Agencia AJN.- En el marco de su visita a Sudamérica, el Elder Jeffrey R. Holland, miembro del Quórum de los Doce de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, recibió a líderes de la comunidad judía en un fructífero encuentro con el fin de profundizar los fraternales vínculos que unen a ambas comunidades. Acompañado por su esposa Patricia, dieron la bienvenida en las oficinas de la Iglesia a líderes de las principales organizaciones judías en la Argentina.

Durante su presentación, Holland compartió con los líderes judíos las razones por las que ambas comunidades, la mormona y la judía, tienen vínculos fraternales. “Sentimos una compasión especial por la persecución que vuestro pueblo ha sufrido. En una manera mucho menor, nosotros también tenemos una historia de persecución. Somos la única iglesia en la historia religiosa de los EEUU en recibir una orden de exterminio”.

Adicionalmente comentó razones de tipo religiosa y doctrinal que vinculan a los Santos de los Últimos Días en las más profundas raíces con el pueblo judío. “Nosotros también nos consideramos del pueblo de Israel por la tribu de José” y presentó al Libro de Mormón como “nuestro volumen de escrituras de origen semítico que comienza en Jerusalem 600 años antes de la Era Común”.

Holland también compartió con los presentes experiencias personales que vivió en la década del 80 como presidente de la Universidad de Brigham Young (BYU) patrocinada por la Iglesia. Durante esos años se construyó e inauguró el Centro BYU Jerusalem para Estudios del Medio Oriente. Por tres décadas BYU Jerusalem ha permitido que estudiantes extranjeros participen del programa de un semestre que allí se dicta fortaleciendo sus vínculos y sus sentimientos por esta tierra sagrada.

Por parte de la Iglesia estuvieron presentes los élderes José Teixeira, Allan Packer y Mark Bragg, presidencia del Área Sudamérica Sur de la Iglesia de Jesucristo, con sus esposas.

Asistieron al evento los rabinos (faltan los nombres de los rabinos, sólo están los apellidos) Abraham Skorka, Meir Szames y Jonas Shalóm, junto con representantes del Centro Simón Wiesenthal, del Seminario Rabínico Latinoamericano, del Museo del Holocausto, de la embajada de Israel en la Argentina, de la AMIA, del Congreso Judío Latinoamericano y de la organización benéfica B´nai B´rith.