El voto judío en las regiones más pobladas le permitió esta madrugada a Hillary Clinton ser la vencedora en el “supermartes” electoral que vivió Estados Unidos, aunque la disputa por la candidatura presidencial demócrata se mantiene abierta con el senador Barack Obama.
Clinton tuvo el aval de la comunidad judía en los estados clave de Nueva York, Nueva Jersey y California, donde habita más de la mitad de sus miembros, aunque perdió en Massachussets y Connecticut, sitios en los que Obama redujo una diferencia que todavía le permite soñar con la Casa Blanca.
Los votos judíos se repartieron, como se había previsto, en su gran mayoría entre los candidatos demócratas, y tuvieron un impacto significativo por su tendencia a acudir a las urnas en un alto porcentaje, en comparación con el resto del público.
Clinton, senadora por Nueva York, ganó en su estado con el 57 por ciento de los votos, pero los judíos demócratas (el 16 por ciento del total), la eligieron en el 65 por ciento de los casos.
En Nueva Jersey, en tanto, la ventaja de la ex primera dama sobre Obama también fue amplia. Sin embargo, en California, el segundo distrito judío más importante del país, Clinton obtuvo un ajustado 48 por ciento del voto de la comunidad sobre el 44 por ciento que consiguió su rival, senador por Illinois.
En Connecticut, Obama se impuso con el 51 por ciento de los votos totales y con un abrumador 61 por ciento de los votos judíos, que representaron un 10 por ciento del electorado. En Massachussets, por su parte, Clinton ganó en la votación general pero resultó perdedora entre la comunidad, que se inclinó por  Obama en un 52 por ciento; allí, el electorado judío representó un 6 por ciento de los votantes.
Los judíos republicanos se volcaron en su mayoría por el senador por Arizona, John McCain, aunque según los analistas políticos consultados la influencia de la comunidad en el partido gobernante es casi nula. “Los judíos republicanos son más un mito que una realidad”, aseguraron.
McCain aparece casi sin problemas como el protagonista republicano en los comicios nacionales de noviembre próximo.
El “supermartes” demócrata no definió quién será su candidato, por lo que Clinton y Obama seguirán su campaña en busca del triunfo en las primarias restantes, donde quedan por disputarse casi la mitad de los delegados.
Puede vislumbrarse tal vez una leve ventaja de la senadora de Nueva York, que a pesar de haber obtenido ocho victorias frente a las 13 de Obama, consiguió los estados que reparten más representantes en los congresos partidarios de abril.
Clinton ganó en Nueva York, California, Nueva Jersey, Arizona, Arkansas, Massachussets, Oklahoma y Tenneesee, mientras que Obama consiguió la victoria en Illinois, Georgia, Alabama, Delaware, Kansas, Idaho, Colorado, Dakota del Norte, Utah, Connecticut, Missouri, Alaska y Minnesota.
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