La Justicia de Jerusalem declaró la culpabilidad del diputado Shlomo Benizri, del partido religioso Shas, por los delitos de cohecho, fraude y abuso de confianza, cometidos durante su gestión como ministro de Trabajo y Bienestar Social.
Benizri fue procesado hace dos años por dar información al contratista extranjero Moshe Sela sobre varias licitaciones antes de su publicación, lo que constituye un uso abusivo de su cargo para beneficio personal. 
La Fiscalía sostuvo que a cambio de esta información, el diputado recibió “beneficios” equivalentes a millones de shekels, incluido efectivo, muebles caros, un sistema de aire acondicionado, y renovaciones en su departamento.
Benizri también fue encontrado culpable de conspiración y obstrucción de la justicia, porque había acordado con Sela mentir sobre los sobornos recibidos.
Según la prensa israelí, la Fiscalía anunció que solicitará que el tribunal establezca en la sentencia que los delitos cometidos por Benizri constituyen una “conducta inmoral”, e inclusive sostuvo que pedirá una pena de varios años de prisión.
En cualquiera de los dos casos, el diputado quedará automáticamente destituido de su cargo en el Parlamento. 
Allegados al legislador dijeron que apelará la sentencia condenatoria y que no tiene intención de renunciar porque la ley no lo obliga a hacerlo.
La decisión de Benizri de no renunciar, a pesar de que cuando comenzó el juicio dijo que de ser encontrado culpable abandonaría su cargo, provocó las criticas de otros parlamentarios.
El diputado Ran Cohen, del partido Meretz, dijo que “es totalmente irracional” que un legislador “participe en las deliberaciones y en votaciones cruciales para el público israelí tras haber sido declarado culpable de cometer delitos graves”.
El tribunal tiene previsto anunciar la pena que le impondrá a Benizri en las próximas semanas; hasta ese momento, el diputado continuará ejerciendo su cargo.
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