El cuerpo del periodista Jorge Guinzburg fue sepultado este mediodía en el cementerio judío de La Tablada, ubicado en las afueras de la ciudad de Buenos Aires, adonde concurrieron cientos de personalidades de la cultura y admiradores.
La ceremonia religiosa, de la que sólo participaron sus familiares y algunos amigos, duró poco menos de media hora fue oficiada por el rabino Sergio Bergman, quien en 2001 había celebrado el casamiento de Guinzburg con su esposa Andrea Stivel.
El jefe de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, el ex futbolista Diego Maradona, el entrenador Carlos Bianchi y el gerente de programación de Canal 13, Adrián Suar, acompañaron a la familia en el funeral.
También lo hizo el presidente de la AMIA, Luis Grynwald, entre otros dirigentes y representantes de la comunidad judía.
Cientos de personas llegaron hasta el cementerio para despedir a Guinzburg, que falleció ayer a los 59 años como consecuencia de una enfermedad pulmonar que requirió su internación en el Sanatorio Mater Dei, de la capital argentina.
La policía tuvo que realizar un operativo de seguridad en la entrada principal del cementerio, sobre la avenida Crovara, debido a la gran cantidad de admiradores que se acercó al lugar para despedir al conductor del ciclo televisivo “Mañanas informales”.
El rabino Bergman dijo a la prensa que “la pérdida” de Guinzburg “no debe ser sólo una noticia, sino un compromiso”, y lo definió como “el hombre que enseñó” a los argentinos a reírse de ellos mismos.
Guinzburg “es un orgullo para la comunidad judía porque nunca olvidó su identidad, es un verdadero referente”, concluyó el religioso.
El periodista había nacido el 3 de febrero de 1949 en el Hospital Israelita. Durante su infancia vivió en una casa ubicada “entre Flores y Villa del Parque”, según el mismo contó. Más tarde se trasladó junto a sus padres a las sierras de Córdoba para curar su persistente asma.
En el mundo del espectáculo comenzó junto a Carlos Abrevaya como libretista de Juan Carlos Mareco. Más tarde escribió libretos para Tato Bores y columnas periodísticas en las revistas “Satiricón” y “Humor”; también en la contratapa del diario Clarín lo hizo con la historieta “Diógenes y el Linyera”, que hoy lo despidió.
Con el regreso de la democracia condujo junto a Abrevaya, Adolfo Castello, Raúl Becerra y Nicolás Repetto el ciclo televisivo “La noticia rebelde”.
En su momento Guinzburg se definió como un “líder por contagio”, que su vida tenía “mucho de fútbol” porque le “fascinaba el juego colectivo”.
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