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Innovación

La India se sirve de técnica israelí para transformar desierto en huerta de frutos exóticos

Agencia AJN.- Un agricultor de la India viajó a lo largo y ancho de Israel para comprender las prácticas agrícolas existentes en las granjas de ese país. Luego hizo un documental en el que relata la transformación de 40 acres de un terreno árido. Recibió la felicitación de Israel y de MASHAV.

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Agencia AJN.- Ishwar Pindoria nació en un pueblo a 20 km al sudoeste de Bhuj, a una hora y media del Gran Rann de Kutch, en la India.

Al crecer, Pindoria soñaba con volar alto en los cielos al convertirse en piloto comercial. Al completar su educación en Rajkot y su entrenamiento de pilotos en Baroda, pensó que estaba un paso más cerca de este sueño.

Pero ocurrieron sucesos que lo empujaron a renunciar a su sueño de volar y asumir la responsabilidad de dirigir el negocio de su padre de fabricar tubos de concreto.

Hoy, Ishwar Pindoria, además de administrar con éxito la empresa familiar, también es propietario de una granja de alta tecnología que atrae a cientos de agricultores en cada temporada de cosecha.

Aparte de la India, esta granja ha llamado la atención de Israel, que es considerada como la ‘meca de las tecnologías agrícolas’.

La embajada israelí en Nueva Delhi y MASHAV (Agencia de Israel para la Cooperación Internacional y el Desarrollo en el Ministerio de Asuntos Exteriores) felicitaron a Pindoria al publicar un documental de su historia de éxito como productor de palmeras.

Repartidas en 40 acres, el hombre cultivó frutos exóticos, variedades locales, granadas y el famoso Kesar Mango utilizando diversas tecnologías agrícolas israelíes desde 2006.

A pesar de las difíciles condiciones climáticas, la topografía de los suelos infértiles y arenosos y la aguda escasez de agua, el empresario convertido en agricultor obtuvo un buen rendimiento año tras año, lo que le permitió ubicar su producción no sólo en el mercado local sino también en la Unión Europea.

En declaraciones a The Better India (TBI), el agricultor de Gujarat recuerda cómo comenzó su viaje hacia la agricultura.

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“Cuando era niño, era un entusiasta de la jardinería. Me dijeron que la agricultura era una de las profesiones ancestrales de mi familia. Pero a medida que pasaban las generaciones, desde la época de mi abuelo, nos alejamos de la profesión y nos convertimos en empresarios. Y a pesar del hecho de que dirigía la compañía de mi padre, continué pensando en cómo sería manejar mi propia granja», relató.

Decidió dar el salto de fe en 2003 y se aventuró en la agricultura. “Sabía que si alguna vez comenzaba mi propia granja, no me atendría a los métodos convencionales. Quería construir algo único. ¿Qué mejor lugar para estar más expuesto que Israel, uno de los países líderes del mundo en tecnologías agrícolas?”, apuntó.

Para comprender las prácticas agrícolas existentes en las granjas israelíes, viajó a lo largo y ancho de Israel, desde el norte del mar de Galilea, cruzando el Mar Muerto hacia el Sur durante 10 días con su amigo Abner Chin. Pindoria se topó con varias granjas y kibbutz.

Un kibutz es un tipo de asentamiento, exclusivo de Israel, generalmente agrícola pero a veces de naturaleza industrial. Es una comunidad colectiva donde toda la riqueza se mantiene en común. Las ganancias se reinvierten en la comunidad, después de asegurar que todos los miembros hayan recibido alimentos, ropa, refugio, servicios sociales y médicos.

“Noté que el paisaje de Israel en algunos lugares era muy similar al área que quería cultivar. Con el suelo arenoso, los agricultores lograron crecer con éxito y obtener enormes ganancias. Esto me hizo pensar: si Israel puede hacerlo con condiciones climáticas tan difíciles, ¿por qué no nosotros? Junto a unos pocos agricultores, decidí traer a casa algunas plantas de palmera datilera de buena calidad de Israel para la plantación comercial», explicó.

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El agricultor utiliza tecnologías como la irrigación por goteo subsuperficial, la programación de la irrigación según la tasa de evaporación medida con el evaporímetro de cubeta Clase A, la gestión del dosel, la gestión del racimo, la gestión poscosecha (clasificación, envasado), la gestión de plagas y enfermedades, el control de la humedad del suelo y gestión de la fertigación.

