La empresa británica Acanchi fue contratada por la cancillería israelí para diseñar la nueva imagen, y ya se encuentra realizando los preparativos finales, informó el diario Haaretz.
Fiona Gilmore, fundadora de Acanchi y una experta líder en la renovación de imagen de países y ciudades, visitó el país la semana pasada y se reunió con diferentes personas, incluidas figuras públicas, empresarios, académicos, y activistas de varias causas.
La misión de Gilmore es crear una “marca” diferenciada del conflicto árabe-israelí que se centre en los logros científicos y culturales del pueblo hebreo.
El contrato con Acanchi, empresa que contribuyó a renovar la imagen de distintos escenarios, desde el Líbano hasta Irlanda del Norte, se firmó hace seis semanas, según reveló Haaretz.
El proyecto de desarrollar y difundir una nueva imagen del Estado hebreo fue propuesto por primera vez por el consulado de Israel en Nueva York, luego del ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001.
El plan surgió a partir de la idea de que con la repentina expansión del terrorismo islámico a nivel mundial, Israel tenía la oportunidad de poner fin a su imagen como principal fuente de conflicto con el mundo islámico.
Esta iniciativa involucró una intensa investigación sobre la imagen de Israel a nivel internacional, que inicialmente fue llevada a cabo por expertos de Estados Unidos contratados por donantes judíos de distintas partes del mundo.
A fines de 2005, el ministerio de Relaciones Exteriores decidió hacer que el proyecto sea un programa oficial, y desde entonces, llevó a cabo distintos planes piloto, como uno que incluyó una visita de periodistas internacionales para que conozcan la industria vitivinícola del Estado hebreo.
“Nuestra investigación demostró que la marca de Israel es básicamente el conflicto”, señaló Ido Aharoni, funcionario del ministerio a cargo del programa.
Y concluyó: “Incluso quienes reconocen que Israel tiene razón no se sienten atraídos, porque lo ven como un proveedor de malas noticias. La conclusión es que es más importante para Israel ser un país atractivo que tener razón”.

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