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Opinión

Hezbollah, la amenaza a Estados Unidos que ningún muro puede prevenir

AJN.- Por Roxana Levinson, corresponsal en Israel. El columnista del diario árabe Al Arabiya, Tony Duheaume, publicó este fin de semana un análisis de cómo la presencia de Hezbollah aumenta en Estados Unidos. El autor plantea sus vínculos con los cárteles de droga de Colombia y México, los túneles y las células dormidas, listas para actuar. He aquí la traducción completa de su artículo.

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People watch Lebanon’s Hezbollah leader Sayyed Hassan Nasrallah as he appears on a screen during a live broadcast to speak to his supporters at an event marking Resistance and Liberation Day,

Cuando se trata de luchar contra el terrorismo, la construcción de muros y las prohibiciones de viajes no hacen nada para disuadir a los experimentados terroristas de perseguir sus agendas violentas, ya que no importa lo que se les ponga en su camino, encontrarán su carne de cañón entre los vulnerables, desposeídos y oprimidos en las calles de cualquier ciudad interior, incluyendo las de Estados Unidos.

Los que sufren más de tales restricciones de movimiento draconianas, son los cientos de miles de musulmanes migrantes inocentes que padecen pésimas condiciones, después de escapar del terrible entorno de las guerras, y terminan siendo estigmatizados como «enemigo público».

Lo que debería asustar al gobierno de Estados Unidos más que nada en lo que respecta a México y a su propio país, es la presencia de Hezbollah en ambas áreas, ya que se sabe que han construido sofisticados túneles a lo largo de su frontera con Estados Unidos, tal como la red subterránea de San Diego, permitiendo tanto que los agentes de Hezbollah como la mafia mexicana crucen a Estados Unidos sin ser vistos, para establecer pandillas dentro de territorio norteamericano.

Estos túneles eran una réplica de los que sus primos libaneses habían cavado en el Líbano, que les permitieron transportar cohetes y otras armas al país desde Siria durante los conflictos pasados ​​con Israel, como así también abastecer a los insurgentes en Gaza.

Además, en los últimos años en Estados Unidos, se registró un aumento en los traficantes de drogas apresados que llevan tatuajes con símbolos de Hezbollah, mostrando cómo Estados Unidos se ha convertido en un objetivo principal para la empresa de contrabando de drogas del grupo terrorista, que se volvió más simple por el hecho de que los estadounidenses de origen libanés están manejando varias redes de contrabando de drogas en el lado norteamericano de la frontera.

En el año 2010, el Departamento de Policía de Tucson observó que la presencia de grupos radicales en el sistema penitenciario estadounidense iba en aumento, así como el número de presos que se radicalizan durante su estada en prisión y la cantidad de tatuajes de Hezbollah encontrados en criminales encarcelados.

En base a estos informes, que generaron serias preocupaciones entre las autoridades durante ese período, se hizo un llamamiento a todos los ciudadanos estadounidenses a través de Internet, para que informen sobre cada persona que vean portando esos símbolos en el cuerpo, en un esfuerzo por rastrear a estos curtidos terroristas, que son la verdadera amenaza para la seguridad del país, y ya están en suelo estadounidense.

Simpatía política e ideológica

Irán encontró simpatía ideológica y política entre varios gobiernos de América Latina, con lo cual el odio hacia Estados Unidos ha resultado ser una gran ventaja en el área, ya que muchos de los líderes latinoamericanos más radicales comparten la misma línea de pensamiento. Varios regímenes esperan el día en que Estados Unidos vuelva a sufrir una serie de ataques tan terribles como el 9/11, y el reciente fortalecimiento de los lazos con el liderazgo iraní los ha puesto en el camino para lograrlo.

Para destacar los planes radicales de Irán para el área, uno de los embajadores de larga data del régimen en México, Mohammad Hassan Ghadiri, fanático de la ideología de Ruhollah Khomeini y ferviente antisemita, pasó su tiempo en México recorriendo zonas empobrecidas , buscando activamente y convirtiendo a jóvenes mexicanos a la forma radical del islam chiíta de su antiguo mentor, llenando sus mentes de fervor religioso, y tratando de persuadirlos de viajar a Qom en Irán para llevar a cabo estudios religiosos.