“Estas tecnologías me han ayudado a ahorrar cerca del 60 por ciento del agua, al tiempo que me brindan un mejor rendimiento de los cultivos. Con el riego por debajo de la superficie, se produce una evaporación del agua a velocidad cero. Dado que el sistema está configurado una capa debajo de la superficie, no deja que crezcan las malas hierbas porque la capa superior sigue siendo arenosa. Este riego óptimo maximiza los rendimientos, mantiene los cultivos saludables y ahorra gastos de insumos como electricidad, mano de obra y fertilizantes», puntualizó Pindoria.

También importó instrumentos de California para medir la humedad del suelo a varias profundidades para programar el riego, ahorrar agua y evitar escorrentías.

Mientras que la gestión del dosel ayuda a crear un microclima propicio para los cultivos, la gestión de los racimos y las actividades posteriores a la cosecha, como la clasificación y el empaque, ayudaron a sacar el producto al mercado en un tiempo limitado.

Cuando se le pregunto si el proceso es completamente orgánico, él agrega que la granja usa químicos solo bajo la amenaza de un ataque serio de plagas.

La granja fue certificada por Global GAP durante los últimos cuatro años y determinó que sus productos están libres de residuos. GLOBAL GAP es un conjunto de estándares agrícolas reconocidos internacionalmente dedicados a las Buenas Prácticas Agrícolas (GAP por sus siglas en inglés) que promueve una agricultura segura y sostenible en todo el mundo.

Agrega que la adopción de estas tecnologías le permitió obtener un buen rendimiento gradualmente durante un período de tiempo, aumentando su confianza. Mientras que hasta hace un año, los exportadores le compraban productos para vender en el extranjero, el hombre creó su propia unidad de almacenamiento en frío el año pasado. Ha estado exportando sus frutas a los principales centros de la India y en toda Europa, bajo su marca, Hemkund Farm Fresh.

“Nuestros envíos exportados a Alemania nos trajeron comentarios excepcionales. Nuestro producto fue probado sin residuos y se dice que está a la par con el de Israel. De hecho, fue un momento de orgullo que demuestra que si los agricultores indios deciden hacer algo, lo lograrán”, afirmó.

Pindoria viajó al Reino Unido, Canadá, España y los países africanos para investigar las prácticas agrícolas existentes basadas en la geografía y el clima y adaptarlas a los requisitos de su propia granja.

Pindoria ha identificado de 10 a 12 plantas y ha polinizado de forma cruzada algunas variedades en su propio huerto. Después de enviarlos para la propagación de cultivos de tejidos y someterlos a pruebas de ADN, espera descubrir y registrar nuevas variedades y regalarlas al mundo.

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A diferencia de los vendedores en el mercado que venden frutas en cajas de cartón, Pindoria asegura que sus productos se clasifican y envasan en canastillas de plástico de 500 g.

“El cliente puede ver el producto de todos lados para su satisfacción. A menudo, son engañados cuando los vendedores ponen sus mejores productos en la parte superior y mantienen los productos por debajo de la norma. Yo quería cambiar eso. Hasta ahora, la respuesta de nuestros clientes ha sido muy buena», sostuvo.

Cada planta durante un período de tres años requiere al menos 100 kg de compost para crecer sin problemas. Los microbios de control de hongos se introducen a través del sistema de riego por goteo para evitar ataques de plagas.

Además de usar residuos orgánicos y de cocina, Pindoria también agrega hojas de palmera datilera cortadas y pulverizadas al compost. Asperjados con microorganismos en un pozo de compost, estos se almacenan durante casi 12 meses antes de ser administrados al suelo.

“Cuanto más tiempo se permite que se descomponga el compost, más rico es en nutrientes y más lo necesitamos, dadas las condiciones de nuestros suelos arenosos e infértiles. El período de la cosecha a la venta o las exportaciones es muy estresante y agitado «, comentó Pindoria.

“Dado que el tiempo entre las actividades previas a la cosecha, la comercialización, la clasificación, el empaque y la exportación es limitado, todo debe planificarse cuidadosamente. Un paso puede costarte la pérdida de producción”, señaló.

Después de algunas pérdidas iniciales, es seguro decir que Pindoria y su equipo lo han dominado.

