Más de un centenar de palestinos habitantes de Irak comenzarán a llegar en diez días a Santiago de Chile como parte de una misión auspiciada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Iglesia católica trasandina.
Veintinueve familias inmigrantes arribarán el 6 de abril al aeropuerto de la capital chilena provenientes desde Siria, y se instalarán en la localidad La Calera. En total serán 117 los palestinos que se radicarán en la región, informaron a la Agencia Judía de Noticias (AJN) representantes del organismo internacional.
El arribo de los refugiados, sin embargo, preocupa a la colectividad judía chilena, que teme por el origen incierto de las personas.
“Tenemos información de que hay personas que eran indocumentadas, y los gobiernos de Siria e Irán les facilitaron los papeles necesarios para ingresar a Chile”, expresó a esta agencia Marcelo Isaacson, director ejecutivo de la comunidad.
Los refugiados vivían en el campamento Al Tanf, cercano a la frontera con Siria, desde 2006. Tras una gestión del ACNUR y la asistencia de la Vicaría de Pastoral Social del Arzobispado de Santiago, fueron aceptados en Chile, el país sudamericano con mayor población palestina.
Si bien dijo que los inmigrantes “tienen derecho a recuperar su dignidad como seres humanos y a vivir en mejores condiciones”, Isaacson resaltó la necesidad de “monitorear” el origen de estas personas.
“Pueden ser nombres inventados, historias inventadas, quién sabe”, sugirió el dirigente sobre las dudas que generan las identidades de algunos de los refugiados.
La oficial de Información Pública de la ACNUR, Carolina Podestá, aseguró que la totalidad de las personas provienen del campo de Al Tanf, “una base improvisada en lo que se conoce como ‘tierra de nada’” y que fueron visitadas por una misión de terreno organizada por el gobierno chileno en enero pasado.
Isaacson comentó que la relación de los judíos con “la mayoría” de los palestinos en Chile es “pacífica”.
“Esperamos que el comportamiento de esta gente se parezca” al de los residentes, agregó.
Los refugiados se dividen en 58 adultos y 59 niños, llegarán a Chile en tres grupos y se instalarán en viviendas alquiladas en La Calera y las localidades vecinas de San Felipe, Nuñoa y Recoleta.
El gobierno chileno garantizará con los fondos del organismo internacional la estadía y la alimentación, como también los planes de integración con profesores de idioma y oportunidades laborales.
Sólo Chile y Brasil son las naciones latinoamericanas que aceptaron el ofrecimiento del ACNUR de recibir a refugiados palestinos.
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