Agencia AJN.- El presidente Isaac Herzog se refirió a los enfrentamientos entre seculares y religiosos por la segregación de género durante los servicios públicos de oración de Yom Kippur y advirtió que la división social representa un “verdadero peligro” para la seguridad nacional.

Un grupo religioso, desafiando una orden municipal respaldada por la Corte Suprema, había instalado un divisor entre hombres y mujeres para las oraciones de Yom Kippur en una plaza central de Tel Aviv, lo que provocó protestas de los residentes liberales que terminaron frustrando todo el servicio de oración.

Herzog dio un discurso hoy junto al primer ministro Benjamín Netanyahu, el ministro de Defensa Yoav Gallant y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Herzi Halevi, en una ceremonia en el cementerio militar Monte Herzl de Jerusalem para conmemorar los 50 años de la Guerra de Yom Kippur, que comenzó con un ataque sorpresa por parte de Egipto y Siria.

Herzog señaló que en 1973, los israelíes se vieron obligados a “dejar de lado todos los desacuerdos y unirse para contraatacar a los enemigos que intentaban erradicarlos”.

“Debemos aprender las lecciones y comprender verdaderamente que la amenaza interna dentro de Israel es la más grave y peligrosa de todas”.

Herzog se refirió a los acontecimientos en Tel Aviv como “un ejemplo impactante y doloroso de cómo la lucha interna está aumentando y volviéndose extrema”.

“Sé que hablo en nombre de la mayoría absoluta de los ciudadanos israelíes cuando expreso una profunda tristeza y conmoción al ver a nuestro propio pueblo luchando entre sí en un día que siempre ha sido un símbolo de unidad”, manifestó.

“¿Cómo llegamos a esta terrible situación, en la que 50 años después de esa amarga guerra, hermanas y hermanos se encuentran en lados opuestos de la división? Quienes echan leña a este fuego son una amenaza real para la unidad israelí. Tienen que parar aquí y ahora. La división, la polarización, las disputas interminables son un verdadero peligro para la sociedad israelí y para la seguridad del Estado de Israel”, advirtió el presidente.

“Los enemigos de Israel comentan esto repetidamente y se refieren a la crisis interna dentro de nosotros como el comienzo del desmoronamiento del Estado de Israel; y aunque estén completamente equivocados, debemos entrar en razón, suavizar el tono, escuchar, tender la mano y poner fin a la crisis interna en la que estamos a través del diálogo y el acuerdo”, instó.

“Estas no son sólo palabras vacías, sino una obligación histórica. De modo que, Dios no lo permita, los historiadores y líderes [no] mirarán estos días dentro de 50 años, y verán el terrible precio que esta ruptura nos exigió, y se preguntarán: ‘¿Cómo no comprendieron la magnitud del peligro y la profundidad del abismo? Después de todo, estaba justo frente a sus ojos’”, añadió.

Después de Herzog, Netanyahu elogió de manera similar la unión “heroica” a la batalla de todos los sectores de la sociedad israelí en 1973.

“Era el pegamento que unía unidad a unidad, persona a persona: el compromiso inquebrantable con nuestra nación, con nuestra patria”, dijo el primer ministro. “El pueblo ganó la guerra. La gente, laica y religiosa, de izquierda y de derecha, judía y no judía, demostró en aquel entonces que lo que nos conecta es mayor que lo que nos divide”.