Los funcionarios palestinos que asistieron ayer la reunión efectuada entre el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, aseguraron que en el encuentro se analizó la división de la ciudad de Jerusalem, un asunto que las autoridades hebreas negaron haber discutido.
El negociador palestino Saeb Erekat dijo que “en la reunión se trataron todos los temas relativos al acuerdo definitivo (de paz), incluido Jerusalem”.
Y con ironía, en referencia a las bajas temperaturas registradas en la ciudad durante los últimos días, agregó: “No estamos hablando de la nieve en Jerusalem sino de la actividad de los asentamientos” en la ciudad.
Erekat destacó que esta cuestión clave para la continuidad del proceso de diálogo, y que provoca una crisis interna en el gabinete israelí, “está siendo discutida en cada reunión”.
La versión de los funcionarios de Israel sobre el tema fue completamente diferente.
Según publicaron los diarios locales, Olmert y Abbas acordaron acelerar las conversaciones de paz para Medio Oriente pero no discutieron sobre el status de Jerusalem como capital de un eventual Estado palestino.
El premier israelí había dicho el domingo que la división de Jerusalem, tal como quedó establecida en la cumbre de Annapolis, "será el último tema en ser negociado porque constituye la cuestión más sensible y más importante”.
El partido ultra-ortodoxo Shas amenazó repetidas veces con abandonar la coalición gubernamental si el diálogo abarcaba el tema de Jerusalem o si el proceso de paz progresa a pesar de los continuos ataques con cohetes desde Gaza contra el sur de Israel.
Por su parte, el líder de la oposición israelí Benjamín Netanhayu criticó el diálogo con los palestinos acerca del futuro de la capital y dijo que el Gobierno afronta un proceso “débil”.
Además, advirtió que si Israel se retira de la región oriental de la ciudad permitiría el ingreso de milicianos de Hamas y de Irán, que sembrarían una nueva "base para el terrorismo mundial".
En su discurso en el Congreso Jerusalem, el líder del partido Likud señaló que el fundamentalismo islámico representa una "amenaza convencional y no convencional sobre Israel.
Las retiradas de Líbano y de Gaza trajeron como consecuencia el fortalecimiento de Hezbollah y de Hamas, recordó Netanyahu, a la vez que afirmó que "bajo ningún concepto" la capital israelí se debe dividir".
El diario Haaretz publicó este miércoles queIsrael continúa construyendo asentamientos en Cisjordania pese a la promesa realizada por Olmert a Abbas de no hacerlo.
Según el matutino, se edifica un nuevo barrio en Eli, en el norte de Ramallah. Aunque algunas obras se levantan en terrenos privados de palestinos, las autoridades no han tomado medidas. Se cree que la construcción, que comenzó hace aproximadamente un mes, se completará en los próximos días. Construcciones similares no autorizadas se han llevado a cabo en el asentamiento de Maskiot en el norte del Valle Jordán.
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