AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman, desde Tribunales).- La incertidumbre ante eventuales limitaciones que pudiera alegar el ex jefe de Contrainteligencia de la disuelta Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) Antonio Stiuso para condicionar su futura declaración testimonial en el juicio oral y público por encubrimiento de autores o cómplices del atentado a la AMIA coronaron la breve audiencia de ayer, jueves, en la cual expusieron los ex policías bonaerenses Juan Maisú y Marcelo Albarracín y debutó Néstor Costabel en la presidencia rotativa del Tribunal Oral Federal Nº 2.

Valeria Corbacho, defensora del ex presidente de la DAIA Rubén Beraja, pidió que la Unidad Fiscal de Investigación informe a las partes acerca del escrito que el ex espía habría entregado el miércoles al negarse a declarar y en la cual haría referencia a su situación en otras causas judiciales, según trascendiera en los medios.

En tanto, Santiago Marino Aguirre, abogado de los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, adhirió al planteo porque si la negativa de Stiuso tuviera que ver con un eventual riesgo de autoincriminarse, ello debería tenerse en cuenta para prever lo que vaya a pasar cuando tenga presentarse al debate.

Por su parte, el letrado de la querella de los ex policías bonaerenses, José Manuel Ubeira, insistió con su requisitoria del 25 de febrero, en el sentido de que se cite al testigo a comparecer “ni bien esté ubicable”, para así no tener que enterarse de su situación a través de la prensa.

Costabel respondió que tendrán presentes los planteos e inmediatamente pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo jueves, 17 de marzo, cuando en coincidencia con el 24º aniversario del atentado a la Embajada de Israel declararán las máximas referentes de Memoria Activa, Adriana Reisfeld y Diana Malamud.

Previamente comparecieron los dos ex subordinados del entonces subcomisario Juan José Ribelli en la Brigada de Investigaciones de Lanús y la División Sustracción de Automotores de Vicente López.

Maisú denunció que el ex comisario Luis Vicat, a cargo de un Área Especial de la Policía bonaerense; Marta Parascándalo, abogada de su colega Alejandro Burguete; Federico Domínguez, quien fuera abogado de otros policías y subsecretario de Seguridad provincial en esa época y actualmente preside la Cámara de Casación Penal bonaerense; y hasta la secretaria del destituido juez Juan José Galeano, María Susana Spina, lo presionaron para que declarara contra su superior, imputado por el atentado, y lo vinculara con Telleldín y la Trafic, y que como se negó a hacerlo desde la SIDE lo hostigaron y persiguieron y también a su familia, lo dejaron prescindible de la Policía y finalmente lo detuvieron por delitos comunes entre 2001 y 2003, en una causa de la cual resultó sobreseído al beneficiarse de una nulidad.

Todos le habrían sugerido hacer lo mismo que Burguete, que involucró a Ribelli y enseguida fue liberado y reincorporado al servicio.

“Tengo línea directa con Galeano, no te olvides que trabajé en seguridad bancaria con Beraja”, declaró que se ufanó Vicat, lo cual generó un contrapunto con la defensa del ex líder comunitario, quien lo cuestionó porque nunca había mencionado ése y otros datos en declaraciones previas.

Marino Aguirre incluso puso en duda su veracidad y verosimilitud y sugirió un probable falso testimonio agravado que finalmente no invocó para pedir su detención.

El ex subcomisario explicó que no podía contar todo esto antes porque temía represalias dado el alto cargo que ostentaba Domínguez, un argumento que las defensas desestimaron porque aún lo conserva, si bien Ubeira señaló cuál sería la diferencia: se trata de un juicio oral y público.

Por su parte, Albarracín contó que estuvo detenido durante seis años y tres meses en el marco de la “causa AMIA”, en dos tandas separadas por 55 días, y a pesar de que el juez le habría reconocido que se habían equivocado con él.

Es que los entonces fiscales apelaron su excarcelación y la Cámara Federal les dio la razón.

A diferencia de su ex colega, este testigo negó haber recibido presiones o sugerencias para declarar contra otros imputados.

Albarracín brindó detalles del procedimiento del 4 de abril de 1994, cuando detuvo a Telleldín y su entonces pareja, Sandra Petrucci, por instrucción de su ya fallecido superior, el entonces subcomisario Raúl Ibarra, oportunamente imputado del atentado.