Seguinos en las redes

Historias

Por Mario Sinay. El Tranvía del Gueto de Varsovia fue completamente restaurado para convertirse en un objeto central del nuevo Museo

Montados con una estrella de David sobre la cabina del conductor en lugar de la línea de la ruta, la vista de estos vagones rodando por las calles llenas de gente se convirtió en uno de los recuerdos perdurables del Gueto.

Publicada

el

ttt

Agencia AJN.- “Trato de imaginar a las personas por las que este tranvía habría pasado alguna vez en el gueto y simplemente no puedo. Todos los días, este tranvía fue testigo de un enorme sufrimiento y una inmensa tragedia”.

Reconocido como el único de su tipo en el mundo, el tranvía de antes de la guerra que alguna vez recorrió el Gueto de Varsovia ha sido completamente restaurado y actuará como uno de los elementos centrales del futuro Museo del Gueto de Varsovia.

Se cree que el tranvía, data de 1907, construido en Alemania, se construyó originalmente en un momento en que Varsovia dependía de los tranvías tirados por caballos.

La introducción de este tranvía en la ciudad se produciría después de que Varsovia electrificara su transporte público.

Sin embargo, fue el tiempo de guerra lo que finalmente elevaría la importancia de este modelo de tranvía Tipo A.

Aunque la población judía de Varsovia se encontró encerrada en el Gueto en noviembre de 1940, la inmensidad del área exigía que fuera atendida por sus propias líneas de tranvía.

Montados con una estrella de David sobre la cabina del conductor en lugar de la línea de la ruta, la vista de estos vagones rodando por las calles llenas de gente se convirtió en uno de los recuerdos perdurables del Gueto.

Partiendo desde la plaza Muranowska, sus paradas programadas cubrían Muranowska, Dzika, Dzielna, Karmelicka, Leszno, Żelazna y Chłodna.

Sin embargo, la brutalidad de la represión del Levantamiento del Ghetto, junto con su posterior destrucción metódica, significó que pocos de estos vehículos sobrevivieran; de hecho, solo se sabe que uno ha sobrevivido hasta el día de hoy.

Indiscutible en su valor histórico, los historiadores creen que la última vez que este tranvía habría funcionado habría sido en julio de 1942; lo más probable, habría sido utilizado para transportar judíos a la Umschlagplatz mientras esperaban la deportación a las cámaras de gas de Treblinka.

Después de la guerra, los historiadores han teorizado que se utilizó para almacenar materiales necesarios para la reparación de tranvías. En años posteriores, quedó simplemente abandonado en medio de una maleza enmarañada.

Ahora que recibe una segunda vida, el trabajo de restauración se llevó a cabo por primera vez el año pasado. El proyecto, que involucró a 100 personas y costó 250.000 Zlotys, se llevó a cabo siguiendo una documentación de diseño que data de más de un siglo.

Además, los ingenieros que trabajaron en el chasis utilizaron las mismas técnicas que habrían estado disponibles para los trabajadores en ese período.

Llevado a cabo en la planta de reparación T3 de Varsovia, el óxido se eliminó minuciosamente mientras que los elementos faltantes se reemplazaron utilizando exactamente el mismo tipo de materiales que se habrían utilizado anteriormente.

Además, el tranvía se pintó de rojo y se adornó con una bocina de Varsovia en su exterior.

Financiado por el Ayuntamiento de Varsovia y la autoridad local de tranvías, el tranvía se colocará frente al Museo del Gueto de Varsovia una vez que se inaugure.

Historias

Kristallnacht. Para el sobreviviente Pedro Schmoller, «lo acontecido debe quedar grabado en la memoria de la humanidad»

Publicado

el

Por

Kristallnacht

Agencia AJN/Itongadol.- Se cumple hoy un nuevo aniversario de la «Noche de los Cristales Rotos» y recordamos el diálogo mantenido en 2013 con Pedro Schmoller, sobreviviente del pogrom denominado «Kristallnacht», quien aseguró: «Agradezco su interés y su espacio. Con mis 93 años encima, es bueno saber que mis recuerdos no desaparecerán cuando no esté más presente en este mundo, y solo así, a través de la memoria mantendrán su vida por algún tiempo más».

