado la denuncia que Argentina tiene contra Irán por dos hecho lamentables” como los atentados a la Embajada de Israel y la sede de la AMIA, ocurridos durante la década del ’90 en Buenos Aires.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), Burstein afirmó que al enterarse que las relaciones comerciales con Irán comenzaron a experimentar un boom en los últimos meses, se le mezclaron “muchas sensaciones” por este “lamentable” hecho.
Las relaciones comerciales con Irán, virtualmente congeladas desde que Néstor Kirchner llegó al poder en 2003 tras respaldar la investigación judicial sobre el atentado a la AMIA, comenzaron a experimentar en los últimos meses un verdadero cambio que las ubica en niveles que no se registraban desde antes del ataque terrorista de 1994.
Según informó el diario La Nación, en el primer semestre del año las exportaciones se multiplicaron por cien y convirtieron a Irán en el mejor cliente de la Argentina en Medio Oriente.
Este cambio en las relaciones comerciales se produce cuando está vigente un pedido de captura de la justicia argentina contra importantes ex autoridades iraníes.
“En el acto del 14 aniversario (del atentado a la AMIA), en el discurso señalábamos a países vecinos como Uruguay (que hacían negocios con Irán) y hoy nos llevamos la sorpresa que acá están los miserables que priorizan lo económico a la vida de los seres humanos. El dinero no tiene patria”, afirmó Burstein tras conocer la noticia.
El familiar se preguntó “de qué manera se puede denunciar a Irán si desde Argentina se hacen negocios”
“No sé qué cambió la cosa para llevar adelante el intercambio comercial”, afirmó.
Siempre en diálogo con esta agencia, Burstein reclamó la intervención del gobierno de Cristina Kirchner para “impedir las exportaciones a Irán” hasta que comparezcan los ciudadanos iraníes sospechados de haber participado en el ataque a la mutual judía.
El familiar instó al Ejecutivo nacional a “poner nombre y apellido de estos miserables que priorizan lo económico sobre los seres humanos”.
“Quisiera saber qué responde el gobierno. ¿Que es lo que cambió para que haya intercambio de semejante envergadura?”, insistió Burstein.
Por su parte, Luis Czyzewski, también de Familiares, respaldó lo declarado por Burstein al calificar como “lamentable y asombroso” este fenómeno comercial que vincula a la Argentina con Irán.
“Estamos sorprendidos y mal. Realmente una sorpresa de tono notoriamente desagradable”, subrayó el familiar en declaraciones a la Agencia Judía de Noticias.
Entre enero y junio del año pasado, Irán había importado productos argentinos por 4,88 millones de dólares, cuando a principios de la década del ’90 la compra rondaba los 1000 millones de dólares.
A fines de 2007, Irán decidió levantar las restricciones que pesaban sobre los productos argentinos y desde entonces las exportaciones crecieron hasta un 9850%.
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