Agencia AJN.- La Agencia AJN entrevistó al principal referente de la delegación hebrea que visitó la Argentina la semana pasada, el coordinador de Innovación del Instituto para la Investigación Biológica de Israel, Dr. Eran Zahavy, quien explicó las particularidades y características de la vacuna BriLife, cómo fue la experiencia de su país y qué expectativas tuvieron de esta visita.

– Estoy muy feliz de haber visitado la Argentina. Llegué en nombre del Instituto Biológico, junto con la gente de Hadassah. En el Instituto Biológico nos dedicamos al desarrollo de la vacuna contra el COVID-19 desde febrero de 2020 y conseguimos impresionantes logros científicos y clínicos: nos encontramos de cara a la finalización de la fase 2 de la vacuna, también con los hospitales Barzilai, de Ashkelón; Assuta, de Ashdod; Rambam, de Haifa; Shiva, de Tel Hashomer; Sourasky (Ichilov), de Tel Aviv; Meir, de Kfar Sava; y Rabin (Beilinson), de Petah Tikva. Verdaderamente, uno de nuestros principales socios en la experimentación clínica son los amigos del hospital Hadassah y por eso me alegró mucho la iniciativa de llegar a este país con ellos y evaluar la posibilidad de asociar a la Argentina a la continuidad del desarrollo de la vacuna en el campo de la implementación de la fase 3 de la experimentación clínica, que requiere muchísima gente y una región pandémica, y también encontrar socios en la industria farmacéutica que puedan proseguir la actividad de esta vacuna desde el punto de vista comercial y de la producción masiva, el desarrollo y la distribución de la vacuna. Al Instituto Biológico le importa mucho que les llegue a todas las personas de la Argentina, Sudamérica y el mundo que la necesiten y quieran porque entendemos, ya que vemos el ejemplo en Israel y otros países, que solo la vacuna los sacará del pozo de esta difícil enfermedad y devolverá a la gente a la vida, el trabajo y el sustento.

– ¿Cuál es la plataforma y composición de la vacuna?

– Es la misma plataforma que Merck utilizó para la vacuna Ervebo (contra el ébola). Se utiliza un vector viral de replicación: un VSV (virus de la estomatitis vesicular) modificado que emula las proteínas de pico (Spike) del COVID.

Eran Zahavy

– ¿Es importante hacer pruebas masivas?

– ¡Claro! La experimentación en fase 3 es crítica. Hasta ahora vemos en los experimentos que hicimos que la receptividad y eficacia de nuestra vacuna es buena, pero por supuesto que la fase 3 es la experimentación crucial, también desde el punto de vista de su seguridad, que es otro aspecto muy importante.

– ¿Por qué el Instituto Biológico es el que se encarga del desarrollo de la vacuna?

– El Instituto Biológico es un ente gubernamental de investigación que se dedica a temas vinculados con la defensa de los ciudadanos de Israel ante amenazas biológicas y químicas. En ese marco, se involucró en el pasado en el asunto de las vacunas: ya en la década de 1950, el profesor Natán Goldblum, del Instituto Biológico, que fue socio de Jonas Salk en la vacuna contra la polio, trajo los conocimientos y la primicia de su producción, y así el Estado de Israel fue el tercer país en el mundo en vacunar a sus niños. Más adelante nos dedicamos al desarrollo de diversas vacunas, no en forma comercial ni de producción masiva, siempre fue en beneficio de pequeñas poblaciones en el Estado de Israel. Tenemos la experiencia, el conocimiento biológico, los mejores expertos de Israel y grandes recursos humanos, y por eso nos sentimos preparados y adecuados para esta misión. Comenzamos de inmediato porque teníamos las herramientas para trabajar en laboratorios biológicos de calidad -no todos tienen- y el apropiado conocimiento virológico, genético y biotecnológico vinculado con el desarrollo de la vacuna. Pero no tenemos la capacidad para hacer una producción masiva, ni grandes experimentaciones clínicas y por eso vamos a diversos lugares, incluida la Argentina, para buscar socios para completar la misión.

– ¿Por qué cree que la gente considera que el trabajo que ustedes realizan es casi tan importante como la vacuna?

– En Israel hay personas con muchos conocimientos y creatividad, y cuando empezó esta epidemia, en todos los campos -académicos, industriales y las instituciones gubernamentales, entre ellas, obviamente, el Instituto Biológico- se inició un muy sofisticado trabajo profesional para lidiar con la enfermedad. Una de las cosas fue el proceso de desarrollo de una vacuna por un camino diferente al del resto -sin entrar en detalles biológicos-, con una muy buena probabilidad de tener éxito. Es relevante que sea diferente porque puede traer distintos aspectos. Los recursos humanos son muy importantes: la creatividad, la iniciativa, el pensamiento y el trabajo son las principales cosas que traen logros. No son los dispositivos, son las personas.

Eran Zahavy junto a Daniel Berliner, director de la Agencia AJN, durante un almuerzo organizado por la DAIA en Puerto Madero

– ¿Qué sienten cuando todo el mundo ve al Estado de Israel como un ejemplo?

– Antes que nada, lo que ocurrió en Israel fue maravilloso por la determinación con que el Gobierno entendió, desde el primer día, que las vacunas serían la solución significativa y fundamental. En ese sentido, actuó, por un lado, para preocuparse por alcanzar acuerdos para la adquisición de vacunas con varias empresas del mundo, y también por darle al Instituto Biológico las herramientas y la capacidad para desarrollarlas porque al comienzo del camino, nadie sabía de dónde provendría la vacuna correcta y apropiada y era importante actuar con todas las opciones. Y en verdad, esa actividad con todas las opciones por un lado trajo rápidamente vacunas para el Estado de Israel y también le dio al Instituto Biológico la capacidad para desarrollar ahora una propia, que llegará en el futuro. Si la epidemia continuase o volviese, sería una capacidad importantísima… Respecto de cómo nos ve el mundo, me enorgullece ser israelí. Ser científico en el Estado de Israel es un orgullo y es muy importante que el país sea socio en cosas como esta. Pienso que a lo largo de la historia fue, como se dice, una «luz para los pueblos» en los campos de la filosofía, la religión, la ciencia, la tecnología… y es importante seguir así.

Instituto para la Investigación Biológica de Israel

– ¿Podría ampliar ese concepto de compartir lo que saben con el mundo?

– Definitivamente, el conocimiento que se desarrolla en el Estado de Israel en los campos de divulgación científica, electrónica, computación, biología, medicina, literatura, teología, filosofía… Sus científicos y creativos no solo producen para el pueblo judío y el Estado de Israel, sino para todas las personas del mundo. El Pueblo de Israel propone paz, comunicación y cooperación y nuestras creaciones están destinadas a llegar a todos los ciudadanos del mundo.

– En la Argentina hay muchos conglomerados pobres, donde la gente está muy concentrada en espacios reducidos, ¿cómo se hace para que cumpla con las restricciones?

– Es un tema de la relación entre el Gobierno y la población. Es un asunto de esclarecimiento. Toda población tiene sus necesidades y especificidades y no se puede incluir en exactamente las mismas instrucciones a las personas que viven en Buenos Aires o en el campo. Es una tarea de la sociedad y del Gobierno llegar a cualquier lugar que corresponda para explicar qué se puede hacer. Y se debe hacer todo posible… Está claro que no somos países dictatoriales, sino democráticos, y no se les puede imponer totalmente a las personas cómo comportarse, pero en el campo del esclarecimiento y una moderada y correcta actuación policial se pueden conseguir logros.