La Kristallnacht dio inicio al Holocausto, diez meses antes de la Segunda Guerra Mundial. Schmoller contó en 2013 que él y su familia lograron salvarse de aquella trágica noche gracias a la secretaria de su padre que les ofreció refugio en su casa. «Nos escondimos en el pequeño departamento de la secretaria de mi padre, que era de fe protestante. Ella arriesgó su vida al darnos albergue ya que convivir con judíos era castigado con la pena de muerte», contó.

«Nos quedamos allí unos días hasta que volvió una relativa calma», relató y agregó: «Permanecimos encerrados en un ambiente muy chico, y en constante tensión. Llegué a fumar hasta 60 cigarrillos por día. Desde ese entonces no probé cigarrillo», añadió a modo de quiebre con su pasado oscuro. «Solo un mes y medio después pudimos escapar con destino Argentina», agregó.

El sobreviviente recordó que en su infancia vivió en «Berlín en un barrio de clase media alta y que actualmente sigue existiendo, Charlottenburg». «Recuerdo que en la planta baja de la casa de departamentos donde vivíamos había una librería que pertenecía a una familia judía, la misma fue totalmente destruida por una horda organizada. En la Kristallnacht, solo en Berlín, fueron incendiados una veintena de templos, y seguramente una centena en todo el país, junto con unos centenares de rollos de la Torá. En el caso de nuestro templo, el Friedenstempel, había más de 10 rollos, cada una con sus hermosos adornos artesanales», recordó.

Siempre en diálogo con la Agencia AJN, Schmoller expresó su deseo de contar una historia gratificante ante tanto horror, «se trata del arribo al templo NCI Emanu El de un rollo de la Torá, el mismo fue reconstruido y salvado en algún lugar de Europa». «Resulta que en uno de mis viajes a Londres, por casualidad me enteré de que existía un Comité de Reconstrucción de Torot (plural de Torá), donde escribas profesionales se dedicaban a reescribir las partes dañadas, para que puedan ser nuevamente usadas y enviados a países del tercer mundo a nuevos templos que carecían de rollos, o donde había pocos». Schmoller contó que «para solventar los gastos del Comité, buscaron donantes por sumas-no tan pequeñas- que tenían el privilegio de elegir el lugar, donde las Torot podían ser nuevamente usadas». Fue así que «juntando los ahorros de mi padre, mi hermano y los míos, pudimos donar la suma necesaria, y así llegó, por vía diplomática, una Torá a la Embajada de Israel en Argentina, y de allí partió al templo de Emanu El». «En un solemne servicio religioso, llevado por mi padre, y franqueado por mi hermano y por mí, la Torá fue introducida a su nuevo destino y hoy sigue estando en el templo de la calle Arcos, en la Ciudad de Buenos Aires».

En su relato, Schmoller no quiso dejar de mencionar a su padre quien, como muchos otros judíos alemanes, combatió durante la Primera Guerra Mundial en el ejército alemán y pese a haber sido condecorado con la Cruz de Hierro, años más tarde sería considerado un enemigo por el mismo país que le había reconocido su valor en el combate.

Respecto al negacionismo del Holocausto, Schmoller opinó: «Sólo un malvado, lleno de odio y resentimiento puede ignorar o negar lo ocurrido. Existen un sinfín de pruebas, fotos, películas y testimonios de sobrevivientes que no dejan duda alguna». Tras contar que en una visita a Berlín pudo ubicar la tumba de su bisabuelo en un cementerio, Schmoller expresó: «Los que niegan a la Shoá (Holocausto) son unos necios mentirosos. Es gente llena de un odio enfermizo». «Lo acontecido debe quedar grabado en la memoria de la humanidad, para que nunca vuelva a acontecer», dijo con un fuerte acento alemán.

Consultado sobre el genocida fallecido, Erich Priebke, el sobreviviente opinó que «debe dejarse de hablar de él». «Que no quede recuerdo alguno de sus hazañas criminales. Que quede totalmente olvidado. Que haya un total silencio. Como si nunca hubiera existido», puntualizó.

