Seguinos en las redes

Opinión

Un triunfo para volver a creer en el golpeado ideal europeo. Por Roger Cohen

AJN.- Se ha logrado evitar un volantazo europeo hacia el nacionalismo y el racismo liderado por Le Pen. Por algo el presidente ruso, Vladimir Putin, apoyó a Le Pen: porque quiere quebrar la unidad de Europa y cortar sus lazos con Estados Unidos. Por el contrario, el centro se impuso, y con él, la civilización.

Publicada

el

LONDRES.- No es solamente que Emmanuel Macron haya ganado y a los 39 años se haya convertido en el presidente más joven de la historia Francia ni que al derrotar a Marine Le Pen haya vencido a las fuerzas del nacionalismo xenófobo que explotó Donald Trump, sino que además ganó con una postura valiente sobre la tan vilipendiada Unión Europea (UE), reafirmando de ese modo el ideal europeísta y el lugar de Europa en un mundo que necesita más que nunca de su fortaleza y sus valores.

Tras la funesta decisión de los británicos de abandonar la UE, y ante la deplorable ignorancia antieuropea de Trump, el triunfo de Macron era imprescindible. Para enfatizar su mensaje, Macron decidió dar su discurso de la victoria ante sus seguidores con la Oda a la alegría de Beethoven de fondo, himno de la UE, en vez de la Marsellesa: un poderoso gesto de apertura.

Se ha logrado evitar un volantazo europeo hacia el nacionalismo y el racismo liderado por Le Pen. Por algo el presidente ruso, Vladimir Putin, apoyó a Le Pen: porque quiere quebrar la unidad de Europa y cortar sus lazos con Estados Unidos. Por el contrario, el centro se impuso, y con él, la civilización.

La Europa federalizada es el cimiento de la estabilidad y la prosperidad europea de posguerra. Es la que les ofrece a los jóvenes europeos la mejor posibilidad de alcanzar su potencial. Es el «destino común» de los europeos, como lo expresó Macron en su discurso de aceptación, flanqueado por las banderas de Francia y de la UE. Pensar otra cosa es desconocer la historia. No sorprende que la canciller alemana, Angela Merkel, a través de su vocero, se haya apresurado a proclamar que se trataba de un triunfo en pos de una Europa «fuerte y unida».

Para eso hacen falta reformas. Por complacencia, Europa ha perdido impulso. Macron lo reconoció: «Quiero reparar el tejido entre los ciudadanos y Europa». Hacen falta más transparencia, más responsabilidad de gobierno y más creatividad. Ningún milagro ha sido publicitado más pobremente que la UE.

Macron, que surgió de la nada en el espacio de un año como líder de un nuevo movimiento político, no hizo promesas fáciles ni planteó fantasías. Expresó su apoyo a los refugiados y a la moneda común europea -el euro-, y estuvo dispuesto a decirles a los franceses que no pueden prosperar dándole la espalda a la modernidad.

Con argumentos racionales, incrementó su diferencia sobre Le Pen y se impuso en el ballottage por el 65%, frente al 35% de aquélla. En la era de las falsas noticias, falsas acusaciones y falsedad en general de Trump, se trató de una importante demostración de que el raciocinio y la coherencia siguen siendo importantes en la política.

Ahora empieza lo difícil. Por primera vez en Francia, la extrema derecha sumó más de un tercio de los votos, fiel reflejo del malestar en un país que perdió empleos, fracasó en su proyecto de integración de los inmigrantes y está económicamente estancado. Macron, quien dijo estar consciente «del descontento, la angustia y las dudas», tiene que enfrentar ese malestar social de entrada, devolviéndoles a los franceses la sensación de que su país es una tierra de posibilidades. Sin cambios, Le Pen seguirá sumando apoyos.

En Francia, cualquier cambio es notoriamente difícil de implementar. Es un país ferozmente apegado a «los derechos adquiridos», consagrados en su amplio y extenso Estado de Bienestar. Muchos lo intentaron. Muchos fracasaron.

Esa tarea es doblemente ardua sin un fuerte apoyo parlamentario, y Macron lo necesitará. El mes que viene se celebran elecciones parlamentarias. Su movimiento, llamado En Marcha, debe organizarse rápidamente para consolidar en esas elecciones su victoria. El momento es ahora. El paisaje político tradicional de la Quinta República, con su alternancia entre la centroizquierda socialista y la centroderecha republicana, voló por los aires.