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Innovación

Startups israelíes de tecnología climática recibieron un premio de 1,3 millones de dólares

Agencia AJN.- El director ejecutivo de Startup Nation Central destacó: “Como líder reconocido en el desarrollo de soluciones avanzadas para desafíos globales, Israel está extremadamente bien posicionado para asumir un papel central en la lucha contra el cambio climático y brindar soluciones al mayor desafío compartido de nuestros tiempos”.

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Agencia AJN.- Nuevas empresas israelíes de tecnología climática recibieron 1,3 millones de dólares como parte del Premio Soluciones Climáticas (CSP, por sus siglas en inglés), una iniciativa que incentiva la innovación para abordar la crisis climática global.

Además, Amazon Web Services y Deloitte ofrecieron acceso al mercado y apoyo profesional a las startups de esta iniciativa.

“Con el objetivo de canalizar el ingenio de Israel para abordar uno de los mayores desafíos de nuestros tiempos, el Premio a Soluciones Climáticas es el incentivo más grande en la historia de Israel. Su objetivo es ser un catalizador para la innovación en tecnología climática tanto en la investigación innovadora como en el ecosistema de startups. Es vital que movilicemos e inspiremos los mejores esfuerzos y las mejores mentes para que podamos dejar con orgullo un mundo mejor para las generaciones futuras”, afirmó Jeff Hart, presidente ejecutivo del Premio Soluciones Climáticas.

El director ejecutivo de Startup Nation Central, Avi Hasson, destacó: “Como líder reconocido en el desarrollo de soluciones avanzadas para desafíos globales, Israel está extremadamente bien posicionado para asumir un papel central en la lucha contra el cambio climático y brindar soluciones al mayor desafío compartido de nuestros tiempos. La iniciativa, diseñada para premiar a las mejores y más brillantes empresas emergentes de tecnología climática en todo Israel, brinda acceso a inversiones, oportunidades de asociación con multinacionales globales y exposición en la COP28 a quienes buscan soluciones globales, para promover soluciones escalables y sostenibles a los desafíos ambientales apremiantes”.

La inversión emblemática de 1 millón de dólares de Capital Nature se otorgó a Filo Systems por su motor de compresión de datos que proporciona ahorros optimizados de almacenamiento y redes, lo que permite reducir significativamente el consumo de energía y los costos de enfriamiento para los centros de datos en todo el mundo. La tecnología de Filo puede alcanzar un impacto ambiental proyectado de hasta un 1% de reducción en las emisiones globales anuales.

El Premio a la Descarbonización Disruptiva de la Fundación Temasek fue otorgado a Electriq por su innovador transportador de hidrógeno en polvo que puede transportarse en condiciones ambientales y no presurizadas, lo que simplifica el almacenamiento, el transporte y el uso del hidrógeno en el exterior.

Otras empresas ganadoras fueron BaTTeRi, Envomed, Nemo Nanomaterials, TIGI y Biotic.

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Director de Hadassah Internacional: “Nuestro Centro de Rehabilitación realiza una incansable tarea para dar respuesta a los heridos por la guerra”

Agencia AJN.- Jorge Diener recibió a la Agencia AJN en el nuevo Centro de Rehabilitación Gandel, que “estaba pensado para completarse en la segunda mitad del 2024”, pero tras ataque del 7 de octubre “se convirtió en una urgencia y se decidió que a fin de 2023 o a principios de 2024 tenía que estar abierto”.

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Agencia AJN (Enviado especial desde Jerusalem).- El director de Hadassah International, Jorge Diener, recibió a la Agencia AJN en el recientemente inaugurado Centro de Rehabilitación Gandel de Jerusalem y calculó que “por cada soldado muerto en Gaza hay más de diez heridos, de distintos niveles. Hoy en día, entre soldados y civiles que hubo en el principio de la guerra, hay un total de casi 15.000 heridos desde el 7 de octubre”.

“El primer día recibimos en helicópteros decenas de los heridos más graves que llegaban de otros hospitales o directamente desde la frontera con Gaza. Muchos de esos que llegaron el 7 de octubre, cuatro meses después, están hoy en día todavía en este nuevo Centro de Rehabilitación Gandel. Todavía no pudieron regresar a sus casas. Ese es el nivel de trauma físico y mental que tuvieron y que todavía tenemos que atender”, destacó Diener.

“De repente, nos encontramos de un día para el otro con una necesidad que nadie en este país tenía la infraestructura, los recursos ni estaba preparado para atender”, añadió.

