Agencia AJN.- Tel Aviv, la principal ciudad costera de Israel, hace tiempo que regresó a su rutina comercial tras las restricciones sanitarias, pero la pandemia de coronavirus trajó nuevos desafíos que pesarán mucho en los restaurantes, bares y otros negocios.

Aunque Israel salió de la cuarentena con relativa lentitud hasta el momento, con un saldo de 299 muertos y 18.000 casos que dejó el mortal virus, la economía dependiente del turismo recibió un gran golpe después de entrar en el cierre de fronteras a mediados de marzo, contrayéndose un 7.1% anual en el primer trimestre.

Según un informe del portal de noticias Ynet, más de 300.000 personas han regresado a trabajar desde que Israel comenzó a levantar las restricciones el mes pasado, pero los aeropuertos aún están cerrados para el turismo extranjero. Y Tel Aviv, la capital comercial y de entretenimiento de Israel, está experimentando las dificultades que enfrentan las empresas de todo el mundo.

Algunos sectores aún no han resurgido del encierro y otros se están adaptando a las nuevas reglas y trámites burocráticos, lo que incluye insistir en que se usen máscaras faciales, proporcionar desinfectante para manos y termómetros y mesas de separación más separadas en los restaurantes.

«El flujo comercial regular aún no ha vuelto a la normalidad porque todavía hay personas que tienen miedo», declaró Ben Rachmani, del restaurante / bar vegano Four Sixteen. El comercio nocturno fue «muy sólido» pero a la hora del almuerzo los resultados no son similares porque muchos antiguos clientes todavía están trabajando desde casa.
Rachmani dijo que tenía que volver a abrir porque solo habría podido sobrevivir unos meses entregando comida para llevar y sin pagar el alquiler. «Si hubiera continuado hasta septiembre u octubre, habría terminado», señaló.

Algunos dijeron que la reapertura del 27 de mayo había llegado demasiado pronto. El lunes, el primer ministro Benjamin Netanyahu deslizó la posibilidad de retroceder en la liberación de las restricciones después de un fuerte aumento en los casos de COVID-19.

Instó al público a mantener el distanciamiento social y usar máscaras faciales, pautas que algunos israelíes, incluso en Tel Aviv, habían ignorado al tratar de volver a la normalidad. Otros se han mantenido cautelosos.

En el área de compras de la calle Dizengoff, Avi Amir dijo que su tienda de peluquería perdió el 40% de su negocio porque los clientes mayores se quedan en casa, y menos clientes pueden estar en la tienda a la vez.

En la última semana, comentó Amir, recibió cuatro multas por un total de 1.100 dólares de inspectores municipales que dijeron que el personal no llevaba protectores faciales de plástico.

Sin embargo, para una mujer empresaria, la crisis del coronavirus la ha obligado a probar algo nuevo. Después de perder su trabajo en el hotel, Victoria Janitsky aprovechó los alquileres más bajos en una ubicación privilegiada para abrir un salón de manicura.

«Abrir un nuevo negocio es algo difícil, por lo que es solo otro procedimiento difícil», afirmó Janitsky.