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Argentina

Dolores de panza, dolores de grieta. Por el rabino Marcelo Polakoff

Agencia AJN.- Las generalizaciones suelen ser malas consejeras, y las responsabilidades penales son personales, y no se “contagian” por cercanía. Me parece que no hay nada para reprocharle al presidente electo en torno al caso Nisman, ya que no estaba en el gobierno, y menos aún en cuanto al pacto con Irán -al que criticó duramente- inclusive cuestionando severamente la actitud de la ex presidenta.

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Agencia AJN.- Casi todos me recomendaron que lo mejor sería el silencio. Pero lo políticamente correcto no es mi fuerte, y eso está muy claro. Por lo que voy a tratar de seguir basando mis conductas en mis principios que es lo que vengo intentando hacer desde que tengo uso de razón, así que relataré aquí, en primera persona, lo sucedido alrededor de esta foto tomada el último martes en Tucumán.

Como rabino del Centro Unión Israelita de Córdoba fui oficialmente invitado por el gobernador Manzur a la jura de su segundo mandato. Conozco a Juan desde hace años y hemos formado un vínculo personal cercano; admiro su capacidad de trabajo y su descomunal hospitalidad, una cualidad típica de las familias libanesas.

Después de unas largas horas de formalidades en un colmado Teatro Mercedes Sosa -adonde se había trasladado momentáneamente la sesión legislativa-, con lectura de artículos e incisos protocolares, izado de banderas, himno, discursos y juras, todos los invitados caminamos unos metros hasta la Casa de Gobierno donde desde su balcón el reciente presidente electo Alberto Fernández saludó a los tucumanos presentes en la plaza.

Cuando todos nos disponíamos a irnos hasta un hotel para el lunch de la asunción, una multitud de gente de todo tipo rodeaba al gobernador y al presidente electo. Periodistas, camarógrafos, gente de seguridad y de protocolo, funcionarios, y todo tipo de personas que pugnaban por un saludo o una selfie. Me puse contra la pared y «panza adentro» en el descanso de una escalera para no ser arrastrado por el tumulto, y el gobernador, en medio de ese caos, me tomó del brazo y me condujo hasta una camioneta. Me senté y a los segundos nomás ingresaron Verónica Magario (a quien le cedí mi lugar), Sergio Massa, Sergio Uñac, un par de personas más que no reconocí, y Alberto Fernández. Recuerdo que cuando se cerró la puerta y empezamos el corto periplo de unas 20 cuadras hasta el Sheraton lo miré a Juan con cara de “¿qué hago yo acá?”. De inmediato me presentó, y Alberto Fernández y Sergio Massa recordaron que me habían escuchado hacía poco más de un mes cuando me tocó cerrar la misa por el aniversario del fallecimiento de José Manuel de la Sota en la Catedral de Córdoba con unas palabras en su memoria.

La conversación, absolutamente informal y distendida, viró hacia el humor judío y Sergio Massa empezó a contar algunos chistes que le había escuchado a Roberto Moldavsky. Sacó su celular para filmar lo que seguiría (ahí yo también hice lo propio, obviamente de manera abierta) y la charla pasó hacia los billetes con la imagen de Dylan que le habían dado en “Polémica en el bar”.

En ese tono realmente simpático y amable llegamos a destino, y al bajar del micrito –luego de un exagerado “adelante usted, no, pasá vos, por favor, adelante”, etc- un fotógrafo capturó ese preciso y risueño momento en la puerta de la camioneta, y me envió la foto.

Más tarde le pasé la foto y el video a mi familia y a un par de amigos señalando que eran “para consumo interno”, pero involuntariamente no terminó siendo así. De allí en más, empecé a recibir un abanico completo de reacciones que iban desde los aplausos y las caritas de alegría, hasta todo tipo de maltrato y agravios que muestran una vez más -y a las claras- los peligros de tanta inocencia (o estupidez de mi parte) por la terrible grieta en la que seguimos desbarrancando, y el uso perverso que se puede hacer con todo audio, video e imagen sacado de contexto, del que vengo siendo objeto en estos días.

Gracias a Dios mis convicciones siguen siendo las mismas (como las de la mayoría de la gente, que suelen sostenerse en el tiempo), y no son modificadas por un evento irrelevante.