Esto ocurrió en México, pero podría ser fácilmente replicado en los barrios bajos de cualquier ciudad interior de Estados Unidos, donde muchos jóvenes sienten que no tienen oportunidad de encontrar trabajo y que son acosados ​​ por una sociedad que no tiene lugar para ellos.

Pero en lo que respecta a Ghadiri, una declaración preocupante hecha por él durante el tiempo que pasó en México, fue que instaba a sus jóvenes reclutas a acceder a los servidores de las instalaciones de defensa de Estados Unidos, en un intento por sembrar el caos en las fuerzas armadas. Ello se suma a otra declaración en la que expresó su deseo de ver la aniquilación del régimen «sionista» de Israel, un hecho que mostró las intenciones de la administración iraní cuando intenta a influir en la política de América Latina.

Células dormidas

Durante décadas, Hezbollah ha estado muy arraigado en México, y los informes de inteligencia estadounidenses sugieren que los agentes del grupo terrorista tienen una red de células dormidas bien establecida dentro de Estados Unidos, y se cree que la única razón por la que Hezbollah no ha llevado a cabo un atentado “espectacular” en suelo norteamericano tiene dos aspectos:

El primero es que Irán necesita ganar amigos e influenciar a la gente en América Latina, y Hezbollah necesita llenar sus arcas con efectivo hecho en base a la miseria del desesperado ejército de toxicómanos de Occidente a través de sus narcóticos. Por lo tanto, sería contraproducente que los estadounidenses los atraparan debido a ataques terroristas, ya que esto perturbaría su red de traficantes, costándoles una enorme cantidad de dinero.

El segundo es el acuerdo nuclear firmado por Irán, a la que el régimen iraní se ha adherido en la medida en que lo considera conveniente, al acordar la restricción de ciertos aspectos de su programa nuclear, algo que le da la oportunidad de construir sus fuerzas armadas en Siria, Irak y Yemen, y recuperar su prestigio dentro de la comunidad internacional. Por lo tanto, mientras este acuerdo permanezca en su lugar, Irán tendrá miles de millones de dólares de regreso en sus arcas dinero después de que fuera confiscado como resultado de las sanciones occidentales impuestas debido a las aspiraciones del régimen iraní de obtener armas nucleares.

Así, con la Brigada Qods  – que es una división armada de élite, que actúa en nombre de su organización hermana, la Guardia Revolucionaria Iraní, y lleva a cabo operaciones en el extranjero– dirigiendo las operaciones de Hezbollah, Irán ha mantenido las riendas estrechas sobre las actividades terroristas actuales del grupo terrorista.

Esto es sólo para verificar que no habrá ataques serios de sus asociados en territorio estadounidense, lo que ayudará a asegurar que el acuerdo nuclear se mantenga, y que Irán no sufrirá más sanciones ni se encontrará de pronto bajo ataque militar de Occidente. Pero si esto cambiara, si Occidente mostrara agresión contra Irán, el régimen de Teherán podría activar a las células dormidas de Hezbollah en todo el mundo occidental, y comenzarían los ataques terroristas, incluyendo blancos vitales en suelo estadounidense.

Libaneses en el extranjero

Se ha estimado que más libaneses viven en el extranjero que en el propio Líbano, por lo que con un gran número de personas que viven en América Latina y dentro de Estados Unidos, dentro de cada comunidad de emigrantes hay una cierta cantidad de elementos criminales que encontrar. El comercio de la cocaína está extendido por todas las Américas y muchos emigrantes libaneses se han enganchado en ese comercio, y Hezbollah ha encontrado un pie a través de estos grupos criminales, para formar lazos con varias pandillas de narco-terror en ambos continentes.

Se sabe desde hace varios años que el tráfico de drogas con la mafia mexicana es una lucrativa fuente de ingresos para Hezbollah, habiendo entrado en contacto con su liderazgo a través de sus relaciones con grupos guerrilleros como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por décadas.

