Agencia AJN (por Gustavo Beron).- El crecimiento de los casos de coronavirus en Israel es alarmante. En las últimas 24 horas, se produjeron casi 1300 contagios. Haber privilegiado la reapertura económica y la falta de respeto a las medidas sanitarias, como el uso de barbijo y la distancia social, provocó el retroceso en múltiples medidas para frenar la pandemia. En este marco, la directora del Centro de Fibrosis Quística en el Hospital Universitario Hadassah de Jerusalem, Malena Cohen-Cymberknoh, advirtió en diálogo con la Agencia AJN que “en unos días vamos a ver muchos pacientes graves” en Israel.

Respecto a si existe la posibilidad de un colapso en el sistema de Salud, Cohen aseguró que “hay que estar preparados” porque “hay mucho desconcierto e incertidumbre en todo esto”.

Además, señaló que “la gente tiene mucho de culpa” en este nuevo brote, porque “en ningún momento se dijo que se terminó la pandemia y que podían sacarse los barbijos”.

-AJN: ¿Cómo describe la situación en Israel con esta segunda ola del brote de coronavirus?
-MC: Pasó lo que se temía que iba a pasar: una segunda ola de contagios. Cuando se reabrieron las escuelas, los comercios y gran parte de todo lo que tiene que ver con la cultura, si bien se venía insistiendo que la gente tenía que seguir usando barbijos, se sabía que al reabrir todo podía haber una segunda ola de contagio y es lo que estamos viendo en los últimos diez días. Los casos siguen en aumento y a diferencia de lo que fue la primera ola, en proporción, hay menos casos de pacientes graves y relativamente hay pocas muertes. Se cree que los contagios son principalmente de gente joven. Por eso se cree que hay menos gravedad, pero continúan en aumento. En los últimos tres días hubo un promedio de mil pacientes nuevos diarios. Es cierto que se están haciendo muchos más tests. Personas asintomáticas que quieren hacerse el estudio se lo pueden hacer. Esa puede ser una de las causas por las que hay más pacientes. Pero se teme que los pacientes graves también vayan en aumento porque hay más internaciones. Por eso comenzaron a tomarse medidas.

AJN: ¿Qué medidas se tomaron?
MC: Si bien no estamos en cuarentena, en un barrio cerca de Jerusalem que tuvo muchos casos, los últimos días se decidió que se lo pongan en cuarentena y cuando los números empiecen a bajar, se reabre todo. Ya estaba permitido hacer ceremonias religiosas y casamientos hasta 250 personas, pero ahora los salones de eventos en lugares cerrados no están permitidos y en las sinagogas sólo puede haber hasta 19 personas. Los restaurantes que estaban abiertos tuvieron que cerrar. Se cerraron también los gimnasios. Se está volviendo para atrás con las medidas. Si bien todavía no estamos en cuarentena, se cree que si lo números no empiezan a mejorar se van a tener que tomar más medidas.

AJN: La versiones periodísticas hablan de un temor al colapso en el sistema de salud, ¿es así?
MC: La realidad es que no sabemos, porque en la primera ola hace tres meses también se creía que iba a haber un colapso, se trajeron respiradores, se abrieron un montón de servicios nuevos, porque se temía que iba a pasar lo que se vivía en esos momentos en Italia y España, y estuvimos muy lejos de eso. Ahora vuelven a hablar de que puede llegar a pasar, pero son todas estadísticas. Por supuesto que hay que estar preparados. Hay mucho desconcierto e incertidumbre en todo esto. Se están poniendo muchas multas, hay muchos policías e inspectores, y aumentaron las multas a quienes encuentran sin barbijos. La gente se liberó mucho y por eso es que los números subieron tan rápido. No sabemos en qué va a terminar, pero de acá a unos días vamos a ver muchos pacientes graves. Se ve mucho más movimiento, gente que se contagia, incluso personal médico. Se hace hincapié en que la gente no baje los brazos.

-AJN: ¿Hubo un descuido al liberar todo rápidamente?
-MC: Es difícil juzgar. Cada uno culpa al otro, pero es una situación diferente, nueva, desconocida por completo y lo que pasa en Israel pasa en otros países que también se liberaron y de golpe ven un rebrote otra vez. Es difícil juzgar si hay un culpable. Pero la gente tiene mucho de culpa en todo esto, porque en ningún momento se dijo que se terminó, que pueden estar libres y sacarse los barbijos. La gente necesitaba un respiro y se liberó, es verano, los parque se llenaron, las playas se llenaron y sucedió lo que se temía que iba a suceder.

-AJN: Los sistemas de salud que se cerraron al final de la primera etapa, ¿se volvieron a abrir?
-MC: La mayoría ya se reabrieron porque los números de casos subieron. La mayoría se están preparando y varios que se habían cerrado se volvieron a abrir.

-AJN: ¿Cuál es el dato clave para evitar que la crisis se profundice?
-MC: Principalmente lo que miran es el número de pacientes graves. Cuando la cuarentena se empezó a liberar, se declaró que en el caso de que haya más de 100 pacientes nuevos en zonas sin tantos contagios o más de 250 pacientes graves se volvía todo para atrás. El número total ya lo pasamos y el número de pacientes graves hoy estaba entre los 80 y los 100, todavía no llegamos a los a 250 pacientes que era el número que se puso como límite como para volver para atrás en la cuarentena. A este ritmo, en los próximos días vamos a llegar. Por eso se tomaron estas nuevas medidas.

-AJN: ¿Cómo prevé que será la reacción de la gente ante una nueva cuarentena?
-MC: Es bastante complicado porque la población es bastante heterogénea, porque hay barrios donde se cuidan más. En lugares donde hay más hacinamiento se descuida más y hay más casos. No es todo blanco y negro, los números son muy distintos entre las diferentes ciudades. Por eso donde hay más casos iniciaron la cuarentena y si hace falta se hará general.