No me da dolor de panza sacarme una foto amistosa con Juan Manzur, porque me considero su amigo. Tampoco me da dolor de panza sacarme una foto amistosa con el presidente electo de todos los argentinos, con quien hablé por vez primera en ese mismo momento en la camioneta.

Sin embargo entiendo perfectamente que la imagen transmite la idea de que nos conocemos de la escuela o que estamos en la fiesta de un bar mitzvá, pero –tanto para la alegría de algunos como para el pesar de otros- eso no es cierto.

El audio del dolor de panza tenía que ver con muchas críticas (algunas realmente feroces) que me lanzaron preguntándome si no me sentía avergonzado de estar abrazado a quien tiene como vice a una persona acusada de encubrimiento del atentado a la AMIA por la firma del memorándum con Irán, y que también está involucrada judicialmente en el caso Nisman.

Las generalizaciones suelen ser malas consejeras, y las responsabilidades penales son personales, y no se “contagian” por cercanía. Me parece que no hay nada para reprocharle al presidente electo en torno al caso Nisman, ya que no estaba en el gobierno, y menos aún en cuanto al pacto con Irán -al que criticó duramente- inclusive cuestionando severamente la actitud de la ex presidenta.
Por mi parte, nada en esto ha cambiado ni cambiará. Escribí y hablé en contra de ese pacto lastimoso, y escribí y hablé en todo lo atinente al asesinato del fiscal Nisman. “Google” lo puede ratificar en segundos. Seguiré en lo que pueda reclamando por justicia, y seguiré en lo que pueda (aunque no sea mucho) acompañando a su familia, a quienes admiro y quiero. De hecho, obviamente me comuniqué en estos días y recibí una vez más sus muestras de cariño, que siempre agradezco. Tampoco olvidaré la amenaza que recibí en aquellos tristes días…

Otros me criticaron como si en ese abrazo hubiera algo despectivo hacia Córdoba, la provincia que abracé hace 17 años como mi hogar, y de la que soy un enamorado. No tengo idea cómo se puede arribar a esa extraña conclusión a partir de una foto, pero por si acaso no está de más recordar que el año pasado fui citado como testigo en el juicio por el levantamiento policial de diciembre de 2013, y que junto al obispo Pedro Torres, con quien ayudamos -no sin riesgos personales- en la mediación en nombre del COMIPAZ (Comité Interreligioso por la Paz) declaramos judicialmente que tuvimos la firme sensación de que el gobierno nacional de entonces no tenía problemas en que Córdoba se incendiara. Vale decir que el compromiso con la verdad (al menos la mía) y con mi provincia, siguen igual de vigentes. Y realmente es ridículo pensar que una imagen o un video cholulo pueden alterar eso.

Tengo la bendición de estar lejos de todo fanatismo, y no tengo problema en confesar que las sinuosas sendas de la política de nuestro país me han llevado a entender durante estos últimos 30 años que mis principios en determinado momento (y en los diversos órdenes de lo nacional, lo provincial y lo municipal) eran mejor interpretados por el radicalismo, en otras ocasiones por Néstor Kirchner, en otras por el peronismo federal y en otras por Mauricio Macri. Creo que no somos pocos los argentinos que hemos pasado por algo similar. Y en distintos momentos y en distintos órdenes también me he sentido desilusionado por todos ellos.

Respeto, más allá de mis posturas, a todas las fuerzas democráticas, y por supuesto brego por la eliminación de las grietas y por la construcción de puentes de entendimiento, algo que no me resulta difícil lograr en el campo del diálogo interreligioso, ya sea cantando con el obispo por Navidad y Janucá, o dando conferencias en países musulmanes.

Como cualquier rabino enseño, escribo, oficio ceremonias, acompaño los rituales del ciclo de la vida, celebro alegrías y trato de consolar en el dolor, impulso la realización de obras de bien y busco que quienes están distanciados de Dios y del prójimo se acerquen.

Una parte sumamente pequeña de mi rol tiene que ver con la escena pública y política (aunque a veces su repercusión la haga aparecer como enorme), y así y todo he recibido propuestas para integrar las listas electorales de varias de las fuerzas mencionadas. Nunca acepté hacerlo ni lo aceptaré porque amo lo que hago, y espero seguir sirviendo como rabino hasta mi último día. Es solamente desde esa calidad que participo en la vida pública de nuestro país.