A la hora de hablar de las consecuencias de la masacre de Hamás, señaló: “A partir del 7 de octubre y todo lo que pasó desde ese momento y sigue pasando hoy en día, tuvimos que pasar a un estado de emergencia como hospital líder en Israel y tener que implementar ciertas medidas que fueron dinámicas y que van cambiando también con los distintos desafíos que van apareciendo”.

“Tuvimos que pasar, como si fuera un auto, de primera a quinta en 24 horas. Cuando el 7 de octubre empezó lo que hoy en día ya son cuatro meses de guerra, una crisis de rehenes sin precedentes, un volumen de heridos permanentemente, que Israel no experimentó en ningún conflicto anterior”, añadió Diener.

Además, el director de Hadassah International Diener destacó que crearon “un hospital completo bajo tierra de 28.000 metros cuadrados, nuevo, en un bunker, con 140 camas listas y que tiene una unidad de diálisis y una unidad de terapia intensiva”.

El proyecto “tiene búnkeres antibombas, antibombas nucleares, ataques químicos y biológicos, bajo tierra, que se cierran herméticamente”, detalló Diener.

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Jorge Diener

-Estamos en el centro médico Hadassah, una visita que solemos hacer cada vez que estamos en el Estado de Israel, y esta vez tiene un motivo especial porque está cruzado por la guerra…
-Me gustaría que la circunstancias fueran diferentes, que estuviéramos en una de tus visitas regulares, en las que podemos hablar de la investigación médica, de los avances en tecnología médica, de los nuevos descubrimientos, de las curas, de este espacio increíble que es Hadassah como un emblema de salud, coexistencia y trabajo humanitario, desde Israel al mundo. Y de todo esto podríamos hablar, porque todo esto se sigue haciendo. Pero lamentablemente, a partir del 7 de octubre y todo lo que pasó desde ese momento y sigue pasando hoy en día, tuvimos que pasar a un estado de emergencia como hospital líder en Israel y tener que implementar ciertas medidas que fueron dinámicas y que van cambiando también con los distintos desafíos que van apareciendo, pero que podemos definir de cierta forma en “tuvimos que pasar, como si fuera un auto, de primera a quinta en 24 horas”. Cuando el 7 de octubre empezó lo que hoy en día ya son cuatro meses de guerra, una crisis de rehenes sin precedentes, un volumen de heridos permanentemente, que Israel no experimentó en ningún conflicto anterior. Quizás se podrá comparar yendo hasta la Guerra de Independencia, pero en circunstancias muy diferentes hoy en día, tuvimos que realmente pasar a una velocidad mucho más rápida para acelerar cosas que habíamos pensado, planeado hacer, para la eventualidad de situaciones como esta, pensando que en realidad, la probabilidad de que pasaran era menor, y de repente nos encontramos de un día para el otro con una necesidad, no que Hadassah no podía atender, sino que nadie en este país tenía la infraestructura, los recursos, estar preparados para atender este tipo de necesidades totalmente inmediatas.

-Estamos hoy en un edificio de rehabilitación que hace exactamente un año yo visité, era una estructura de cemento, y hoy está funcionando.
-Al principio de la guerra, tuvimos que pasar a un estado de emergencia que yo lo vi desde adentro. El primer día recibimos en helicópteros decenas de los heridos más graves que llegaban de otros hospitales o directamente desde la frontera con Gaza y que muchos de esos que llegaron el 7 de octubre, están hoy en día todavía, cuatro meses después, en este nuevo Centro de Rehabilitación Gandel, que abrimos parcialmente hace dos semanas, porque todavía no pudieron regresar a sus casas. Ese es el nivel de trauma físico y mental que tuvieron y que todavía tenemos que atender. Al principio tuvimos que atender la gran emergencia de gente que llegó en los primeros días, pasar de ahí al trayecto por el que pasa un herido grave. Estamos hablando de heridos con politraumatismos, heridos que perdieron manos, piernas, heridas cerebrales, que perdieron la capacidad de ser una persona independiente y tienen que adaptarse a una vida diferente. Y que pasan desde la emergencia de la unidad de trauma, en la mayoría de los casos a nuestras salas de quirófanos subterráneos, donde fueron operados de emergencia en muchísimos casos. De ahí a la sala de terapia intensiva, de ahí a las salas comunes, y de ahí a la rehabilitación. Que es en la parte en la que decidimos de cierta forma el destino de un paciente, que puede quedar inválido de por vida y pasar a ser un veterano de guerra, donde hay muchas otras organizaciones que hacen un trabajo hermoso para los que quedaron inválidos y son veteranos por toda la vida, y que también son muy conocidas en Argentina. Pero nosotros tenemos una obligación de poder evitar que queden inválidos. Y hay un momento donde la rehabilitación aguda, la rehabilitación de alta complejidad, que se hace acá en Hadassah, da la posibilidad de que la persona que está hoy en día incapacitada de caminar, tratada a tiempo con la altísima, tecnología y tratamientos que nosotros tenemos en Hadassah, vuelva a caminar. Y en algunos casos, lo que nos pasa es que los soldados que están siendo atendidos ahora en la rehabilitación, cuando les preguntamos si su motivación es poder volver a su casa, con su familia, algunos dicen “no, mi motivación es poder volver al combate”.