En la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, hordas nazis llevaron a cabo, con la anuencia de las autoridades alemanas y austríacas y ante la total inacción policial, el pogrom denominado “Kristallnacht”. Sobre esos días, Schmoller reflexionó: «Cada año hay menos gente que lo haya vivenciado en forma consciente».

Seguir leyendo

Historias

Video. Un día como hoy hace 58 años ejecutaban al espía israelí Eli Cohen

Agencia AJN.- Quien fue reconocido como uno de los más exitosos espías de los tiempos modernos fue descubierto enviando mensajes a Israel en enero de 1965. Cuatro meses después, fue ahorcado en una plaza de Damasco.

Publicado

el

Por

eli-cohen

Agencia AJN.- El 18 de mayo de 1965 el israelí Eli Cohen, reconocido como uno de los más exitosos espías de los tiempos modernos, fue ejecutado por Siria por cargos de espionaje.

Eli Cohen nació el 26 de diciembre de 1924 en la localidad egipcia de Alejandría, hizo aliá (emigración judía a Israel) en el 57. Tres años después fue reclutado por la Inteligencia israelí y tras una intensa instrucción que incluyó el perfeccionamiento del árabe, el estudio del Corán, fotografiar de forma discreta lugares sensibles y el uso de las comunicaciones, asumió el rol de empresario sirio que vuelve a casa tras unos años en Argentina.

Para establecer su coartada, Cohen se fue a Argentina en 1961 y rápidamente logró vincularse con lo más alto de la aristocracia árabe porteña. Gracias a la ayuda del director de la revista Mundo Arabe accedió a la embajada siria en la Argentina, donde conoció al general Amin el Afezz, agregado militar sirio.

En diciembre de 1961 partió a Siria vía Zurich. Durante los siguientes años, usando el apodo de Kamel Amin Tsa’abet (pronunciado habitualmente como Sa’bet o Tha’bet), Cohen ganó con éxito la confianza de varios militares sirios y oficiales del gobierno.
Si bien Cohen no era James Bond, su inteligencia veloz, su mente retenida, su capacidad lingüística y otros atributos especiales le permitieron ingresar a Siria e incluso su operación más resonante fue un viaje a las fortificaciones sirias de los Altos del Golán.

En 1964 su control fue transferido al Mossad como parte de la reorganización llevada a cabo en los sistemas de inteligencia israelíes. Pero en enero de 1965 fue sorprendido in fraganti por expertos soviéticos enviando mensajes de radio y por este hecho fue condenado por espionaje.

Pese a los esfuerzos internacionales para que Siria cambiase la sentencia de muerte, incluso el Papa Pablo VI pidió por su vida, Cohen fue ahorcado al amanecer del 18 mayo del 1965 en la plaza Marja de Damasco.

Su cuerpo se mantuvo colgado durante seis horas, con un cartel en el que se describían sus «crímenes» y su «servicio al enemigo». En la actualidad, Siria rechaza devolver los restos de Eli Cohen a su familia para un entierro en Israel.

En 2018, a 53 años de esa tragedia, su reloj fue hallado en una operación en la sombra del servicio secreto israelí al norte de Tel Aviv. «Nunca olvidaremos a Eli Cohen. Recordamos su legado, dedicación, valentía, determinación y amor al país», había dicho el jefe del Mossad, Yossi Cohen, a la familia del agente.

Según cuenta la historia, los mensajes de Cohen enviados clandestinamente desde su casa en la capital siria fueron vitales para Israel. Incluso su infiltración en el régimen sirio fue tan profunda que estuvo a punto de ser nombrado ministro.

Cohen se convirtió en un héroe nacional en Israel y muchas calles y barrios llevan su nombre. En el Bar Mitzvah de su hijo, en 1977, asistieron el Primer Ministro Menachem Begin, el ministro de Defensa Ezer Weizmann , el Jefe de Estado Mayor Mordejai Gur y varios agentes del Mossad.

Incluso se erigió una piedra conmemorativa a Cohen en el Jardín de los Soldados Desaparecidos en el Monte Herzl, Jerusalem.

Seguir leyendo

Más leídas

WhatsApp Suscribite al Whatsapp!