Agencia AJN.- El enviado de la ONU para Medio Oriente, Nickolay Mladenov, advirtió hoy a Israel que si avanza con sus planes de anexar partes de Cisjordania podría desencadenar en un espasmo de violencia que alteraría las relaciones entre israelíes y palestinos y repercutiría en toda la región.

En declaraciones a un grupo de corresponsales extranjeros en Jerusalem, Mladenov explicó que cualquier acción unilateral israelí «tendrá repercusiones económicas y de seguridad en el terreno que afectarán las vidas de israelíes y palestinos».

«Seguramente, tales movimientos se enfrentarán a los movimientos contrarios de la Autoridad Palestina y ya han comenzado», dijo el diplomático en referencia a la decisión de la Autoridad Palestina que se han absuelto de acatar los acuerdos anteriores con Israel.

«Por ahora tenemos el claro compromiso de los líderes palestinos de que harán todo lo que esté a su alcance para contener la ley y el orden en las áreas que controlan», apuntó. «Pero a medida que se agote el dinero y las perspectivas políticas se vuelvan más sombrías, siento que será más difícil o imposible en el futuro», indicó.
Su severa advertencia se produce en medio de una oleada de presión internacional sobre Israel para que se retracte de sus planes.

Ayer, el jefe de la Liga Árabe advirtió en una reunión de alto nivel de la ONU que cualquier anexión inflamaría las tensiones y pondría en peligro la paz en el Medio Oriente, y podría desencadenar «una guerra religiosa dentro y fuera de nuestra región».

Más de mil legisladores europeos también firmaron una carta conjunta en protesta por el plan de Israel, diciendo que tal medida «sería fatal» con la esperanza de una resolución pacífica del conflicto israelí-palestino.

Envalentonado por el favorable plan de Medio Oriente de la administración Trump y ansioso por establecer su frontera oriental permanente, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha prometido comenzar a anexar partes de Cisjordania que tienen asentamientos israelíes e incluso la medida comenzaría a aplicarse desde la próxima semana.

Israel capturó Cisjordania en la guerra de Oriente Medio de 1967 y en las décadas posteriores ha construido docenas de asentamientos que ahora albergan a aproximadamente 400.000 israelíes. La mayoría de la comunidad internacional considera que los asentamientos son ilegales. Los palestinos buscan el territorio como parte de un futuro estado independiente y han rechazado preventivamente el plan de Trump.

El gobierno de Netanyahu aún no ha publicado detalles de la anexión propuesta, pero el primer ministro ha pedido que aproximadamente el 30% del territorio, incluido el estratégicamente importante Valle del Jordán, sea anexado por Israel.

Incluso el primer ministro británico, Boris Johnson, un aliado cercano de Netanyahu, dijo la semana pasada que se oponía firmemente a la anexión de partes de Cisjordania, lo que «equivaldría a una violación del derecho internacional».

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a Israel el martes a escuchar los llamados globales y no continuar con sus planes. Le dijo a The Associated Press que la anexión no solo violaría el derecho internacional, sino que «sería un factor importante para desestabilizar la región».

Mladenov adoptó un enfoque más filosófico, diciendo que la anexión haría más que simplemente extinguir la perspectiva de una solución de dos estados para resolver el conflicto.

«Si eliminamos por completo la noción de que a través de negociaciones, compromisos, discusiones, diálogo, se puede lograr este objetivo, me temo que realmente sacamos el espíritu del proceso de paz y ponemos a todos en una posición muy difícil», concluyó.