Lamento con el alma tener que estar explicando tanto por una foto y un video. Es señal de que nos queda mucho trecho por recorrer. Pido perdón de corazón a quienes se sintieron ofendidos o lastimados por cualquiera de mis hechos, y acepto con estima todas las críticas constructivas.

Y ojalá que este tipo de dolores de panza sean en algún momento transformados en suaves y agradables cosquillas como consecuencia de haber aprendido a convivir en la diversidad.

Pertenezco a una tradición milenaria que siempre ha privilegiado la palabra por sobre la imagen, y no es un dato menor. Algunos dicen “ver para creer”. El pueblo judío afirma que para creer hay que escuchar. Sucede que la vista -la imagen- es inmediata. No se discute, decreta y sentencia. Por eso ni siquiera precisa de un otro. Y suele ser absolutamente superficial y efímera. Es como cuando decimos coloquialmente que uno «se hace una imagen de tal persona”. Los vínculos y las apreciaciones que están netamente basados en la imagen tienden a producir grietas. Más tarde o más temprano la ausencia de contacto real sumada a los prejuicios (y a la falta de un contexto) produce desencuentros.

Lo inverso ocurre con la escucha y la palabra. No es para nada inmediata. Tiene como requisito a un otro, y sin dudas demanda tiempo. Por eso cuando la palabra se sostiene en un diálogo abierto y honesto -aún con posturas completamente diferentes- lo que produce es encuentros.

La imagen agrieta, y la palabra vincula. La imagen divide y la palabra tiende puentes.

¿Es acaso casual que nuestro equilibrio dependa de nuestros oídos? Para nada. No escucharnos o no querer escuchar es garantía de desequilibrio. Es la profundización de la grieta.

Si este involuntario y pequeño episodio pudiera ayudar a dimensionarlo, bienvenido sea entonces, a pesar de los dolores causados y sufridos.
Podríamos entonces aplicarnos las palabras que el profeta Isaías pronunciaba hace más de 2500 años cuando decía: “Si dejan de maltratarse, si abandonan el dedo acusador y el insulto, si comparten su pan con el hambriento y ayudan a los que sufren, brillarán como luz en las tinieblas…y serán llamados reparadores de brechas, restauradores de caminos”.

Argentina

Cuando Milei habla de Torá en forma genuina, “ilumina a la humanidad»

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Agencia AJN.- El rabino Abraham Levy lidera la comunidad Beit Levi Yitzjak, de Jabad Lubavitch,analizó con la Agencia AJN el acercamiento del presidente argentino, Javier Milei, al judaísmo y la relevancia que le da en sus discursos y entrevistas. “Dirigir un país, esto también tiene que ver, entre comillas, con lo que Moshé hizo. Y él lo está haciendo en la Argentina”.

– Tengo una teoría respecto al presidente Milei: qué él, seguramente a través de su maestro y rabino, pudo descubrir la «ingeniería» que esconde lo sagrado, sus libros, la Cábala y lo ha tomado como algo importante para él. ¿Coincide?

– Te voy a explicar algo profundo, no cualquier persona no judía se acerca al judaísmo. Hay determinadas personas que se acercan y cuando hablás con esas personas, van a decir: “no sé por qué tengo un deseo muy grande de unirme a esto». Entonces, ¿de dónde viene ese deseo?
Hay toda una cuestión en las profundidades del judaísmo que dice lo siguiente: si una persona, un iehudí (judío), vino a este mundo, hizo  una determinada cosas que no estaba bien, la reparación de esa cosa, muchas veces, ¿cuál es? Que venga un no judío que ama el judaísmo y el alma de ese iehudí entra dentro de ese judío y a través de eso repara lo que hizo en la otra vida.
Entonces, ¿qué pasa? Cuando esa neshamá (alma) que necesita al no judio encuentra a una persona apta, se «pega» de alguna forma y le trae el deseo de que quiera esto. Y el no judío no sabe por qué, pero él está unido a eso (al judaísmo) y quiere y avanza y algunos llegan a la conversión, que en ese momento, cuando se sumerge en la mikve (baño ritual), entra el alma del judío y repara, en esa reencarnación con el no judío, repara lo que hizo en la otra vida. Y esto es lo que yo pienso que pasa con Milei porque hay algo, hay una neshamá, (alma) que es una cosa secreta, que él seguramente no… no todo el mundo habla de esto, que es una cosa especial y profunda que está escrita en los libros. Hay un libro del Arizal, el Arí Hakadosh, donde ahí habla de toda esa parte y las reencarnaciones…

– ¿Y hay casos bíblicos o conocidos en la Historia como el fenómeno moderno del presidente Milei?

