La Franja de Gaza tiene combustible para abastecer durante los próximos “dos o tres días” a los casi 1,5 millón de habitantes, aunque el gobierno de Israel aseguró este viernes que durante el fin de semana normalizará el envío para evitar el agravamiento de la crisis humanitaria.
La situación se agravó en los últimos días luego de que el Estado hebreo decidió cortar el suministro de diesel en represalia por el ataque que cuatro milicianos de la organización Hamas protagonizaron el miércoles en una estación de combustible de la localidad fronteriza de Nahal Oz, donde dos trabajadores israelíes fueron asesinados y otro sufrió graves heridas.
La interrupción del envío de fluido perjudica el funcionamiento de las centrales eléctricas, las bombas de agua y la atención en los hospitales, informó Rafik Maliha, director de una de las plantas de energía más importantes de Gaza, según citó la prensa israelí.
Por su parte, funcionarios de la Autoridad Palestina (AP) y de Defensa israelíes coincidieron en denunciar que milicianos de Hamas realizaron un operativo en el que confiscaron 400 mil de los 800 mil litros de diesel disponibles para el abastecimiento de la Franja; el combustible, según ambas partes, tenía como destino la provisión de vehículos de guerra.
La situación energética de Gaza es uno de los aspectos más perjudicados por el bloqueo en los pasos fronterizos impuesto desde febrero por Israel como respuesta a los constantes ataques con misiles a las ciudades fronterizas de Sderot y Ashkelon.
El atentado perpetrado el miércoles en la estación de combustible derivó en diferentes acciones militares israelíes en la Franja en las que murieron ocho palestinos, entre ellos dos niños de 12 y 13 años, informaron responsables médicos de Gaza a la prensa.
La violencia volvió a sentirse en la región justo en la misma semana que el primer ministro de Israel, Ehud Olmert, y el presidente de la AP, Mahmoud Abbas, retomaron las conversaciones para llegar a un acuerdo de paz antes de que finalice el año.
Los líderes, sin embargo, no avanzaron sobre los aspectos fundamentales establecidos en la denominada Hoja de Ruta, como ser la partición de la ciudad de Jerusalem y el fin de las construcciones de asentamientos en los territorios reclamados como propios por los palestinos.
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