A pesar de estar en negociaciones de paz con el gobierno colombiano, las FARC siguen siendo consideradas un grupo terrorista, que en un momento dado produjo el 70 por ciento de la cocaína del mundo, además de haber sido responsable del 90 por ciento de la droga en venta dentro de los Estados Unidos.

Siendo más brutal que el barón colombiano de la droga Pablo Escobar cuando el cartel de Medellín estaba en su apogeo, la mafia mexicana opera con impunidad casi total en las calles de México, debido a que la policía se ha visto totalmente sobrepasada cuando queda atrapada en enfrentamientos entre los miembros del cártel, que se visten como soldados paramilitares, y llevan un arsenal impresionante de armas militares.

Cárteles mexicanos

En lo que respecta a los cárteles mexicanos, Hezbollah es el socio perfecto para cualquier grupo que esté en desacuerdo con su gobierno. No sólo porque es un grupo insurgente, cuyo talento en la guerra asimétrica y urbana es insuperable, logrado a través de rigurosos entrenamientos en los campos de entrenamiento de la Fuerza Qods, también tiene talento y experiencia en todas las otras formas de insurgencia.

Su lista de técnicas incluye entrenamiento de francotiradores para asesinatos, enseñanza de los fundamentos de los sistemas de inteligencia, métodos para obtener comunicaciones seguras y mucho más. Así que, con los expertos en fabricación de bombas dentro de sus filas, con todo el conocimiento que se puede pedir en el diseño y plantación de artefactos explosivos, no es de extrañar que tales registren un repentino aumento en las calles de México desde Hezbollah entró en escena.

Pero lo que hace que Hezbollah sea tan atractivo para las pandillas de narcos es el hecho de que sus técnicas de insurgencia han sido perfeccionadas a través de sus guerras en el Líbano contra el ejército israelí y recientemente con el respaldo de tropas iraníes en zonas de combate como Siria, Irak y Yemen. Con su experiencia en el campo de batalla y en traer el terror a las calles, Hezbollah se convierte en un aliado esencial en lo que respecta a los carteles de la droga mexicanos.

Así que, con los gobiernos mexicanos pasados incapaces de controlar la situación que los cárteles crearon en las calles, la violencia escaló rápidamente, y con Hezbollah preparando a pandilleros en sus campos de entrenamiento completamente equipados, toda la situación está ahora fuera de control. Por tanto, con las fronteras de Estados Unidos en situación de peligro, si el régimen iraní diera la orden de atacar a su principal enemigo, ningún muro protegería a un país que ya tiene células dormidas establecidas en su territorio.

 

Opinión

Análisis: Mientras Israel lucha contra Irán, ¿dónde están los aliados terroristas de Teherán en su momento de necesidad?

Teherán desarrolló una red terrorista regional para aislarse de la guerra, pero ahora que está bajo ataque, Hezbollah y otros se sienten demasiado débiles o demasiado intimidados para unirse a la batalla.

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Foto: Una bandera iraní yace en el suelo a la entrada de la embajada iraní, que fue dañada por combatientes de la oposición en Damasco, Siria, el 8 de diciembre de 2024. (AP/Hussein Malla)

Por Nurit Yohanan

Cuando Israel anunció la Operación «León Ascendente» en la madrugada del viernes, marcó la primera vez en más de 50 años que el país declaraba la guerra contra un Estado soberano, en lugar de contra una organización terrorista que opera desde territorio extranjero, Cisjordania o Gaza. Un número considerable de estas organizaciones a las que Israel se ha enfrentado a lo largo de los años fueron y son apoyadas, financiadas o incluso controladas directamente por Irán, el país que ahora se encuentra en la mira de Israel.

Desde la Revolución iraní, el régimen de Teherán ha invertido importantes esfuerzos en difundir su ideología entre las poblaciones chiítas de Medio Oriente, a la vez que ha construido una red de organizaciones terroristas en toda la región, incluyendo grupos suníes.

La Fuerza Quds, una unidad especial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, se ha centrado en las últimas décadas en apoyar a estas organizaciones mediante ayuda financiera, el suministro de armas y municiones, e incluso entrenamiento, a veces realizado en territorio iraní.