-¿Por qué se habla tan poco de aquellos que están heridos y están en rehabilitación? ¿Podemos estimar algún número?
-Nosotros estamos en medio de una guerra, con lo cual hay un nivel de información que se comparte oficialmente. Hay voceros oficiales, tanto del gobierno como del ejército, que realmente están haciendo un trabajo excelente. Nosotros estamos hablando de un estimado, hacemos un cálculo de que por cada soldado muerto hay más de diez heridos, de distintos niveles. Hoy en día estamos hablando de un total, entre soldados, civiles que hubo en el principio de la guerra, estamos llegando al número que nos acerca a los 15.000 heridos del 7 de octubre.

-Es un número que ustedes necesitan conocer porque tiene que ver con vuestra preparación o vuestro proyecto institucional.
-Más allá de lo que nosotros, junto con el resto de los hospitales, hacemos para atender a los heridos cuando llegan, hay un tema que tiene que ver exactamente con qué le pasa al herido cuando llega el momento de tratar de rearmar una vida con lo que se pudo recuperar. Nosotros tenemos que pensar que los heridos que llegan acá son personas a las que les explotaron las manos con granadas. Personas con heridas de bala en cinco lugares diferentes del cuerpo. Tienen pedazos de metal incrustados en diez lugares distintos en el cuerpo con distintos niveles. Lo que uno tiene que hacer es un tratamiento personalizado para cada paciente. Cada uno es un plan totalmente diferente, porque lo que vemos en la mayoría de los heridos es una pérdida enorme de hueso, de músculo, de nervios, que es lo que produce la movilidad. La filosofía Hadassah siempre es no solamente ayudar a un herido a que sobreviva, sino ayudar a un herido a que vuelva a tener una vida, que no es lo mismo.

-¿Cómo se articuló la mesa de emergencia en su momento para poner en funcionamiento esto que la sociedad israelí tanto necesitaba?
-La decisión fue muy clara. Se tomaron dos decisiones importantes, que ambas tienen que ver con entrar en un estado de emergencia, es decir el estado de emergencia en el que entró el hospital como tal, la administración del hospital, los que están involucrados en el desarrollo de los proyectos que se tienen que terminar, de construcción, de equipamiento y también toda la organización Hadassah mundial y todos nuestros amigos y donantes de todo el mundo, que colaboraron de una forma inmediata, entendiendo la emergencia que teníamos. Tuvimos que ir en dos direcciones. Este edificio en el que estamos sentados ahora, que está en Hadassah en el Monte Scopus, el hospital histórico, no en el gran campus de Ein Keren, este proyecto en el que estamos ahora, que es el Centro de Rehabilitación Gandel, que lleva el nombre de la familia Gandel de Australia, los donantes más importantes del proyecto, estaba pensado para completarse en la primera etapa, porque tiene varias etapas, pero al menos para habilitarlo y comenzar a tratar a algunos pacientes, en la segunda mitad del 2024. Hasta el 6 de octubre se estaba avanzando en terminar el edificio, no las partes internas. El 7 de octubre se tomaron dos decisiones. El país iba a necesitar rehabilitación pero no había camas suficientes. La gente no conoce estos números, pero entre los muertos, que los hay todo el tiempo y merecen todo el honor y el respeto y el dolor que nosotros como sociedad y la comunidad judía mundial y nuestros amigos de Israel en el mundo sienten ese dolor, y después está el tema clave de traer a los rehenes que todavía están en Gaza con un sufrimiento que no solamente nos duele, no podemos entender que esté pasando. Es un tema con el que todo el tiempo todos estamos comprometidos con esa lucha. En el medio está el desafío que nosotros entendimos antes que apareciera tan claro el 7 de octubre, que iba a haber tantos heridos que finalmente este proyecto monumental de 28.000 metros cuadrados, siete pisos, designados solamente a la rehabilitación aguda física y mental, no podíamos esperar a la segunda mitad del 2024. Iba a ser tarde. Se convirtió en una urgencia y decidimos que a fin del 2023 o a principios de 2024 parte de este edificio tenía que estar abierto.

