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Opinión

Guerra en Israel. «Hemos sido golpeados por un monstruo fanático, bárbaro e inhumano»

Agencia AJN.- El director ejecutivo del Departamento de Noar Jalutz y Dor Hemshej de la Organización Sionista Mundial (OSM), Ariel Goldgewicht, aseguró que los terroristas ‘‘Sabían exactamente cómo y dónde disparar para cortar la electricidad a la cerca e irrumpir en Israel. Hemos pagado y seguiremos pagando un precio muy alto por haber pensado que somos invencibles’’.

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Ariel Goldgewicht
Ariel Goldgewicht

Por Ariel Goldgewicht*

Estamos atravesando algunos de los días más difíciles en la historia del Estado de Israel.

Como saben, durante el último año nuestra sociedad ha estado políticamente polarizada… Pero ahora, estamos más unidos que nunca. La magnitud de la destrucción en los kibutzim y moshavim en los alrededores de Gaza, la enorme pérdida de vidas, las acciones bárbaras e inhumanas de nuestros enemigos y, lo peor de todo, los cientos de civiles secuestrados que se encuentran actualmente detenidos en Gaza nos han recordado quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos.

Hoy estamos más unidos que nunca, nuestra determinación es más fuerte que nunca. Hoy la palabra resiliencia, para nosotros, tiene un nuevo significado. La solidaridad es primordial y ahora es el momento de brillar. Tenemos que trabajar juntos para superar este horrible desafío… Pero prevaleceremos, nos levantaremos, reconstruiremos y lo haremos juntos.

Hemos sido golpeados y sorprendidos por un monstruo fanático, bárbaro e inhumano. Sabían exactamente cómo y dónde disparar para cortar la electricidad a la cerca e irrumpir en Israel. Hemos pagado y seguiremos pagando un precio muy alto por haber pensado que somos invencibles… Ellos sabían del festival de música en los campos alrededor de Re’im, conocían los mapas de los kibutzim, incluso la ubicación precisa de la armería en cada uno de ellos… pero subestiman nuestra arma secreta… nuestra unidad y solidaridad.

Estamos pasando por nuestra guerra de existencia. En las próximas horas/días encontraremos a todos los terroristas infiltrados, terminaremos la lucha dentro de Israel y llevaremos la lucha a ellos. Esta no será una guerra corta. Y, por desgracia, tengo la sensación de que se hará más difícil antes de mejorar. Muchos de nosotros siempre hemos sabido que este día llegaría… Nos sorprendió y nos pilló desprevenidos. ¡Pero venceremos!

Ustedes, sus familias, sus amigos y sus comunidades, ustedes… son la fuente de nuestra grandeza. Algunos de ustedes pueden estar sintiendo frustración, con los ojos pegados a las pantallas mirando con asombro las atrocidades que se desarrollan y, puede que se sientan incapaces de ayudar desde lejos… Entendemos y compartimos esta frustración. Es natural, nosotros también lo sentimos.

Queremos pedirles que concentren sus esfuerzos para ayudar a difundir la verdad en sus países, en sus idiomas. Las atrocidades que han ocurrido aquí en las últimas 48 horas son indescriptibles… Y, sin embargo, necesitamos poner palabras a estos eventos y difundirlos lo más lejos posible. Usen sus contactos, sus conexiones, escriban artículos, suban publicaciones en las redes sociales y respondan a los proveedores de odio que difunden noticias falsas… El mundo necesita saber lo que realmente ha sucedido aquí.

Una vez que el polvo de la guerra se asiente y seamos capaces de comprender la magnitud de la destrucción, comenzaremos a reconstruir nuestro país. Entonces nuevamente necesitaremos su ayuda.

Su apoyo es realmente esencial. En nuestro momento más oscuro, juntos, brillaremos intensamente.

Chazak Ve’Ematz (Fuerte y valiente)

*Director ejecutivo del Departamento de Noar Jalutz y Dor Hemshej de la Organización Sionista Mundial (OSM) y director de la Academia de Liderazgo Sionista

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Opinión | Un octubre negro que debe hacernos despertar

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Kibutz Beeri después de la masacre del 7 de octubre

Por Adriana Camisar*

Lo que ocurrió el pasado 7 de octubre en Israel, debería ser un llamado de atención para el mundo entero.

La barbarie de los terroristas de Hamas traspasó todos los límites morales posibles, desnudando su sangrienta y peligrosa ideología.

