Ante un comienzo de ciclo lectivo turbulento en Israel, la responsable del ministerio de Educación, Yuli Tamir, junto al alcalde de Jerusalém, Uri Lupolianski, viajaron a Jerusalém oriental para inaugurar dos colegios pero debieron enfrentar las críticas de los residentes del lugar que aseguran que "esas 46 aulas" no alcanzan para resolver la crisis educativa.
 "Ir Amin" es un grupo que promueve la convivencia entre israelíes y palestinos en Jeusalém, su coordinador, Haim Ehrlich, dijo al diario israelí The Jerusalem Post, en relación a los colegios, que se trata "de un paso positivo pero que no resuelve el grave problema de Jerusalem oriental que es la falta de aulas".
Citando un documento del Comité de Educación del parlamento israelí, Ehrlich aseguró que para el próximo 2010 "habrá un déficit de 1.900 aulas en Jerusalém Este".
"Entre las dos nuevas escuelas suman un total de 46 aulas, si se compara este número con las 1.900 proyectadas aún siguen faltando unas 1.500…lo que se hizo es casi nada", señaló Erlich al diario local.
Ehrlich también mencionó que la condición de las aulas existentes en el Este de Jerusalém es "crítica" con muchos estudiantes aprendiendo en departamentos u otras zonas que no son adecuadas para las instituciones educativas.
"Las condiciones de las instituciones educativas y en realidad toda la infraestructura en Jerusalém oriental no ayuda a esta situación", dijo Ehrlich. "No ayuda a nadie", agregó.
La Asociación por los Derechos Civiles en Israel (ACRI), se hizo eco de las declaraciones del Ehrlich, diciendo que, si bien acogieron con beneplácito cualquier apertura de instalaciones educativas en la zona, las nuevas escuelas, cuyas aulas se estiman en 40, sólo representan una fracción de la necesidad en la zona.
"40 nuevas aulas es sólo una fracción de las 160 que el gobierno se comprometió a construir para fines de 2008", dijo Melanie Takefman, una portavoz de ACRI. "Y es una fracción aún más pequeña que el número necesario para revertir la escasez total de más de 1.500 aulas en Jerusalén oriental", sostuvo la mujer.
Durante las primeras dos semanas de clases, diferentes protestas fueron llevadas a cabo por los residentes de la zona para reclamar por la mejora del sistema educativo.
En una oportunidad se armó un simulacro de aula fuera de la municipalidad en donde oradores debatieron sobre la situación de emergencia en la zona y las posibilidades de mejorarla.
Asimismo, el primer día clases, el pasado 1ro de septiembre, estudiantes quemaron una bandera en la entrada de un colegio primario del barrio de Beit Safafa, horas antes de que el alcalde, Lupolianski y el Presidente Shimon Peres llegaran al lugar.
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