El tradicional Tercer Seder de Avodá, posiblemente el evento político comunitario más antiguo, se realizó anoche y contó con la presencia de los máximos dirigentes de las instancias centrales comunitarias y los factores que participan en la vida interna.
Debido a la muerte del hermano de Ángel Barman, el referente ortodoxo, en un accidente automovilístico, no estuvieron los representantes del Bloque Unido Religioso, sector que ganó las últimas elecciones en AMIA.
Luego de las bendiciones iniciales del orden que se desarrolló a lo largo del Tercer Seder, hizo uso de la palabra el presidente de Avodá de Argentina, Rafael Kurzrok y luego en medio de la lectura de los textos de la Hagadá especialmente redactada para está ocasión saludaron a los presentes el embajador del Estado de Israel, Rafael Eldad y los presidentes de la AMIA, DAIA y OSA, Luis Grynwald, Aldo Donzis y Silvio Rossjanski, respectivamente.
El mensaje del presidente de Avodá, al igual que las salutaciones, se encontraban impresos en la Hagadá, pero Kurzrok realizó tres agregados al mismo, dos de los cuales establecen su postura en la actual situación en la que se encuentra la comunidad, al no existir todavía un acuerdo entre las listas participantes de la última elección de la AMIA y por lo tanto es incierto quien será su próximo presidente.
El presidente de Avodá –aprovechó para enviar sus condolencias a la familia Barman–, luego de manifestar "AMIA fue pensada para todos, ya sabemos que tenemos ideas diferentes y muy antagónicas, pero aprendimos a convivir con ellas”.
“Si avasallamos la pluralidad de ideas que la conforman, cambiamos su esencia y llegar a extremos es muy peligroso para su supervivencia", agregó "Avodá demostró a lo largo de muchos años que está preparada para cumplir este objetivo, siempre invitó a compartir la conducción de la AMIA a todos los factores. Supo cómo hacerla crecer. Supo escuchar las necesidades de los judíos volcando el esfuerzo hacia esos pedidos sin desatender a todos los demás. Se multiplicaron los esfuerzos logrando que AMIA sea hoy nuestro orgullo".
En estas frases no sólo resaltó lo que Avodá hizo a lo largo de los cincuenta años que condujo la AMIA sino que también intentó establecer un parámetro en el cual debe trabajarse para conformar la próxima Comisión Directiva de la AMIA: que todos los factores deben estar representados.
Continúo diciendo Kurzrok: "Debemos obrar con sabiduría y les doy un ejemplo, si la idea es darle más fondos a la educación, el objetivo es implementar los medios para conseguirlos, no abandonar otros proyectos para transferir fondos, hay que nivelar para arriba. A esta tarea ya esta abocada la actual conducción de AMIA".
Para continuar con el siguiente agregado: "Pensemos en el futuro, la presidencia de AMIA tiene que ser ejercida por una persona con experiencia, con disponibilidad horaria que pueda participar de las múltiples actividades, reuniones y compromisos, que no siempre pueden ser cubiertas por un reemplazante. Tiene que garantizar la gobernabilidad y tener bien claro el objetivo de no imponer a nuestros hermanos modalidades de vida a los que no están acostumbrados, y en muchos casos no quieren adquirir".
Evidentemente Kurzrok pretende que no se cuestione la asignación de partidas presupuestarias, cosa que durante la última campaña electoral alguna de las listas participantes plantearon, para luego definir las características que tiene que tener el futuro presidente de la AMIA a la vez que envía un mensaje al sector ortodoxo cuando dice que además de de experiencia debe tener un pasar económico que le permita dedicarle mucho tiempo a la institución, tiene que "tener bien claro el objetivo de no imponer a nuestros hermanos modalidades de vida a los que no están acostumbrados, y en muchos casos no quieren adquirir".
Hace esto pese a que el máximo referente del Bloque Unido Religioso, el rabino Samuel Levin, no bien se conoció el resultado de la elección afirmó "Nosotros no vamos a entrar en la casa de nadie, pues consideramos que cada uno puede ser como lo desee. Lo que sí haremos es decir lo que creemos y enseñarlo, pero no le vamos a imponer nada a nadie pues la Torá no se impone (…) Que nadie nos tenga miedo, no vamos a imponer nada, no vamos a cerrar los clubes en Shabat. Vamos a buscar la forma para que todos estén contentos, para que toda la comunidad este contenta, pues lo que queremos nosotros, es que la comunidad este unida".
Las palabras de Rafael Kurzrok de alguna manera evidencian los temores que existen en muchos miembros de la comunidad de que si la AMIA es presidida por un dirigente "ortodoxo" se intentará modificar la manera que la institución ha sido gobernada en los últimos cincuenta años, como mínimo. Temores que se sustentan más en rumores que contradicen lo afirmado por el rabino Levin, pero que son lógicos que los judíos "no ortodoxos" sientan.
Este Tercer Seder, que tuvo modificaciones importantes respecto a los anteriores y que fue una verdadera fiesta, que Avodá pese a los avatares que le han tocado vivir en los últimos seis meses continúa siendo un factor comunitarios relevante, que no arría sus banderas pese al resultado adverso en la elección del pasado 13 de abril y que aspira a ocupar un lugar preponderante en la conducción de la AMIA que debe asumir el próximo 12 de junio.
EACh