Lo que ocurrió es espantoso y desgarrador. Pero más desgarrador aún es el feroz antisemitismo que vimos resurgir con fuerza en distintos rincones del planeta, incluso antes de que comience la acción de defensa del ejército israelí.

Hemos sido testigos de marchas en todo el mundo en apoyo a Hamas, con slogans antisemitas como: “judíos a las cámaras de gas” o “globaliza la intifada” (que no es otra cosa que un llamado a la libre matanza de judíos).

Hubo innumerables ataques contra sinagogas e individuos judíos, y muchas universidades en Occidente se convirtieron en lugares inseguros para sus estudiantes judíos.

Además de estas manifestaciones abiertamente antisemitas, hubo otras aún más peligrosas, porque vinieron de organismos normalmente considerados respetables. Agencias de noticias como la CNN o MSNBC dieron credibilidad a reportes falsos de Hamas sobre el accionar del ejército israelí; la Cruz Roja Internacional no se preocupó inicialmente por los israelíes secuestrados; UNICEF no demandó la liberación de los niños y bebés israelíes cruelmente separados de sus familias; y UN Women (la organización de la ONU que debe velar por los derechos de las mujeres) no dijo una palabra sobre las mujeres israelíes violadas, torturadas, secuestradas y quemadas vivas.

Entonces es imposible no preguntarse lo siguiente: existe acaso algo que pueda hacer que el mundo se solidaricen con Israel y los judíos? Si algo como esto, que es la manifestación más acabada del mal, no hace que las personas se conmuevan por las víctimas judías, quizás nada lo hará.

Pero más allá de la amenaza para las comunidades judías de todo el mundo, si algo nos enseñó la historia, es que algo muy serio ocurre en aquellas sociedades en las que se permite que el antisemitismo florezca. Se trata de sociedades enfermas que pierden la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, lo que finalmente repercute en contra de ellas mismas.

De hecho, los prejuicios antisemitas que salieron a la superficie, nublaron la visión de muchos, impidiendo un correcto diagnóstico del mal al que nos enfrentamos. Estos prejuicios también impidieron (y aún impiden) una correcta evaluación del accionar del ejército Israelí, al que se demoniza, aún sin tener toda la información necesaria para hacer una evaluación correcta; y al que se somete a un estándar diferente al que se sometería a cualquier otro ejército, en circunstancias similares. En la práctica, esto implica negarle a los israelíes el derecho a defenderse.

En estos días, proliferan las expresiones que buscan “contextualizar” lo ocurrido, e incluso justificarlo, con argumentos que no resisten un análisis serio.

Es cierto que la masacre del 7 de octubre no ocurrió en “un vacío”, como afirmó recientemente, en un muy desafortunado comentario, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres. Pero sus conclusiones acerca de las causas primarias de lo ocurrido son profundamente erróneas. Y siendo él, el “principal diplomático del mundo”, su diagnóstico equivocado es extremadamente serio.

Ninguna política israelí puede justificar lo ocurrido. De hecho, Israel no tiene presencia alguna en la Franja de Gaza desde el año 2005. Y el enclave recibe millones de dólares de ayuda humanitaria todos los años por parte de la comunidad internacional, ayuda que en vez de utilizarse para desarrollar Gaza, se utilizó para construir misiles, túneles y demás infraestructura del terror. Es cierto que Israel mantenía un bloqueo para evitar que ingresen materiales que puedan utilizarse para construir esa infraestructura. Pero si algo demostró la masacre perpetrada, es que el bloqueo debería haber sido aún más estricto.

La verdadera causa de esta barbarie es la ideología de odio con la que generaciones de palestinos han sido adoctrinados durante años. En las escuelas, que dicho sea de paso son administradas por una agencia de la ONU (la Agencia para los Refugiados Palestinos o UNRWA), los libros de texto glorifican a los “mártires” que asesinan judíos; demonizan al Estado de Israel; y replican teorías conspirativas de neto corte antisemita. Muchos de los maestros tienen conexiones con organizaciones terroristas. Y tanto las escuelas, como las mezquitas y los hospitales, son utilizadas para esconder armas y cuarteles del terror.

La ONU, por lo tanto, tiene una enorme responsabilidad en el sostenimiento y la promoción de esta ideología de odio.

Desde chicos, a los habitantes tanto de Gaza como de Cisjordania se les enseña que el Estado de Israel no tiene derecho a existir, que los judíos son impostores en esa tierra (a pesar de los 4.000 años de presencia judía ininterrumpido en esa región), y que la razón de la existencia de cada uno de ellos es luchar, no por la construcción de un estado palestino, sino por la destrucción de Israel. Y de hacerlo en forma violenta.