-¿Qué es lo que está funcionando aquí?
-Este es un edificio que tiene partes de internación, de clínicas externas, que son los que vienen por el día a hacer la rehabilitación y luego vuelven a sus casas, y están los que no están en condiciones, porque necesitan la atención medica permanente, 24 horas por día, y también tienen que empezar a hacer rehabilitación. En general es un proceso que la gente, el que tiene un ACV por ejemplo, va a estar dos o tres semanas en el hospital y luego puede ir a su casa y viene a rehabilitarse dos o tres veces por semana. Pero acá tenemos gente que entró en rehabilitación en el edificio anterior, en el viejo, que lo abrimos, y ya lleva dos meses y medio de rehabilitación. Tenemos algunos que están desde el 7 octubre también. La decisión que tomamos fue que de los siete pisos que hay, que son como dije internación, centros de día, clínicas externas y todas las áreas de fisioterapia y terapia ocupacional, todo lo que es la rehabilitación y los tratamientos, todo eso, son varios pisos en muchos lugares, porque es muy grande y está pensado para atender a cientos y cientos de pacientes por día, decidimos un piso para internación abrir, un piso de tratamiento, el complejo de hidroterapia, que es el complejo de los más modernos y tecnológicos del mundo, con dos piletas de hidroterapia con una tecnología creada a través de la experiencia de los médicos del Hadassah que son investigadores en rehabilitación al mismo tiempo, lo que le permite a pacientes recibir un tratamiento personalizado, con tratamiento en el que hay oleaje, para que los pacientes que no se pueden mover empiecen a recuperarse, yendo en contra de la corriente, con una tecnología con sillas de ruedas mecánicas digitales, con sensores, algo increíble, eso también lo abrimos. Pero nosotros hace tres semanas movimos a los primeros doce soldados que estaban en la rehabilitación vieja, donde ya no había lugar porque estamos sobrepasados, para que empiecen a tratarse aquí. Tenemos que completar los pisos que nos faltan, porque esa va a ser la diferencia entre que podamos tener entre 70 y 100 pacientes en rehabilitación como podemos hacer ahora, para pasar a 500. Y el número que es más importante entender, que no es un número del Hadassah, no es un número de Jerusalem, sino que es el número de Israel, y esto es oficial, se sabe que hay entre 2500 y 3000 heridos desde el 7 de octubre que necesitan hoy en día en todo el país rehabilitación, rehabilitación aguda, no la que se hace en los centros que cuidan a los inválidos, una rehabilitación diferente, es la rehabilitación de tecnología de punta que permite trabajar realmente con los casos graves que existen en Hadassah. El número es 3000, y la capacidad que existe hoy en día en Israel es 1200, juntando a todos, a nosotros y a todos nuestros colegas del país, sin contar este edificio. Nosotros somos el único hospital, el único centro médico en el país que previó esta situación y estábamos construyendo este centro de rehabilitación desde hace cinco años que empezamos y la situación nos agarró listos. Lo único que tenemos que hacer es hablar con nuestros donantes para que nos ayuden a acelerarlo, hablar con el gobierno, que nos dio también alguna ayudita para acelerarlo, que también lo hicieron, y acá en la administración del hospital se pusieron 24 horas por día, consiguiendo permisos para contratar trabajadores, porque hay todo un problema con la construcción, conseguir permisos especiales para tener trabajadores, porque es una necesidad nacional estratégica poder abrir lo que pudimos abrir, esta primera parte del edificio ahora, y por suerte pudimos la primera semana de enero abrir esto.

