El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, declaró anoche que Estados Unidos se negará dar cualquier ayuda adicional para la reconstrucción de Siria devastada por la guerra mientras las tropas iraníes estén presentes en el país.

Hablando ante un grupo proisraelí, Pompeo prometió seguir adelante con el proceso iniciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para aislar a Irán, y aseguró que su Gobierno ha impuesto «algunas de las sanciones más duras de la historia».

«La responsabilidad de expulsar a Irán del país recae en el Gobierno sirio, que es responsable de su presencia allí», dijo Pompeo en una comparecencia en Instituto Judío para la Seguridad Nacional de América.

«Si Siria no asegura la retirada total de las tropas respaldadas por Irán, no recibirá un solo dólar de Estados Unidos para la reconstrucción», advirtió el funcionario.

Las declaraciones de Pompeo se producen en el marco de un cambio de política de la Administración Trump respecto de la participación de Estados Unidos en la cruenta guerra civil de Siria, que según fuentes no oficiales se ha saldado con la muerte de al menos 365.000 personas desde 2011, una cifra que algunos organismos estiman que llega al medio millón.

Estados Unidos cuenta con unos 2.000 soldados en Siria, principalmente para entrenar y asesorar a los rebeldes, luego de que el expresidente Barack Obama autorizara la misión para derrotar a la organización Estado Islámico, ISIS.

En su alocución, Pompeo señaló que la lucha contra ISIS «sigue siendo una de las principales prioridades», pero puso a Irán como otra. «Irán ha visto la inestabilidad en Siria como una oportunidad de oro para inclinar el equilibrio de poder regional a su favor», explicó.

También advirtió que Irán, máximo enemigo de Israel, abriría un nuevo frente contra el Estado judío si permaneciera en Siria.

El Gobierno en Israel ha insistido con que no permitirá que Irán, o sus representantes chiítas, establezcan una presencia militar permanente en la Siria de posguerra. Asimismo, lanzó numerosos ataques contra objetivos que considera una amenaza para su seguridad.

Mientras tanto, Teherán ha brindado un firme respaldo político, financiero y militar a Bashar al Assad en los últimos siete años. También busca construir fábricas de misiles en Siria y usa sus bases allí para intentar transferir armas sofisticadas a la organización Hezbollah en el Líbano.

En su discurso de anoche, Mike Pompeo manifestó que Estados Unidos apoya plenamente los ataques israelíes.