Convertirse en un “mártir” es el mayor orgullo al que estos niños pueden aspirar, en abierta violación a los derechos del niño. Las familias de los terroristas que asesinan a judíos reciben altos salarios de por vida, lo que funciona como un excelente incentivo. Esto es conocido como la política de “pagar para matar.” Todo en nombre de la interpretación más radical y fundamentalista del Islam.

Entender esta realidad es importante porque cuando la guerra acabe, será necesario tomar las decisiones adecuadas, para que algo como esto no vuelva a ocurrir jamás.

Aún cuando Israel logre eliminar a los terroristas de Hamas y a su capacidad bélica, la ideología subyacente seguirá tristemente reinando entre los palestinos. Y en cualquier momento surgirá un grupo similar, con otro nombre, pero con la misma ideología extrema.

Entonces, lo que debe comenzar a analizarse desde ahora, es cómo combatir esa ideología, mediante un enorme trabajo de re-educación que implique el rechazo absoluto al extremismo. Esta no será una tarea fácil, y llevará generaciones. Pero es una tarea absolutamente necesaria e impostergable. Algunos analistas indican, con razón, que los ejemplos de Alemania y Japón, luego de la segunda guerra mundial, podrían ser buenos modelos a seguir.

El Islam radical no es solo un problema de Israel y del mundo judío. Es una amenaza para la sociedad occidental en su conjunto, ya que su fin último es el establecimiento de un califato global, y la eliminación de todos los “infieles.” Si la comunidad internacional no despierta y frena el avance de esta atroz forma de totalitarismo, sufrirá tarde o temprano terribles consecuencias.

*Asesora especial para Asuntos Latinoamericanos y de la ONU de B’nai B’rith Internacional, la organización judía más antigua del mundo, con sede en Washington DC.
Es además la directora adjunta del Instituto Americano-Judío de Relaciones Internacionales (AJIRI).

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Entre dos Filosofías y dos Ciudades, Occidental vs. Islámico ¿Podría Gaza ser Dubái?

Los árabes que permanecieron en los terrenos bajo control israelí fueron invitados a ser parte del nuevo Estado de Israel y se convirtieron en lo que hoy conocemos como árabes-israelíes. Estos árabes, (musulmanes y cristianos), se han desarrollado junto al Estado de Israel en los últimos 78 años. Por cuatro generaciones los árabes-israelíes han estudiado en escuelas de acuerdo al currículo de educación del ministerio de educación nacional israelí, han alcanzado títulos académicos en las universidades en Israel y en el mundo entero, han construido hogares en Israel, se han convertido en jueces en la corte suprema de justicia, médicos cirujanos, ministros en el gobierno, emprendedores, banqueros, policías, y todos los demás sueños que habrán querido alcanzar. Evidentemente se han convertido en ciudadanos con igualdad de derechos y deberes como cualquier otro israelí.

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Por Ariel Goldgewicht*

La guerra actual entre el Estado de Israel y la Organización Terrorista Islámica Fundamentalista Hamas es mucho más que otra ronda de este conflicto, es el epicentro de un choque de ideologías. En el siguiente ensayo intentaré analizar dos interrogantes que han sido resaltadas en los medios sociales en las últimas seis semanas transcurridas desde las atrocidades del siete de octubre.

Destacan las preguntas interesantes: ¿Por qué será que vemos grandes demostraciones y desfiles pro-palestinos en el mundo entero, excepto entre los árabes-israelíes? Es decir, ¿por qué los árabes (palestinos) que viven en Israel, al parecer son los únicos que no están luchando por la ´libertad’ de Palestina? ¿Acaso los árabes-israelíes serán los únicos árabes que no gritan repetidamente ´from the river to the sea, ¡Palestine will be free! ´ (del río al mar, Palestina será libre), insinuando, de-facto, la destrucción absoluta del Estado de Israel? Sin duda, esto es una disonancia cognitiva sumamente significativa, que debe ser investigada y analizada. Por otra parte, intentaré también pronosticar, quizás de manera más fantasiosa, cómo podría llegar a verse la franja de Gaza en la era post-Hamás.

En las últimas semanas he tenido la oportunidad de ser entrevistado en decenas de noticieros alrededor del mundo, discutir en debates con personas cuyo pensamiento es diferente al mío, e incluso he tenido el honor de haber publicado algunos artículos describiendo interrogantes, perspectivas y opiniones en relación al conflicto actual, sus fuentes y posibles caminos al progreso. (En la parte inferior de esta nota, podrán encontrar enlaces para acceder a algunos de los artículos que he redactado en las últimas semanas, por si lo desean).

