La decisión tomada por los legisladores israelíes de debatir la utilización del término genocidio para calificar a la masacre de un millón de armenios perpetrada por los turcos a principios del siglo pasado provocó una disputa interna con algunos integrantes del gabinete del primer ministro Ehud Olmert.
La Knesset (Parlamento) aprobó días atrás una iniciativa presentada por el presidente de la bancada de diputados del partido Meretz, Jaim Oron, que también contó con el apoyo del ministro de Agricultura, Shalom Smajon.
El proyecto estableció que por primera vez se discutirá en el recinto si Israel utiliza el status de genocidio para calificar a los crímenes cometidos por Turquía.
Conocida la información, el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí sostuvo que la determinación legislativa puede "afectar" las relaciones entre Israel y las autoridades turcas, que se encuentran en un buen momento luego de la visita realizada a fines de 2007 por el presidente Shimon Peres a Ankara.
Funcionarios de la Cancillería citados por el diario Haaretz expresaron su “insatisfacción” por la decisión del Parlamento, tras considerar que no será "positiva" en el afán de ratificar el vínculo entre naciones.
El genocidio armenio fue cometido por Turquía entre 1915 y 1916: al menos un millón de personas, casi un tercio de la población, fueron asesinadas por fuerzas turcas.
Turquía, en tanto, presiona para evitar la afirmación en el mundo del asesinato masivo.
El diputado afirmó que los parlamentos de Francia y Estados Unidos dictaron en su momento leyes de identificación sobre el tema y que no es "posible" que el pueblo judío haga “oídos sordos” al reclamo.
En tanto, el legislador Zeev Elkin, del partido Kadima e integrante de la unión parlamentaria de amistad israelí-armenia, dijo que se siente “orgulloso” por la determinación y que la ausencia del tratamiento hasta el momento era algo cercano a la "vergüenza".
Por el contrario el diputado Yosef  Chagall opinó que el reconocimiento del "holocausto armenio" puede traer "proyecciones negativas" en las relaciones diplomáticas con Turquía e influir negativamente en el destino de las decenas de miles de judíos que viven en Azerbaiján que es "pro-turca".
El Gran Rabino ashkenazí de Israel, Yona Metzger, calificó a los crímenes de genocidio cuando visitó Armenia en 2005.
"La comunidad religiosa judía reconoce el hecho de que fue un genocidio, y junto con el pueblo armenio se conduele de las víctimas inocentes", dijo Metzger ante el monumento erigido en la capital de Armenia, Yereván, en memoria a las víctimas.
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