Agencia AJN.- Una dieta mediterránea verde reduce la grasa intrahepática más que otras dietas saludables y reduce a la mitad la enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA), según un ensayo de intervención clínica a largo plazo dirigido por investigadores de la Universidad Ben-Gurion (BGU) del Negev y un equipo de colegas internacionales. «Nuestro equipo de investigación y otros grupos de los últimos 20 años han demostrado, mediante rigurosos ensayos aleatorios a largo plazo, que la dieta mediterránea es la más saludable», dijo la investigadora principal, la profesora Iris Shai, epidemióloga de la Facultad de Salud Pública de la BGU.

«Hemos perfeccionado esa dieta y hemos descubierto elementos que pueden introducir cambios drásticos en la grasa hepática y en otros factores clave para la salud», añadió.

La HGNA afecta a entre el 25% y el 30% de las personas en Estados Unidos y Europa. Aunque un poco de grasa es normal en el hígado, el exceso de grasa, un 5% o más, provoca resistencia a la insulina, diabetes de tipo 2 y riesgo cardiovascular, así como una disminución de la diversidad del microbioma intestinal y un desequilibrio microbiano.

Actualmente no hay ningún fármaco para tratar el hígado graso, y la única intervención es la pérdida de peso y la reducción del consumo de alcohol. El ensayo clínico nutricional de RMN, realizado por un equipo de investigación internacional dirigido por Shai, es el primero que desarrolla y prueba una nueva dieta mediterránea verde.

Esta dieta MED modificada es rica en verduras, incluye una ingesta diaria de nueces y menos carne procesada y roja. Está enriquecida con componentes verdes, ricos en polifenoles, incluyendo de tres a cuatro tazas de té verde al día y 100 gramos de un batido verde Mankai, una planta verde acuática también conocida como lenteja de agua que tiene un alto contenido en proteínas biodisponibles, hierro, B12, vitaminas, minerales y polifenoles.

«Abordar esta enfermedad hepática común mediante una intervención específica en el estilo de vida podría promover una estrategia nutricional más eficaz», dijo la Dra. Anat Yaskolka-Meir, primera autora y miembro de la Facultad de Salud Pública de la BGU.
«Este ensayo clínico demuestra una herramienta nutricional eficaz para la NAFLD más allá de la pérdida de peso».

El ensayo de 18 meses comenzó en 2017 en el Centro de Investigación Nuclear Negev en Dimona, Israel, cuando 294 trabajadores de más de 50 años con obesidad abdominal fueron divididos al azar en tres grupos: régimen dietético saludable, dieta mediterránea y dieta mediterránea verde.

Además de la dieta, todos los participantes recibieron un régimen de ejercicio físico con una suscripción gratuita al gimnasio. Los participantes se sometieron a resonancias magnéticas para cuantificar la proporción exacta de exceso de grasa intrahepática antes y después del ensayo.

Los resultados mostraron que todas las dietas condujeron a una reducción de la grasa hepática. Sin embargo, la dieta verde MED fue la que más redujo la grasa hepática, con un 39%, en comparación con la dieta mediterránea tradicional, con un 20%, y las pautas dietéticas saludables, con un 12%. Los resultados fueron significativos después de ajustar la pérdida de peso.

En general, la dieta verde produjo una reducción drástica del hígado graso. La prevalencia de la HGNA se redujo del 62% al inicio al 31,5% en el grupo mediterráneo verde, al 47,9% en el grupo mediterráneo y al 54,8% en el grupo del régimen dietético saludable.

En concreto, una mayor ingesta de mankai y nueces y una menor ingesta de carne roja/procesada se asociaron significativamente con el grado de pérdida de IHF, tras controlar otras variables.

Ambos grupos de dieta mediterránea tenían niveles de polifenoles plasmáticos totales significativamente más altos. En el grupo MED verde se detectaron más polifenoles específicos, que se encuentran en las nueces y el mankai. Los investigadores plantean la hipótesis de que el efecto de los polifenoles y la reducción de la carne roja desempeñan un papel en la reducción de la grasa hepática.