El viernes, pocas horas antes de que un terrorista palestino asesinara a 3 israelíes apuñalándolos a muerte en su hogar, el Movimiento Fatah del presidente Mahmoud Abbas alentó a los palestinos a «enfurecer» y glorificar la muerte en un posteo en Facebook. «Si caigo no seré el primero en morir, y tampoco el último en morir», manifestaba la publicación.

«Movimiento de Liberación Nacional Palestina – Fatah. Si caigo no seré el primero en morir, y tampoco el último en morir. Oh hermanos míos, escribo mi voluntad con mi sangre, por favor guarden mi revolución con su sangre. A través de las masas de Fatah. Soy Fatah, soy una revolución, soy una tormenta», resaltaba el posteo.

Por su parte, el gobernador de Ramalá y Al Bireh, Laila Ghannam, también realizó una publicación el pasado viernes: «Todos cantamos un sincero llamado a la Mezquita Al-Aqsa. Oh Alá, Maestro del Universo, te pedimos que protejas Jerusalem y la Mezquita Al-Aqsa del mal. Oh Alá, proteja a Jerusalem, a sus residentes [árabes] y a la Mezquita Al-Aqsa de la trama de sus enemigos, los enemigos de la religión. Oh Alá, esté con [los residentes de Jerusalem], fortalézcalos y déles la victoria sobre sus enemigos. Oh Alá, concédenos la oración de los conquistadores, o Martirio-la muerte (Shahada) en su umbral. Está en tu mano, y puedes traerla. Oh Alá, ten piedad de los Mártires (Shahids) de Palestina y de los Mártires de la nación islámica. Oh Alá, Amén».

El jueves, un día antes del ataque terrorista, Abbas Zaki, miembro del Comité Central de Fatah, declaró que el comité había «discutido … los ataques israelíes contra la bendita Mezquita de Al-Aqsa» y llamaba a una «escalada».

Más tarde, Zaki «pidió a las masas palestinas y árabes que participaran lo más ampliamente posible en el día de la ira de mañana (viernes), con el fin de apoyar a la bendita Mezquita Al-Aqsa».

El asesino terrorista Omar Al-Abd, de 19 años, apuñaló y asesinó a tres israelíes y lesionó gravemente a otro mientras cenaban en su casa en Halamish al norte de Ramalá el pasado viernes. Al-Abd fue herido de bala por un vecino y se encuentra bajo custodia israelí, recibiendo el tratamiento médico necesario en un hospital.

Previo al ataque, Al-Abd escribió en su «voluntad» en Facebook que estaba tomando su cuchillo para responder a lo que estaba sucediendo en la Mezquita Al-Aqsa y no esperaba regresar.

En los días previos al asesinato, un periódico palestino informó que los líderes de Fatah y de la Autoridad Palestina llamaron a «intensificar los enfrentamientos» y pidieron a los palestinos que «se enfurecieran».

Las medidas de seguridad de Israel, que incluyeron el cierre del Monte del Templo durante dos días y la instalación de detectores de metales en las entradas del lugar religioso tras el ataque terrorista que terminó con la vida de dos policías israelíes, han sido interpretadas por los líderes palestinos como una «agresión flagrante» y «escalada». Por lo tanto, los líderes palestinos justifican una respuesta de la violencia de los palestinos.

Por su parte, el primer ministro de la Autoridad Palestina, Rami Hamdallah, advirtió sobre la «guerra religiosa» el pasado miércoles y aseguró que «las tensiones» se intensificarían.