Autoridades de la Universidad Ben Gurión (UBG) –ubicada en el desierto del Negev, al sur de Israel– presentaron en el ministerio de Educación el programa “Puertas abiertas”, ante el coordinador del programa de Promoción de la Universidad Argentina, Gustavo Crisafuli, y representantes de distintas universidades nacionales, quienes se mostraron interesados en implementarlo en el país.
Participaron de la reunión, representantes del gobierno, de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de las universidades nacionales de Luján, San Martín, La Plata y Quilmes y se planteó con algunos la posibilidad de una futura reunión.
En el proyecto, estudiantes graduados reciben becas y créditos en sus respectivas carreras a cambio de vivir en determinados departamentos con las puertas abiertas, desde los que ofrecen ayuda para la inclusión universitaria de jóvenes que viven en situaciones de vulnerabilidad social y que no pueden acceder a ella.
Crisafuli, como coordinador del programa de Promoción de la Universidad Argentina, que depende de la secretaría de Políticas Universitarias del ministerio de Educación, fue excluyente ante el proyecto israelí: “Me resulta fascinante como modelo, tenemos mucho que aprender de ustedes”.
“Veo la posibilidad del acuerdo como muy auspiciosa, porque el perfil y la filosofía de la UBG es muy interesante en su lado social respecto de cómo brindar educación superior a los sectores menos favorecidos”, aseguró el coordinador del programa a la Agencia Judía de Noticias (AJN) tras el encuentro.
Por su parte, Rivka Carmi, presidenta de la UBG, explicó a AJN que “una de las características principales de la cultura judía es la vocación de aprender, estudiar y adquirir conocimiento” y que esa “es una ventaja para Israel, cuyos escasos recursos naturales nos obligaron a usar la cabeza para aprender a aprovecharlos”.
Asimismo, Crisafuli remarcó que el pueblo israelí puede aportarle “muchos valores” a la educación argentina, los cuales “de hecho, ya los ha aportado la comunidad judía en su inserción en la sociedad, como su enorme capacidad de voluntad de trabajo y la notable inteligencia para resolver muchos problemas”.
“Tras las crisis de 2001 las universidades argentinas sufrieron un retroceso y los jóvenes provenientes de los hogares más pobres tienen enormes dificultades para acceder a la educación superior, sobre todo en el noroeste, el noreste y el tercer cordón del conurbano”, comentó el funcionario argentino a AJN.
Durante la reunión el Crisafuli admitió que “nunca había escuchado un programa tan interesante como este” que fue ampliado y traído por intermedio de la directora de la Asociación Argentina de Amigos de la Universidad de Ben Gurion (AAAUBG), Nava Rubenzadeh.
Asimismo, Leandro Goroyesky, coordinador de relaciones internacionales de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), también destacó “el impulso de la internacionalización de la educación superior en el ámbito privado y el interés en mantener lazos culturales y académicos con la UBG”, en diálogo con AJN.
En la reunión se planteó que algunas estructuras del programa israelí pueden ser aplicadas en la UBA y que se harán acuerdos básicos con la UBG –elegida por quinto año consecutivo como la mejor de Israel– para intentar aplicarlo en provincias con carencias educativas y económicas, como Tucumán o Formosa, y otras regiones con población indígena.
Por su parte, el vicepresidente de la UBG, Amos Drory, concluyó que “es una buena idea aprender de ambas partes”.
El año pasado, más de dos mil estudiantes participaron en el programa “Puertas abiertas” en Israel –que ya fue exportado a Amsterdam (Holanda) – que funciona con el objetivo de servir de puente entre la universidad y la comunidad local.
La reunión finalizó con una intención de continuidad de trabajo con universidades ajenas al área metropolitana, en la que Carlos Escudé, miembro del Comité Académico científico y vocal de la comisión directiva de la UBG y de la AAAUBG, se ofreció a conectar a las partes en el futuro.
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