Para Irán, la red terrorista era tanto una proyección de poder como un escudo: los grupos hostigaban continuamente a los dos mayores enemigos de la República Islámica, Estados Unidos e Israel, mientras que este se mantenía aislado de las represalias. Y la existencia de una liga de ejércitos de apoyo, listos para defenderse en caso de guerra, ayudó a disuadir cualquier idea occidental de invasión o cambio de régimen.

Después del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un ataque devastador contra Israel, desencadenando la guerra en Gaza, la amplitud del arsenal iraní quedó en evidencia, con grupos respaldados por Teherán, desde el Líbano hasta Yemen, atacando a Israel en lo que el entonces ministro de defensa israelí, Yoav Gallant, denominó una guerra de siete frentes.

Pero ahora que el poder de fuego de Israel se dirige contra el propio Irán, esos aliados desaparecen repentinamente. Algunos, como Hezbollah, se han visto gravemente debilitados por Israel debido a los intentos de respaldar a Hamás. Otros parecen haber sido convencidos por sus países anfitriones para mantenerse al margen de la lucha.

Irán se encuentra ahora en una posición sumamente inusual e incluso peligrosa, obligado a depender principalmente de su propio poder militar en territorio iraní. Hasta ahora, esto ha consistido principalmente en sucesivas rondas de misiles balísticos disparados por la fuerza aérea del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, que han causado gran destrucción, pero han hecho poco por debilitar la potencia de fuego de Israel.

Mientras tanto, Irán ha visto cómo su territorio se ha convertido en un campo de batalla al intentar hacer frente a los ataques israelíes desde Teherán hasta Tabriz, lo que representa una vulnerabilidad estratégica para un país que prefiere dejar que sus aliados hagan el trabajo sucio en territorio extranjero.

Hezbollah, en la cuerda floja

El apoyo de Irán a grupos terroristas en el extranjero se estima en miles de millones de dólares anuales provenientes de las arcas estatales. Esta ayuda ha continuado en los últimos años a pesar de la grave situación económica de Irán, que incluye una devaluación sostenida de la moneda y escasez de energía.

Una buena parte de ese dinero ha ido a parar al grupo terrorista libanés Hezbollah, el principal cliente de Irán.

Sin embargo, tras sufrir grandes pérdidas y una creciente oposición en el Líbano, ahora se encuentra gravemente debilitado y reacio a enfrentarse a Israel.

Hezbollah, fundado en 1983 con el respaldo de Irán, ha sido durante las últimas dos décadas la principal herramienta militar de Irán contra Israel, armado con misiles de largo alcance e incluso armas guiadas de precisión.

Sin embargo, desde que Israel comenzó a atacar dentro de Irán el viernes, lo único que ha lanzado Hezbollah han sido palabras. Esta moderación es aparentemente una consecuencia directa de su guerra con Israel, durante la cual el grupo lanzó ataques casi diarios contra Israel desde octubre de 2023 hasta que acordó un alto el fuego en noviembre de 2024.

En los últimos seis meses de la guerra, y en particular a partir de septiembre, el grupo sufrió importantes reveses militares. Casi todo su alto mando fue eliminado por Israel, incluyendo al líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah.

Justo antes, los ataques israelíes con buscapersonas y walkie-talkies explosivos causaron daños físicos y psicológicos generalizados entre las fuerzas terrestres del grupo. Unas 4.000 personas resultaron heridas en la operación encubierta, según informes libaneses, la gran mayoría de ellas miembros de Hezbollah.

El otrora formidable arsenal de misiles del grupo parece haberse agotado o destruido en gran medida, y Siria ya no es una ruta conveniente para el contrabando.

En octubre de 2024, las Fuerzas de Defensa de Israel estimaron que Hezbollah conservaba menos del 30 por ciento de su potencia de fuego anterior a la guerra.

Incluso después de la firma del alto el fuego, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han continuado sus operaciones regularmente en el Líbano, atacando a operativos de Hezbollah, principalmente en el sur del país. Israel ha atacado edificios en el distrito de Dahiyeh, en Beirut, en dos ocasiones, donde se encuentran plantas de fabricación y almacenamiento de drones, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Como resultado, Hezbollah se encuentra significativamente debilitado y su capacidad para representar una amenaza para Israel es mucho menor. La organización también se enfrenta a una creciente presión política interna, mientras el país aún se recupera de los fuertes ataques israelíes dirigidos a poner fin a los ataques de Hezbollah.