Nos han acusado de todo tipo de barbaridades, me han atacado con falsedades y mentiras e insultos y amenazas… algunos incluso han intentado justificar las acciones barbáricas del 7.10. Sin embargo, seguimos adelante, debido a que a pesar de que todos llevamos en nuestras manos un aparato magnifico, nuestros teléfonos celulares, que proporciona acceso directo a toda la información real y a los hechos históricos indiscutibles. Como sociedad mundial nunca hemos tenido tanta ignorancia, y lo peor de todo es que, vivimos en una época absurda en la que los ignorantes hablan con una confianza absoluta, mientras repiten mentiras sin la mínima humildad de cuestionar sus palabras, y por algún motivo, las multitudes se dejan convencer de sus falsedades con facilidad. Es verdaderamente impresionante ver supuestos ´influencers´ en Instagram y Tiktok que están activamente creando una generación entera de personas que idealizan la ignorancia.

Yo vengo del mundo de la educación, creo en el pluralismo de pensamiento y en la esencia de la autocrítica. Confío plenamente en el hecho de que las cosas son complicadas, por lo que hace falta hacer un esfuerzo, hay que investigar, analizar, contemplar, debatir y pensar, antes de generar una opinión, y más aún, creo en la importancia de escuchar y aprender. Espero que estas palabras a continuación generen un pensamiento crítico, promuevan el diálogo y aporten a la búsqueda constante de una solución viable.

Comencemos con el interrogante inicial, ¿Quiénes son los árabes israelíes y por qué no salen a manifestar?

El Estado de Israel está compuesto por una población actual aproximada de 9.3 millones de personas, de los cuales el 74% se autodefinen como judíos, 20% como musulmanes, 2% cristianos, 2% drusos, y el 2% restante como ´otros´. Cuando las Naciones Unidas adoptaron la resolución llamada el ´Plan de Partición´, que proponía la creación de un estado árabe y un estado judío, este plan fue aceptado por los judíos (a pesar de que debían renunciar al 56% del terreno que originalmente se les había prometido), pero interesantemente fueron los árabes quienes lo rechazaron. Los judíos declararon la independencia mientras que los árabes declararon la guerra. Al final de esta guerra, los árabes que permanecieron en los terrenos bajo control israelí fueron invitados a ser parte del nuevo Estado de Israel y se convirtieron en lo que hoy conocemos como árabes-israelíes. Estos árabes, (musulmanes y cristianos), se han desarrollado junto al Estado de Israel en los últimos 78 años. Por cuatro generaciones los árabes-israelíes han estudiado en escuelas de acuerdo al currículo de educación del ministerio de educación nacional israelí, han alcanzado títulos académicos en las universidades en Israel y en el mundo entero, han construido hogares en Israel, se han convertido en jueces en la corte suprema de justicia, médicos cirujanos, ministros en el gobierno, emprendedores, banqueros, policías, y todos los demás sueños que habrán querido alcanzar. Evidentemente se han convertido en ciudadanos con igualdad de derechos y deberes como cualquier otro israelí.

Ojo, es importante resaltar que aún hay muchos problemas, lamentablemente no todo ha sido color de rosa. El sistema parlamentario gubernamental israelí ha generado una situación en la que la mayoría de los partidos políticos son ´sectoriales´, es decir, que se preocupan primordialmente por el sector que vota por ellos. Por este motivo, muy poco ha sido invertido específicamente en las minorías sociopolíticas en Israel. En un mundo ideal, debió haberse invertido mucho más en las minorías como los etíopes, los drusos, los beduinos y por supuesto también en los cristianos y los musulmanes, entre otros, que carecen de representación parlamentaria fuerte que pueda dirigir presupuestos a estas minorías.

Hace falta crear un plan estratégico a largo plazo para desarrollar con mayor éxito la integración social de todas las minorías a nivel nacional. Eso será desglosado en futuros ensayos. Mientras tanto, quisiera intentar ofrecer una explicación de por qué estas minorías, en particular los árabes musulmanes (que constituyen casi un 20% de la sociedad nacional de Israel), no han salido a apoyar al Hamás y no buscan la destrucción de Israel. Vale recalcar que los árabes israelíes de religión musulmana, incluso muchos de los árabes cristianos, se autoidentifican también como ´Palestinos´.