-¿Cómo está transitando a nivel personal lo que está viviendo la sociedad israelí?
-La sociedad israelí está pasando por un momento muy traumático. Yo estoy en contacto permanentemente con nuestros equipos médicos y también con nuestros equipos de psiquiatría. Hadassah es conocido mundialmente por nuestra experiencia y ser expertos en temas relacionados con el síndrome post traumático. Hemos enviado como se sabe nuestros expertos a México en terremotos, a Turquía, a Boston después de los actos terroristas de la maratón, tenemos nuestros equipos especializados en esto y lo que ellos dicen es que hoy estamos hablando de individuos con síndrome post traumático en los que no se puede hablar del post, porque el post es después y acá estamos en el medio de un trauma que no es algo del pasado, algo que uno está viviendo y estamos viviendo como una sociedad colectivamente dentro de ese trauma, porque hay distintos niveles de trauma. Estamos hablando por ejemplo si nos referimos al tema de la violencia sexual, un tema que nos duele a todos de una forma que no se puede entender, las cosas horríficas que hicieron los terroristas de Hamás desde el 7 de octubre y que se sabe que siguen haciendo con las rehenes y los rehenes que están todavía en cautiverio. Son cosas que los que vieron eso están viviendo un trauma increíble. Los que fueron testigos del Festival Nova, los que sobrevivieron, vieron estas cosas atroces que pasaron ahí.

-Pude hablar con israelíes que me admitieron que tienen temor todavía, incluso en las ciudades grandes y alejadas de la Franja de Gaza.
-Yo creo que cada uno tiene sus formas. Una de las cosas, desde el lugar en el que yo estoy, como un líder humanitario y líder de conflictos, lo que predico siempre es que una de las formas que uno tiene de elaborar una situación traumática y colectiva como esta es entrando en acción. En ese sentido, si me preguntás mi mirada de la sociedad israelí, tengo admiración por la resiliencia y la fortaleza de la sociedad israelí que desde el primer día, antes que muchos otros sectores de la sociedad israelí, la sociedad civil dio respuesta y sigue dando respuestas de una forma increíble, a las necesidades que se fueron generando. Eso incluye cuando nosotros tuvimos, que es la segunda parte de lo que te día antes que tuvimos que hacer en la emergencia. Nosotros entendimos que en el medio de los ataques de misiles que había, los primeros días hubo también en Jerusalem pero fue uno de los lugares menos golpeados. Yo vivo en Tel Aviv, que fue un lugar bastante más golpeado, lo vivimos en los primeros dos meses permanentemente, pero sin comparación de lo que vivieron en zonas más cercas del sur. Entendimos muy claro en ese momento que era una guerra que no iba a durar dos días ni una semana, no había que ser un especialista en seguridad para entender eso, que se trataba de un conflicto largo en varios frentes y con muchas posibilidades. La decisión que se tomó, que fue una de las cosas increíbles que se hicieron en este hospital, en los dos hospitales, en ambas sedes, fue que había que preparar las salas de emergencias para el caso de que misiles como los que puede disparar Hezbollah empezaron a caer en Jerusalem. Eso sigue siendo una posibilidad en estos días, básicamente más clara que nunca. En los dos hospitales creamos áreas de emergencias en las que tuvimos que montar hospitales de emergencia completos bajo tierra. Que son búnkeres antibombas, antibombas nucleares, ataques químicos y biológicos, bajo tierra, que se cierran herméticamente. Tenemos áreas reservadas donde hay camas y todo lo que hace falta para funcionar como un hospital. Pero en Ein Keren, donde tenemos una unidad neonatal, que está en el piso 7 de pediatría, estaba en el piso más alto, con los bebitos de cinco meses, en el piso más alto. Eso desde hace dos o tres meses, prácticamente desde el principio de la guerra, están en el subterráneo. Aquí, en este hospital, en Monte Scopus, creamos también un hospital completo bajo tierra, nuevo, en un bunker, con 140 camas listas y que tiene una unidad de diálisis, una unidad de terapia intensiva, todo está conectado a la electricidad por si hace falta y una emergencia comienza, para poder atender en un minuto a los pacientes graves que están en el hospital.

