La buena convivencia que existe entre judíos y árabes en la ciudad argentina de Rosario quedará plasmada en un monumento que será levantado en poco tiempo.
El presidente de la DAIA local, Rubén Bercovich, elogió el proyecto impulsado por las autoridades comunales y que estará a cargo del artista León Carpman, de 19 años.
En dialogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN), el dirigente expresó que la obra permitirá mostrarle a los jóvenes "que la convivencia es real" y posible.
Bercovich se mostró muy conforme con el monumento y destacó la importancia de su construcción, porque refleja "la historia de confraternidad de dos colectividades que llegaron como inmigrantes y supieron convivir pacíficamente".
La zona de la ciudad de Rosario donde será emplazada la obra agrupa a locales comerciales propiedad de judíos y árabes.
"Es cuando el fundamentalismo pisotea los ideales de fraternidad, que se generan conflictos", aseguró Bercovich, y agregó que los comerciantes conviven como hermanos.
Por su parte, León Carpman, autor del monumento, dijo a AJN que siempre le llamó la atención cómo convivían en ese barrio miembros de ambas comunidades.
A pesar de los conflictos internacionales, "el vinculo entre las colectividades no cambió y se llevan siempre bien", comentó.
La buena relación estará representada en la obra por la segunda letra de alfabeto hebreo (bet) y la segunda del árabe (ba).
La elección de los símbolos se debe al peso del significado de ambos, que en los dos idiomas es similar, explicó Carpman. Y completó: "Las letras remiten a la palabra casa y eso es lo que buscaron estas dos colectividades en nuestro país".
El monumento a la confraternidad de los dos pueblos estará ubicado en el cruce de las calles San Luis y Dorrego, el centro comercial de ambas colectividades.
El proyecto fue impulsado por la Dirección de Diseño e Imagen de la Municipalidad de Rosario, una de las ciudades de la Argentina más habitadas y ubicada a 400 kilómetros de Buenos Aires.
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