Para entender esto, quisiera enfocarnos en dos aspectos esenciales. Por un lado, el sistema de educación formal, y por otro lado, la formación de esperanzas y expectativas para el futuro.

En los libros de estudio de las escuelas árabes-israelíes en el Estado de Israel, la educación de los niños se basa en valores éticos y morales occidentales, aprenden matemáticas, física y química, aprenden inglés y leen novelas de escritores reconocidos a nivel mundial. No estoy insinuando que sea perfecta, obviamente podría ser mejor. Solo estoy señalando que, por cuatro generaciones, niños han crecido en un entorno educativo en el que se fomenta el desarrollo y el éxito, mientras que, en forma contradictoria, en las escuelas de Gaza y en Cisjordania, aprenden a idolatrar mártires y reciben una inculcación masiva de odio y rencor constante y permanente.

Esto nos lleva directamente al segundo aspecto. El motivo por el que invertimos tanto en nuestros hijos en el mundo occidental es porque deseamos, entre otras cosas, que tengan éxito en sus vidas. Quiero detenerme un minuto en describir el común denominador de las varias definiciones de la palabra éxito. Éxito es alcanzar nuestras expectativas, nuestros sueños para una vida mejor… encontrar la felicidad. Sin embargo, para tener éxito, debes primero contar con la fuerza y la valentía para soñar y el respaldo para luchar por tus sueños. Debes tener la capacidad de sentir la confianza en tus habilidades y la proyección de tus expectativas. ¿Pero, qué pasa si lo que deseas, lo que te han enseñado toda la vida, lo que consideran en tu entorno como éxito, es matar y morir por honor, es ser un mártir? ¿Qué pasa cuando actos de violación, decapitación, asesinato de niños y secuestro de bebés, son considerados representaciones y expresiones del éxito?

Eso es lo que evidentemente está ocurriendo en las escuelas dirigidas por el Hamás en la franja de Gaza. Lamentablemente, también en las escuelas de la Autoridad Palestina en Cisjordania, en los textos educativos tanto de primaria como secundaria, idolatraran a los ´héroes´ nacionales, personas que se han suicidado matando a israelíes, ¡mientras gritan Allah uakbar! Tanto en Cisjordania y como en Gaza construyen plazas, fuentes, monumentos, calles y escuelas en nombre de terroristas que han muerto estallando buses llenos de niños inocentes. Y lo peor aún, la Autoridad Palestina, tiene una sección de su presupuesto, mayor a los $300 millones de dólares anuales, que son entregados en forma de salarios mensuales a las familias de los terroristas que han muerto o que han sido capturados matando israelíes. Las cantidades de este salario varían de acuerdo con la cantidad de israelíes que el terrorista consiguió asesinar antes de morir o de ser capturado. ¡Entre más bebés inocentes lograste matar con tu chaleco explosivo, mayor será el pago mensual que recibirá tu familia!

Invito al lector a reflexionar un minuto sobre el párrafo anterior. ¿Cree que está bien esto? ¿Conoce algún otro organismo, país o sociedad que entrega a familiares de asesinos, sueldos mensuales de acuerdo a un menú basado en la cantidad de civiles inocentes que el terrorista haya asesinado a sangre fría? Esto indudablemente ha contribuido a la creación de una sociedad que considera héroes a asesinos, generando así que el ´éxito´ deseado por cada niño sea convertirse en un mártir.

Ahora pongamos esto en contexto. Si la esperanza de ser exitoso se basa en realizar asesinatos o en el suicidio, ¿Qué sentido hay en leer novelas de escritores legendarios, autores como Miguel de Cervantes, Gabriel García Márquez o Jorge Luis Borges? ¿Para qué estudiar matemáticas, física y química? ¿Qué objetivo habrá en estudiar inglés o computación? Nada de lo que consideramos como ´objetivos académicos´ en la sociedad occidental tiene valor, pues los héroes de la sociedad no son ingenieros, médicos, banqueros o emprendedores.

Ariel Goldgewicht

Por esto, también, como efecto secundario, se trata de una sociedad de severa pobreza. Y aquí se duplica la influencia, pues no sólo viven en una pobreza severa basada en la falta de capacidad académica, sino que son sometidos a un lavado de cerebro ideológico religioso fundamentalista yihadista. Y cuando mezclas, ignorancia académica, el heroísmo de los mártires del fundamentalismo islámico, y le agregas la ilusión de alcanzar cierta estabilidad económica al obtener un sueldo mensual, estás creando con eficiencia extraordinaria otra generación de niños y jóvenes cuyo único deseo es ser un mártir. Y cuando tengas éxito, encuentras lo que son, en esencia, una nueva generación de asesinos que son capaces de realizar las atrocidades barbáricas que hemos visto el pasado 7 de octubre.