-Observé en un pasillo palestinos, musulmanes e israelíes ortodoxos y pensé que no todo está perdido, que esto siempre fue un poco el espíritu del Hadassah. Entrar al hospital y verlo fue un aire fresco que ustedes siempre tuvieron pero que no había imaginado verlo tan así, de entrada.
-Básicamente nosotros, no voy a decir que fuimos pioneros, pero de cierta forma este espacio del que siempre hablamos y creamos, que no es un paraíso porque sino estaría exagerando, pero realmente si creamos un oasis de paz dentro de una ciudad tan conflictiva como Jerusalem, probablemente la ciudad más conflictiva del mundo en la relación tamaño y diversidad y conflictos. Por eso digamos este modelo que también uno podría encontrar en otros hospitales en Israel, siendo Jerusalém lo hace tan fuerte. Una de las cosas que se ve desde el inicio de la guerra, y esta es mi mirada, es que la sociedad israelí ha generado una unidad basada en la experiencia traumática que todos tuvimos, porque los heridos, los rehenes y los muertos del 7 de octubre, fueron judíos, beduinos, árabes musulmanes y árabes cristianos, y hoy en día uno lo ve claramente, lo que nosotros vemos en Hadassah, y lo vimos por décadas, es este modelo de que nos une algo en común que es salvar vidas, en este momento, con la excepción por supuesto de los radicales en todos los sectores, nos encuentra en un momento en que nos une la experiencia que vivimos donde entendimos que no era un tema de judíos, árabes, cristianos o musulmanes, sino que era un tema del mal y la gente que solamente quiere tener una vida normal, hacer el bien. Y eso es una cosa que de cierta forma llevará tiempo, porque no es tan simple, pero uno lo ve en muchas partes de la sociedad israelí de hoy en día. Donde la mirada es que estamos unidos por una causa común que es la causa de entender que lo que nos hicieron del otro lado es un nivel de horror y de odio que tenemos que combatir juntos, y que incluye el combate juntos en lo que yo llamo el noveno frente. Al principio de la guerra el ministro de Defensa habló de siete frentes, dijo que Israel tenía un conflicto enfrentando siete frentes, que nos los voy a repetir pero son los frentes geográficos como Líbano, Gaza, Siria, los Hutíes, Cisjordania, etc. Y yo digo que hay nueve frentes. El octavo frente, que desde el lugar en el que yo estoy lo vivo, no me lo cuentan, por el trabajo que yo hago como director mundial de la Organización Hadassah, que viajo, lo recorro y lo vivo y mi día entero es estar en contacto con las comunidades judías del mundo y con nuestros amigos del mundo. Las comunidades judías son el octavo frente, porque el nivel de antisemitismo que existe en el mundo, y la verdad con mi gorro argentino digo, por suerte Argentina es un país que comparado con prácticamente el resto de Latinoamérica podría decir y muchos otros países del mundo, está en un lugar bastante mejor en ese sentido, en relación a este conflicto en particular. Pero en general estamos hablando de un antisemitismo con unos niveles que no se pueden recordar, que no tienen precedente tampoco. Y ese es el octavo frente. Y el noveno frente, que aparece en un país que de cierta forma estaba preparado para conflictos grandes, pero tenía sus faltas de estar preparado y por algo también nos pasó el 7 de octubre, y tampoco estaba preparado desde el nivel sanitario, desde el nivel hospitalario, de infraestructura, para una cantidad tan grande de heridos, de pacientes, de gente que necesita atención de salud mental al mismo tiempo. Eso es lo que yo llamo el noveno frente. El noveno frente en esta guerra es el sistema de salud, que tiene que asegurarse que mientras en la guerra y en el día que se termine, este país pueda volver a ser un país sano, que sea un país en el que sus héroes, que sobrevivieron, no sean sobrevivientes, que sean seres humanos israelíes que puedan volver a tener una vida. Que puedan tener hijos, casarse, tener una vida plena, volver a construir la StartUp Nation que siempre fuimos y que seguimos siendo, que esa gente pueda volver a recuperar su salud mental y nosotros como país podamos seguir dando pasos adelante como un país que es líder en el mundo en sus valores morales y sus valores de tecnología, en lo que tenemos para compartir con el mundo. Ese noveno frente es como se muestra en las películas de la Segunda Guerra Mundial, yo lo comparo con la película Pearl Harbor, donde si uno se acuerda de esa película, que es fantástica, la mitad de la película son los aviones, las batallas y los soldados, y la otra mitad es lo que está pasando en el hospital que está curando a los heridos y en algunos casos para que vuelvan al frente y en otros para que vuelvan a vivir. Ese noveno frente es lo que nos ocupa día a día. Esperemos que se termine pronto, pero que si se termina la guerra, nuestro trabajo no vamos a decir que recién empieza, pero la segunda fase recién empieza.

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