Agencia AJN.- Un israelí de 25 años fue condenado hoy a una triple cadena perpetua por el asesinato de una familia palestina cuya casa en Cisjordania bombardeó mientras dormían en 2015.

El Tribunal de Distrito de Lod dictó la condena contra Amiram Ben-Uliel por los asesinatos de la familia palestina Dawabshe. El ataque se registró en julio de 2015 y murieron Ali, de 18 meses, y sus padres, Sa’ad y Riham. Además el ataque desestabilizó las relaciones árabe-israelíes en toda la región.

Ben-Uliel fue condenado por el tribunal el 18 de mayo, desestimando un intento final inusual la semana pasada de revocar el veredicto basado en nuevas pruebas.

La defensa ha prometido apelar a la Corte Suprema, bajo el argumento que el tribunal de distrito aceptó injustamente algunas de las confesiones de Ben Uliel hechas después de presuntas torturas por parte del Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel).

El equipo legal de Ben-Uliel, dirigido por Asher Ohayon, había pedido indulgencia, pero con una triple condena por asesinato, era pesimista ir a la audiencia del lunes.

En mayo, los jueces Ruth Lorch, Tsvi Dotan y Dvora Atar también condenaron a Ben-Uliel por dos cargos distintos de intento de asesinato y otros dos cargos de incendio provocado, pero lo absolvieron de su pertenencia a un grupo terrorista. Le dieron 20 años adicionales por los cargos de intento de asesinato.

A pesar de esa absolución, el tribunal también declaró que Ben-Uliel había asesinado a los palestinos por razones ideológicas, algo que podría dar lugar a una sentencia más severa o impedir un trato indulgente en una fecha posterior.

El tribunal sostuvo que a pesar de que descalificó las confesiones que Ben-Uliel dio cuando el Shin Bet utilizó un interrogatorio mejorado sobre él, sus confesiones 36 horas después se dieron de forma libre y convincente.

Además, el tribunal dijo que estaba convencido por la reconstrucción física voluntaria de Ben-Uliel del crimen en la escena de los asesinatos. Además, el tribunal citó la negativa de Ben-Uliel a testificar en su propia defensa.

El tribunal escribió que: “El acusado describió la escena del crimen con extremo detalle en sus confesiones… que luego se aclaró para ser meticulosamente exacto… el acusado llevó a cabo una reconstrucción con gran precisión y que fue casi idéntica a sus confesiones».

La familia Dawabshe respondió a la decisión de mayo diciendo que es importante que se haga justicia para que “la vida de nadie más sea arruinada” y destruida como los tres asesinados.

Los partidarios de Ben-Uliel gritaron en la corte en mayo: «¿Cómo se puede condenar a una persona inocente?» y tuvo que ser silenciado por guardias de seguridad.

Durante meses después del asesinato, el Shin Bet realizó una búsqueda e investigación masiva, pero apareció con las manos vacías.

El ex jefe de Shin Bet, Yoram Cohen, le dijo al Post que ha alterado fundamentalmente todo el enfoque hacia el terrorismo judío contra los palestinos, adoptando una postura mucho más dura e invirtiendo muchos más recursos.

El primer ministro Benjamin Netanyahu y el entonces ministro de defensa Moshe Ya’alon hicieron frecuentes declaraciones sobre la gravedad del incidente y aseguraron a los socios regionales en la Autoridad Palestina, Jordania, Egipto y en todo el mundo su compromiso de llevar a los perpetradores ante la justicia.

Cuando el Shin Bet finalmente detuvo a Ben-Uliel, entonces de 21 años y al presunto asesino de los Dawabshes, así como a un menor que fue acusado de conspirar con él en relación con los asesinatos, la situación se consideró tan desesperada que utilizaron tortura / interrogatorio mejorado para que los acusados ​​confesaran.