Obviamente en una sociedad de esta índole no sólo no hay progreso académico, sino que encontramos también las demás características que usualmente vienen junto a ello. Por ejemplo, en sociedades fundamentalistas religiosas musulmanas, no hay libertad de prensa, de expresión, de pensamiento crítico, de igualdad de derechos, no existen los derechos de las mujeres, las minorías, ni los homosexuales… nada de eso. Los civiles no tienen ningún valor, ninguna importancia, son peones en la resistencia, son considerados herramientas en potencia. Es aquí también donde se convierte en legítimo usar a civiles como escudos humanos, donde es aceptable disparar cohetes desde el patio de una escuela o desde el techo de un hospital. Es aquí, en las sociedades gobernadas por fundamentalistas, donde vemos que la población puede vivir en extrema pobreza, mientras que sus autoridades corruptas (los ´megas-terroristas´) son multibillonarios. Ellos se convierten en los modelos a seguir, y así es como los niños crecen soñando ser uno de esos mega-terroristas.

Pensémoslo, los niños aprenden que ser un terrorista asesino es la única forma de superarse en todos los sentidos. Si logra morir en el acto recibirá las 72 vírgenes en el paraíso que le han prometido toda su vida, y su familia tendrá estabilidad económica para siempre. Será famoso, habrán pancartas con su foto y plazas serán honradas con su nombre. Y en el caso de no morir en el camino, tiene la opción de ascender a un rango militar superior, obtendrá un puesto de autoridad y además podrá acceder a la corrupción del grupo y convertirse en millonario. Quizás no tendrá vírgenes en el paraíso, pero igual podrá tener fama extraordinaria y estabilidad económica para toda su familia.

En resumen, ¿qué otra opción le queda a un niño palestino en Gaza? Considero que esta es la esencia del conflicto. Teoréticamente, todos los demás temas pueden ser solucionados mediante negociaciones: Los asentamientos pueden ser desmantelados (tal y como se ha hecho en varias ocasiones en el pasado), las fronteras pueden ser movidas de un lugar a otro, edificios y casas que fueron destruidas pueden ser reconstruidas. Pero cambiar la ideología radical de una persona que ha sido sometida a un lavado de cerebro sistemático y eficiente por décadas, incluso desde su más pequeña infancia, no es algo que pueda ser alterado con facilidad. Esto va a tardar generaciones enteras para lograr ser corregido, pero sí es posible.

Ahora sí, entonces, ¿cómo podemos progresar hacia un futuro de paz, seguridad y felicidad mutua? tanto para el Estado de Israel, como para el pueblo Palestino. Antes de proyectar el futuro, comencemos con un poco de historia. El mundo islámico no siempre fue así. El periodo comprendido entre los siglos VIII y XIII es considerado por historiadores la era de oro del islam. En este periodo los académicos musulmanes, ingenieros, comerciantes, médicos y artistas, contribuyeron enormemente en áreas como la agricultura, economía, industria, literatura, navegación, filosofía, ciencias, tecnología y hasta en las artes. Algunos inventos, como la brújula, el álgebra, el ajedrez, el astrolabio, el reloj, la cámara oscura, el arte de teñir, el curtido de cuero, la destilación, e incluso los números que habitualmente usamos hoy en día son números arábigos… ¡y muchos más! Pero, lamentablemente todo eso cambió drásticamente con el nacimiento del islam fundamentalista, extremista y vengativo, luego de la caída de Jerusalén a manos de las cruzadas (en el año 1099) y la caída de la ciudad de Bagdad a manos de los mongoles bajo el mando de Gengis Kan (en el año 1258).

Para darles una idea de cuánto ha caído el mundo musulmán desde su gloria, veamos un poco de números y estadísticas. Hoy en día hay más 8 billones de personas en el mundo, de las cuales, aproximadamente el 30% son musulmanas. Sin embargo, solo 16 musulmanes han sido ganadores de premios Nobel (y de estos, 9 son premios Nobel por la Paz). Es decir, a pesar de ser el 30% de la población mundial, únicamente tienen 1.6% de los premios Nobel. Mientras que la población judía mundial, por ejemplo, que alcanzan tan solo un 0.03% de la población mundial, tiene alrededor 22% de todos los premios Nobel. Es decir, de los 965 premios nobel que se han entregado desde 1901 que inició esta premiación, ¡214 han sido entregados a judíos!