En los últimos seis meses, dos de los tres principales puestos de liderazgo del Líbano han sido ocupados por figuras consideradas «anti-Hezbollah», entre ellas el primer ministro Nawaf Salam y el presidente Joseph Aoun. Ambos han declarado su intención de desarmar a Hezbollah y afirman que la decisión de ir a la guerra debe recaer en el Estado.

En un discurso reciente con motivo de los primeros 100 días de su gobierno, Salam señaló que el Ejército libanés había desmantelado más de 500 depósitos de armas en el sur del país. Si bien no especificó a quién pertenecían, se cree que eran de Hezbollah

El viernes, horas después del inicio de la operación israelí, Hezbollah emitió un extenso comunicado condenando enérgicamente los ataques israelíes contra Irán, afirmando que Israel “solo entiende el lenguaje de la muerte, el fuego y la destrucción”.

El comunicado no mencionó si respondería ni cuándo, pero un funcionario de Hezbollah declaró a Reuters ese mismo día que el grupo no tomaría represalias por los ataques en Irán.

Las milicias iraquíes ceden ante la presión

Desde la invasión estadounidense de Irak en 2003, Irán ha reforzado las milicias proiraníes y chiítas en el país para profundizar su influencia. Estos grupos atacaron principalmente a Estados Unidos, pero también apuntaron sus armas contra Israel después del 7 de octubre.

La creciente presión interna y externa ha paralizado estas operaciones.

Desde 2014, las milicias en Irak han operado bajo una organización paraguas conocida como las Fuerzas de Movilización Popular, disparando misiles contra las tropas estadounidenses estacionadas en la región y combatiendo al grupo terrorista Estado Islámico cuando esta organización yihadista tomó el control de partes de Irak.

Sin embargo, desde el 7 de octubre, las milicias también han participado en la guerra regional en múltiples frentes contra Israel, aparentemente con el respaldo de Irán. A lo largo de 2023 y 2024, lanzaron drones hacia Israel, principalmente contra los Altos del Golán y, en una ocasión, contra Eilat, al tiempo que atacaban bases estadounidenses en Irak. En octubre de 2024, dos soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel murieron en un ataque con drones lanzado por milicias proiraníes en el norte de los Altos del Golán.

Sin embargo, incluso antes del segundo alto el fuego entre Israel y Hamás en diciembre de 2024, las milicias proiraníes de Irak acordaron detener los ataques contra Estados Unidos e Israel.

Fuente: Times of Israel

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Israel-Irán: Democracia bajo fuego, dictadura al desnudo

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Por Ariel B. Goldgewicht

¿Qué sucede cuando una democracia liberal enfrenta a una dictadura fundamentalista?

No estamos ante una guerra convencional, sino ante un choque de civilizaciones: entre quienes santifican la vida y quienes anhelan la muerte. La guerra entre Israel y el régimen iraní ‘ denominada ´León Ascendente´, no empezó esta semana, pero ahora ha alcanzado un nivel nuevo, un punto de no retorno.

Desde la Revolución Islámica de 1979, Irán ha declarado abiertamente su hostilidad hacia Israel. Durante décadas, ha dirigido esta guerra por medio de terceros (Proxy) el eje chiita: Hezbollah en Líbano, Hamás en Gaza, los hutíes en Yemen, milicias en Siria e Irak, entre otros. Irán ha sido el gran arquitecto del terrorismo moderno en el Medio Oriente, financiado con las inconmensurables riquezas de su petróleo. Su régimen de dictadura absoluta, liderado por los ayatolás, ha sido cómplice de atentados desde Buenos Aires hasta Beirut, dejando una estela de sangre y caos.

Hoy, sin embargo, algo ha cambiado. Por primera vez en la historia, Israel ha atacado directamente a Teherán. ¿Por qué ahora?

