Agencia AJN.- Las confesiones religiosas en España han tomado algunas medidas para evitar contagios ante la expansión del coronavirus COVID-19 en España, como la búsqueda de alternativas a la catequesis presencial en el caso de la Iglesia católica de Madrid, el cierre de las escuelas de Corán y de lengua árabe en la Mezquita Central de Madrid, la recomendación de suspender el culto dominical, en el caso de los evangélicos o la cancelación de actividades, como ha ocurrido en muchas comunidades judías.

En el caso de la Iglesia católica, el Arzobispado de Madrid ha pedido que se busquen alternativas a la catequesis presencial para los niños que se están preparando para recibir la Primera Comunión. Además, aunque no suspenden las misas, informan de que próximamente se pondrá en marcha una retransmisión diaria de la Eucaristía.

Asimismo, la Iglesia de Madrid insiste en las recomendaciones de: retirar el agua bendita de las pilas que hay en las entradas de los templos, cambiar el gesto de paz de abrazar o estrechar la mano, comulgar en la mano «por prudencia», que los sacerdotes se laven las manos antes y después de distribuir la comunión y sustituir los besapiés por una reverencia.

Por su parte, la Comisión Islámica de España (CIE) ha decidido suspender por el momento las clases de la escuela de Corán y de lengua árabe, a las que asisten unos mil alumnos, según ha informado a Europa Press el presidente de la CIE, Riay Tatary.

Asimismo, han difundido algunas recomendaciones de acuerdo con las indicaciones de las autoridades sanitarias como «el lavado frecuente de manos, cubrir boca y nariz al toser o estornudar y usar pañuelos desechables».

Por el momento, se mantienen abiertas las mezquitas para el rezo colectivo, aunque la Comisión Islámica de España no descarta que puedan suspenderse, si las autoridades sanitarias lo aconsejan. «Si en algún momento las autoridades sanitarias recomendasen evitar las aglomeraciones, conforme a la jurisprudencia religiosa islámica, pueden suspenderse los rezos colectivos en las mezquitas y realizar la oración en cada domicilio», subraya la CIE.

Por otro lado, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) ha sugerido la suspensión del culto dominical en sus iglesias porque es «mejor prevenir que curar».

Si no es posible, recomiendan reducir la frecuencia de los cultos a una vez por semana; que no superen en ningún caso el aforo máximo de 1000 personas; que los lugares de culto con menor capacidad reduzcan a un tercio sus reuniones; y que se organice la asistencia en turnos de grupos reducidos y se retransmitan los cultos por internet o streaming.

También aconsejan suspender o aplazar hasta nuevo aviso todas las actividades especiales, como campamentos, retiros, encuentros regionales, visitas entre iglesias, viajes y visitas pastorales.

Los judíos españoles también han mostrado su «preocupación» por la propagación del COVID 19 y desde la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) explican a Europa Press que están «en constante comunicación con las comunidades judías y colegios».

Según precisa la FCJE, «muchas» de sus comunidades «han reducido o cancelado actividades, a veces incluso las religiosas», y puntualiza que cada comunidad es autónoma a la hora de tomar sus decisiones.

Además, señalan que su atención se focaliza en los colectivos de riesgo que son las personas mayores y aseguran que seguirán las instrucciones de la Autoridad Sanitaria del Gobierno y de las CCAA.

Asimismo, el Centro Sefarad-Israel, que trata de fomentar un mayor conocimiento de la cultura judía en el seno de la sociedad española ha decidido cancelar sus actividades públicas desde este miércoles 11 de marzo hasta el próximo 26 de marzo, y ha puesto en marcha un plan digital por el que compartirá la mayor parte del contenido de las actividades canceladas a través de su canal de podcast y de su canal de YouTube.

También se suspenderán todas las actividades públicas previstas en la sede madrileña de Casa Árabe, así como las clases del Centro de Lengua Árabe hasta el próximo día 26 de marzo.

Fuente: La Vanguardia