Honestamente no tengo una respuesta clara que explique la naturaleza de estos números. Pero lo que sí puedo decir con certeza es que el pueblo árabe musulmán tiene el potencial de hacer cosas magnificas, como lo demostraron en el pasado. Pero por algún motivo en los últimos cien años, el mundo musulmán, al parecer, se ha dedicado a otras cosas, que no son la persecución de la excelencia académica.

Aun así, hay casos hermosos de éxito, como por ejemplo la magnífica ciudad de Dubái en los Emiratos Árabes Unidos ´EAU´. Dubái es la prueba del éxito posible cuando los líderes se enfocan en el progreso económico. Una ciudad de 35km2 que hace 25 años era prácticamente dunas de arena en un desierto con una costa al mar. Era un pueblo pescador pequeño y relativamente insignificante, pero hoy es una meca de industria y turismo de lujo superior que posee algunos de los hoteles más finos del mundo y el edificio más alto del planeta, el Burj Khalifa. En las últimas décadas, Dubái se ha convertido en sinónimo de éxito económico estratégico.

Las similitudes entre la ciudad de Gaza y la ciudad de Dubái son impresionantes. Ambos pueblos de pescadores, desérticos, sin fuentes de agua potable, con clima seco caluroso, y una playa hermosa. ¿Por qué Gaza no podría ser como Dubái? ¿Por qué no podría desde la costa de Gaza haber islas artificiales en forma de palmeras donde los millonarios del mundo compraran propiedades y construir mansiones de lujo? ¿Qué tendría que pasar para que Gaza pueda ser Dubái? ¿Para que la población pueda disfrutar de una rambla marítima hermosa, con restaurantes que tengan estrellas michelín, hoteles de lujo, quizás incluso casinos, centros comerciales con las tiendas más exclusivas y así convertirse en un centro turístico excepcional con atracciones para toda la familia, generando así un sitio al que todo el planeta quisiera visitar?

La respuesta inicial que estará dando vueltas en su cabeza ahora a esta pregunta debe ser, ‘pues la culpa la tiene Israel’, o quizás ‘la supuesta ocupación de la Franja’, o ‘la falta de recursos naturales y sus respectivos petrodólares’, o quizás una serie de variables adicionales que no han sido analizados. Pero en realidad, la respuesta más probable es que, simplemente, no les interesa.

En los últimos días, en preparación para la redacción de este ensayo, realicé una serie de entrevistas a amigos y colegas árabes palestinos. Cada uno de los entrevistados comentaron distintos motivos o variables acerca de por qué Gaza no es Dubái. Sin embargo, todos llegan a un común denominador esencial que quisiera compartir con ustedes. Por un lado, todos concuerdan en la afirmación, que por supuesto que si se podría y aún se puede. No es por falta de dinero, pues claramente hemos visto que el mundo ha estado invirtiendo decenas de billones de dólares en la Franja de Gaza por décadas. Tampoco es por la supuesta ´ocupación´, pues claramente fueron capaces de introducir billones de dólares en armamento, aparte del hecho de que Israel no ha tenido presencia física en Gaza desde el año 2005 cuando se retiró por completo de la franja. Lo que si concuerdan es que el día en que los palestinos reconozcan el derecho a existir del Estado de Israel, podrán iniciar una evolución de modo de guerra y mártires a modo de progreso académico, y sin dudas, todo el mundo juntos apoyarán a Gaza en esta transición hacía el éxito.

Todos los entrevistados están de acuerdo en que los dirigentes políticos que han dominado la franja de Gaza por los últimos 17 años, desde la desconexión de Israel, la organización Terrorista fundamentalista yihadista del hamás, no tienen ningún interés en ponerle fin al conflicto, pues para eso, tendrían que reconocer al Estado de Israel y lamentablemente eso no coincide con la ideología que han estado inculcando con tanta eficiencia por tantos años a los pobladores de la franja desde edades tempranas. Ellos viven del conflicto y se alimentan del odio; se motivan en el resentimiento y se basan en la pobreza absoluta que mantiene a toda la población exclusivamente dependiente de las autoridades.

Como dice el viejo refrán chino: “Dale un pez a un hombre y comerá hoy. Enséñale a pescar y comerá el resto de su vida” (Confucio). Si educaran a la población de Gaza a figurativamente pescar, podrían ser económicamente independientes de sus autoridades, podrían dedicarse a la ingeniería la arquitectura, la agricultura, la medicina, las ciencias e incluso las artes. Pero para eso, solamente tendrán que optar por la vida y no por la muerte. Tendrán que dejar a un lado los afanes de adquirir las 72 vírgenes en el paraíso, tendrán que dejar la noción de la gloría yihadista. Tendrán que optar por tener una vida mejor hoy, tendrán que decidir invertir en esta vida.

