Esther Dominisini, titular del organismo que se ocupa de la ayuda a los desempleados, dijo que “el número de personas necesitadas de asistencia crece”.
Agregó que espera que la banca y la construcción sean los dos sectores que más despidos produzcan como consecuencia de la crisis financiera mundial que restringe y encarece el crédito.
Según el diario Haaretz, la tasa de desempleo actual está en el 6 por ciento, muy por debajo del pico de 11,2 por ciento de 2003. Sin embargo, en septiembre de este año se produjo, por primera vez en tres años, una suba del número de personas que están buscando trabajo. El incremento fue del 0,7 por ciento.
El número de personas buscando trabajo era de 194.000. También creció el número de personas que reciben subsidios por desempleo, que pasó de 44.500 en febrero a 48.000 en agosto.
Otra consecuencia de la crisis es el aumento en el costo de las hipotecas, concedidas a tasa variable. El Banco de Jerusalem anunció ayer que había incrementado los intereses hipotecarios de 0,25 a 0,5 puntos porcentuales. En una hipoteca de $100.000 significa un aumento del pago mensual de $25.
También la crisis se hará sentir sobre las personas de edad avanzada que tienen ingresos fijos. Unas 20 organizaciones que trabajan con grupos de jubilados han pedido que sus ingresos se eleven en relación al salario medio y no en relación a los índices de inflación.
El temor es que no puedan pagar los costos de los programas de salud, especialmente la atención domiciliaria.
Las organizaciones de caridad dicen que se están reduciendo las ayudas y donaciones. Un ejemplo es la organización Etza, que luego de 22 años de actividad, anunció el cierre por falta de financiamiento.
Proyectos de infraestructura, como la “líneas roja” de Tel Aviv (un tren ligero), están teniendo problemas para colocar sus palees en los mercados y este se pospuso hasta 2009.
HJP