– Rabí Akiva, era un converso… Y agarrás los libros de reencarnación y ahí te dice que es una nitzutz, es una chispa divina de Moshé Rabeinu (nuestro maestro Moisés).

– El Presidente habla mucho de Moshé… Él tiene una cuestión de ver su gran liderazgo que él…

– Sí, pero eso no quiere decir que tenga relación con la neshamá (alma) de Moshé.
Ve al líder de Moshe y él (Milei) también está conduciendo un liderazgo lo relaciona con Moshé… Dirigir un país, esto también tiene que ver, entre comillas, con lo que Moshé hizo. Y él lo está haciendo en la Argentina.

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– Escuchar palabras de Torá en boca del presidente para la humanidad … ¿Qué opina?

– Si son buenas, si son verdaderas, ¿cómo no? Cábala, en especial, se puede enseñar a los no judíos también porque eso lo que habla es de la profundidad de la cosa, nada más. También se puede enseñar mitzvot (preceptos) pero solo a una persona que se quiere convertir, recién ahí empezás a enseñarle mitzvot. Ahora, un líder como Moshé no hay, no existe. Nadie se puede comparar con Moshé, y lo que Moshé hizo fue algo milagroso, totalmente milagroso, muy fuerte, porque fue dirigido directamente por HaKadosh Baruj Hu (El Santo Bendito Sea). Ahora, si vos mirás el hombre de Moshé (en hebreo), lo leés al revés y te da HaShem (D’s), o sea que Moshé, ¿qué tenía frente a él? A HaShem, y el contacto era directo. Entonces, no hay ninguna forma de comparar con ningún líder. Ahora, podemos decir que el Presidente que tenemos tiene un acercamiento muy fuerte y quiere aprender de Moshé y quiere saber muchas cosas que lo ayuden a ir adelante y a llevar al país al lugar que tiene que ser, que eso es una cosa muy buena. Me parece bárbaro porque las bases de la diferencia entre Bien y Mal están dentro de las Escrituras y para que una cosa sirva y vaya, tiene que ir con el Bien. Y para eso hay que saber discernir entre las dos cosas, y yo pienso que, por ahí, el presidente Milei busca discernir y ver las cosas como tienen que ser, que es muy importante y esperemos que si eso es correcto, que lleve al país a un lugar que corresponda.

– Antes de ser Presidente, Milei fue al Ohel, a la tumba del Rebe de Lubavitch, y después volvió para agradecer. ¿Qué piensa sobre eso?

– Está muy bien. Quiere decir que está viendo, en cierta manera está discerniendo, la tendencia espiritual verdadera… Cuando venga el Mashíaj (Mesías), la única tendencia espiritual que todos van a recibir en forma revelada, se va a ver que es la tendencia que tiene el judaísmo. No hay otra cosa… El presidente Milei es muy inteligente y, aparentemente, sabe con quién habla y lo que tiene que hablar. Es muy bueno que el mundo aprenda las enseñanzas, ¿por qué no? El judaísmo estimula eso…

Ahora, enseñanzas de judaísmo, ¿por qué no? Eso es una cosa muy buena… Están los Jasidei Unot Haolam… Son los Jasidim (Justos) de los Pueblos del Mundo, que estudian jasidut (jasidismo) y estudian también cosas que son para la vida y que son importantes…

– El fenómeno Milei incentiva a gente no judía a querer aprender algo de todo esto? ¿Usted les enseñaría?

– No tengo problemas de juntarlos y enseñarles, ¿por qué no? Si es para bien, seguro… Vamos a montar un shiur (clase) de ellos. Cuando una persona habla algo de las Escrituras, si lo que habla es verdadero y la intención interna es dar y explicar para hacer el bien genuinamente; entonces, lo que habla, ilumina… Si vos hablás una palabra de Torá para hacerte famoso, ahí hay un interés en el medio… Cuando una persona habla de Torá, aunque sea no judío, y eso lo habla en forma genuina, verdadera, desde adentro de él, eso ilumina.
Por eso el presidente que tenemos tiene un acercamiento muy fuerte y quiere aprender de Moshé y quiere saber muchas cosas que lo ayuden a ir adelante y a llevar al país al lugar que tiene que ser, que eso es una cosa muy buena

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AMIA

AMIA: Irán calificó como ilegal el pedido argentino para arrestar al ministro del Interior buscado por la Justicia

Agencia AJN.- La Cancillería solicitó la detención internacional de Ahmad Vahidi en el marco de los viajes oficiales que el funcionario realizó a Pakistán y Sri Lanka.