Estas ideas no son de fantasía, son reales e incluso tienen cierto nivel de probabilidad. Pero esto va a requerir de un plan estratégico a largo plazo. Shimon Peres Z»L siempre decía que hay que soñar en grande. Él estaba convencido de que la cooperación económica sería el conducto ideal para salir del ciclo de violencia. Decía que hay que invertir para poder progresar. Pero sus sueños no se realizaron, en gran medida, debido a que el lado Palestino del conflicto, tanto la Autoridad Palestina como el Hamás no están dispuestos a reconocer la existencia del Estado de Israel. Siguen en su lucha, con slogans como ´From the river to the sea´, buscando destruir en lugar de invertir, siguen educando a matar en lugar de superar.

Lo que tiene que pasar, para que podamos progresar, es un cambio esencial en el paradigma social de los Palestinos. Propongo aquí un plan estratégico que consta de 3 fases indispensables iniciales:

  1. Tienen que dejar de alabar asesinos barbáricos, dejar de glorificar sus nombres, dejar de nombrar plazas, escuelas y calles en honor a los terroristas cuyo único acto fue traer muerte y sufrimiento a la humanidad.

 

  1. Tienen que dejar de pagarles sueldos mensuales a las familias de terroristas suicidas. Dejar de asociar actos de asesinato con un incentivo económico.

 

  1. Luego tienen que comenzar a vivir, a generar expectativas, a crear sueños, y eso los proyectará a invertir en la educación y en la excelencia académica.

Esto no va a ser fácil, ni rápido. Va a tardar décadas, incluso generaciones enteras. Pero no dudo que sea posible. Además, creo fuertemente que los árabes-israelíes podrían servir como puente social que una la brecha entre estos dos sistemas tan opuestos de vida. Creo que este ejemplo exitoso, podría motivar a los Palestinos a optar por la creación de expectativas de vida que no incluyan la muerte. Hay miles de ejemplos de enemigos mortales que lucharon guerras horrorosas en el pasado, que hoy en día son aliados. Basta con ver como el Estado de Israel y Alemania son aliados para entender que en la imagen macro de la historia universal, en el futuro lejano, el conflicto árabe-israelí se resumirá en una página de algún libro.

Los análisis que he estudiado, en base a las investigaciones realizadas en los últimos días, me llevan a pensar que fueron los sistemas de educación fundamentalista yihadista aquellos que destruyeron todas las fibras de empatía humana y que convirtieron en monstruos a los que realizaron las barbaridades del 7.10, por lo que por medio de la educación podremos remediarlo. Lo que hace falta ahora, es que el mundo se una para terminar con el Hamás. El ejército de Israel debe seguir luchando, para alcanzar lo antes posible los objetivos de esta guerra, el rescate inmediato de los secuestrados y la destrucción absoluta de la opresión del Hamás sobre la población de Palestina en Gaza. Luego, el mundo, juntos, podremos comenzar la reconstrucción de Gaza, tanto a nivel de infraestructura, como a nivel de educación de valores, de ética, de moral y así, podremos ofrecer una posibilidad de generar expectativas y sueños que no tengan nada que ver con matar ni morir. Quizás sea ingenuo, quizá sea un sueño, pero espero algún día poder caminar por la rambla de la ciudad de Gaza.

 

*Director ejecutivo del Departamento de Liderazgo Juvenil de la Organización Sionista Mundial. Sirvió como oficial en la Unidad de fuerzas especiales élite del Ejército de Israel “Duvdeban”, 25 años de servicio (entre el servicio básico y las reservas).
B.A. en Relaciones Internacionales Universidad Hebrea de Jerusalén.
B.A. en Historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén

Notas:

El choque de valores esenciales ¿Héroes o criminales? – https://agenciaajn.com/noticia/ariel-goldgewicht-el-choque-de-valores-esenciales-heroes-o-criminales-223983

A treinta días de la masacre – de dónde vino, en dónde nos encontramos y hacia dónde nos dirigimos… La lucha contra la Ignorancia – https://agenciaajn.com/noticia/a-treinta-dias-de-la-masacre-de-donde-vino-en-donde-nos-encontramos-y-hacia-donde-nos-dirigimos-la-lucha-contra-la-ignorancia-224939

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