La respuesta está en una conjunción de factores. La caída de Hamás y la Yihad Islámica en Gaza, el debilitamiento de Hezbollah en el norte, la caída del régimen de Assad en Siria, el retroceso de los hutíes en Yemen: todos son frentes que el régimen iraní consideraba parte de su estrategia regional de expansión y dominación. Y todos han sido golpeados con fuerza por Israel en los últimos meses.

A esto se suma la presión internacional, el estancamiento ruso en Ucrania —que limita el apoyo logístico de Moscú a Teherán—, y el regreso de una política exterior estadounidense menos indulgente con Irán. La reciente advertencia del Presidente Trump, que impuso un plazo de 60 días para frenar el programa nuclear iraní, coincidió con el momento en que Israel decidió actuar: al día 61, los ataques comenzaron.

Israel no está reaccionando por impulsos ni venganza. Está respondiendo a una amenaza existencial. Porque si el 7 de octubre vimos de lo que es capaz un grupo terrorista armado con cohetes y fusiles, imaginemos lo que podría ocurrir si Irán —un régimen que ejecuta homosexuales, encarcela mujeres por no cubrirse la cabeza, y asesina opositores sin juicio— accediera a armas nucleares. Esa es la línea roja.

En estas horas, Israel vive bajo amenaza constante. El espacio aéreo cerrado, el sistema educativo paralizado, cientos de miles de ciudadanos atrapados fuera del país o confinados en refugios. El Domo de Hierro protege, pero no es infalible. Con un 95% de efectividad, basta una pequeña brecha para que un misil balístico impacte y cause destrucción. Ya lo hemos visto: muertos, heridos y un país en vilo. Pero, imagínese ¿y si esos misiles llevarán cabezas nucleares?

A pesar de todo, Israel no responde con barbarie. Tiene superioridad militar absoluta sobre los cielos de Irán, pero no ataca civiles. Ataca centrifugadoras nucleares, bases militares, centros de comando. Mientras el régimen iraní lanza misiles sobre poblaciones israelíes, Israel busca evitar víctimas inocentes. Porque los ciudadanos iraníes no son enemigos: son rehenes de una teocracia que lleva décadas reprimiéndolos. En esta guerra buscamos aniquilar el proyecto nuclear, pero los ciudadanos civiles inocentes de irán tiene otras esperanzas de este conflicto. Ellos esperan libertad.

En Irán, hoy se cuentan chistes oscuros: “Nadie sabe dónde está el ayatolá!!, excepto Israel”. Y no es sólo humor negro: es símbolo de un régimen que tiembla. La resistencia israelí no busca cambiar el régimen, ni interferir en la autodeterminación de los pueblos. Su único objetivo es impedir que un régimen fundamentalista con aspiraciones mesiánicas tenga capacidad nuclear.

Durante más de dos décadas, Irán ha invertido en cuatro pilares esenciales:

1. Desarrollo nuclear

2. Expansión militar y terrorista del eje chiita

3. Represión social interna —especialmente contra mujeres—

4. Hostilidad contra Israel

Muy poco en salud pública, ni educación, ni infraestructura. Un Estado que produce petróleo como si fuera agua, pero cuyas ciudades sufren apagones diarios, escasez de agua potable y servicios básicos. Toda su riqueza, volcada a la represión y la destrucción con el objetivo principal de consolidar su poder a la fuerza.

Lo que vemos hoy es el colapso de esa estrategia. Un castillo de naipes que se derrumba desde dentro. Como el viejo proverbio del efecto mariposa, la ola de terror del 7 de octubre encendió una cadena de reacciones que ha llevado a la desestabilización de todos los brazos armados de Irán en la región. Aún falta mucho para el final, y el sufrimiento no ha terminado, pero cuando caiga el telón, el mundo podría ser un lugar más seguro. Especialmente para los pueblos que hoy viven oprimidos por dictaduras fundamentalistas.

En pleno siglo XXI, no hay lugar para los extremismos. La historia ha demostrado —y está claro— que cuando las democracias se unen, pueden frenar incluso a las peores amenazas. Que no haya que esperar otro 7 de octubre para despertar. El momento de elegir entre luz y oscuridad, entre libertad y opresión, es ahora.

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