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Vahidi Ahmad

Agencia AJN.- Irán consideró “ilegal” la orden de captura solicitada por Argentina contra el ministro del Interior Ahmad Vahidi por su participación en el atentado de 1994 a la AMIA, que dejó 85 muertos.

Según reprodujo la agencia internacional de noticias AFP, la República Islámica aseguró a través del portavoz de la Cancillería, Nasser Kanani, que la petición del gobierno argentino se basa en “mentiras” de los jueces que intervinieron en el caso.

Sin embargo, hay pruebas contundentes contra Vahidi y el resto de los acusados. El 12 de abril, la justicia argentina determinó que los atentados a la embajada de Israel en 1992 y a la mutual judía fueron ordenados por Irán e instrumentados por Hezbollah.

En ese contexto, la Cancillería recordó que existe alertas vigentes de Interpol para la detención internacional de Vahidi, quien se encuentra cumpliendo funciones para el gobierno y recientemente viajó a junto al presidente iraní a Pakistan. El viaje continuará en Sri Lanka aunque ya sin Vahidi en la delegación.

Una vez publicado el reclamo argentino, la agencia oficial de noticias iraní IRNA informó que Vahidi había regresado a Irán el martes para asistir a una ceremonia de investidura de un gobernador provincial.

Como Irán no acata las órdenes de detención emitidas por la justicia argentina e Interpol, la única oportunidad que tiene la Argentina de lograr las capturas es cuando los acusados salen del país.

En 2006, tribunales argentinos pidieron la extradición de ocho iraníes, entre ellos el expresidente Akbar Hashemi Rafsanjani, el exagregado cultural de Irán en Buenos Aires, Mohsen Rabbani, y Vahidi, quien fue ministro de Defensa durante la presidencia de Mahmud Ahmadinejad.

Luego de ocupar este cargo en Defensa, el teniente general Vahidi fue nombrado ministro del Interior en 2021. Pero para el momento del ataque de Buenos Aires, el funcionario era comandante de la Fuerza Quds, la unidad de operaciones encubiertas de la Guardia Revolucionaria Islámica.

Ayer, la Cancillería argentina, recordó que Vahidi continúa cumpliendo funciones para el gobierno con total impunidad.

“Este individuo es actualmente ministro del Interior de la República Islámica de Irán e integra una comitiva gubernamental que se encuentra en Pakistán y Sri Lanka en estos días. En ese marco, a pedido de las autoridades argentinas, la oficina Central de Interpol con sede en Lyon emitió una Circular Roja para su detención. Con motivo de su viaje, Argentina ha solicitado a los gobiernos de Pakistán y Sri Lanka su detención de acuerdo a los mecanismos previstos por Interpol”, indica el texto difundido por el Gobierno.

Además, se informó que “paralelamente al trabajo que están haciendo el Ministerio de Seguridad y la Cancillería Argentina con la intervención de las Embajadas de nuestro país en Pakistán y la India, la Oficina Central Nacional Buenos Aires (OCN) de Interpol de la Policía Federal Argentina pidió a su contraparte OCN Islamabad que proceda a la detención preventiva del causante con fines de extradición a la Argentina”.

Vahidi, además de haber sido uno de los autores intelectuales del atentado, habría participado en una supuesta reunión en 1993 en la ciudad iraní de Mahshad, en la que, según la UFI AMIA, se habría decidido el atentado.

“No se limitó a participar pasivamente del cónclave, sino que además cumplió un rol protagónico al proponer que nuestro país fuera el objetivo del ataque. Su sugerencia tuvo éxito ya que, efectivamente, dicha propuesta fue la que se sometió a examen del Comité de Asuntos Especiales”, dice el dictamen firmado en 2006 por el fiscal Alberto Nisman.

Fuente: Infobae.

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