Tal vez este mismo triunfo, sin parangón en la reciente historia política europea, y su condición de centrista independiente pongan a Macron en la inmejorable situación de persuadir finalmente a los franceses de que es posible -como lo hicieron los alemanes, los holandeses, los suecos y los daneses- preservar la esencia de su Estado de Bienestar y al mismo tiempo construir un mercado laboral más flexible, que les dé esperanza a los jóvenes. Con un 25% de desempleo juvenil, Francia se está deshaciendo.

La victoria de Macron es un triunfo en más de un sentido. Demostró que Francia no es un país donde el racismo y el patrioterismo antieuropeo puedan ganar unas elecciones. Reafirmó la idea de una Europa unida y abrió la posibilidad para que Francia y Alemania logren revivir el idealismo europeo.

FUENTE: The New York Times

Dejá tu comentario

Opinión

Israel I Opinión. La realidad israelí como consecuencia de las reformas judiciales

Todos los críticos profesionales del presupuesto 2023-2024 señalan que no aborda el problema del costo de la vida, aunque el primer ministro Netanyahu no deja de afirmar en los últimos días que ahora que se aprobó el presupuesto, se afrontará la cuestión.

Publicado

el

Por

.

Artículo publicado en The Jerusalem Post por Susan Hattis Rolef*.

Agencia AJN.- Desde que el presupuesto fue aprobado por la Knesset, el Parlamento israelí, en la madrugada del pasado miércoles, sentí un fuerte desánimo. No es que no esperara que el presupuesto más inapropiado jamás presentado en Israel fuera aprobado por la Knesset, era simplemente el hecho de que en el momento en el que se convirtiera en ley, nuestro gobierno en gran medida disfuncional podría seguir fracasando sin inmutarse al menos hasta finales de 2024.

La razón de mi abatimiento, y el de muchos otros israelíes, puede demostrarse mejor con una serie de escenas a las que todos estuvimos expuestos en los medios de comunicación justo antes, en el transcurso y justo después de que tuvieran lugar los debates sobre el presupuesto, además de todas las crisis reales y falsas dentro de la coalición que se resolvieron a un precio superfluo.

Cuando el presidente de la Comisión de Finanzas de la Knesset, Moshe Gafni, presentó el presupuesto y el proyecto de Ley de Arreglos Económicos a la Knesset, el pasado lunes, decidió justificar las enormes sumas concedidas a los partidos haredí (ultra ortodoxos) de forma incondicional para sus instituciones de enseñanza relatando la historia de una de sus hijas que está en alta tecnología, tras haber estudiado en una escuela femenina que imparte estudios básicos, pero que sólo recibe la mitad del presupuesto que reciben las escuelas equivalentes del sistema escolar nacional.

El problema con la transferencia de dinero a las instituciones haredíes de enseñanza para varones y otras formas de transferencias financieras (por ejemplo, tarjetas de alimentos para los pobres) es que, en el mejor de los casos, convierten a los beneficiarios de extremadamente pobres a muy pobres, sin abordar la cuestión de las razones de esta pobreza electiva.

Dado que los haredim naturalmente se resienten de los esfuerzos externos por obligarles a proporcionar a sus miembros masculinos un programa básico de estudios básicos no religiosos o por animarles a formar parte de la población activa general, quizá lo que Gafni debería abordar es la cuestión de cómo resolver esta anomalía fundamental de la sociedad haredi y su modo de vida elegido. El presupuesto actual no hace más que perpetuar el problema.

Todos los críticos profesionales del presupuesto 2023-2024 señalan que no aborda el problema del costo de la vida, aunque el primer ministro Netanyahu no deja de afirmar en los últimos días que ahora que se aprobó el presupuesto, se afrontará la cuestión. Cuando estudié economía -hace muchos años- me enseñaron que uno de los problemas que los presupuestos intentan abordar es la inflación, es decir, el descontrol del costo de la vida.

Aunque el presupuesto no abordó la cuestión, al parecer el ministro de Economía e Industria de Israel, Nir Barkat, está intentando atajar al menos un aspecto del problema: la cuestión de los monopolios en el sector alimentario, con sus mercados excesivamente centralizados. Además de intentar despedir el lunes pasado, hasta ahora sin éxito, al director general de la Autoridad Israelí de la Competencia, Michal Cohen, por supuesta incompetencia, Barkat se quejó de que lo amenazan por sus esfuerzos.

 FINANCE COMMITTEE Chairman Moshe Gafni addresses the Knesset plenum. Gafni is certainly aware that Noa Kirel is not part of the curriculum of any sort of non-haredi school, nor the cause of haredi poverty. (photo credit: YONATAN SINDEL/FLASH90)

El presidente del Comité de Finanzas de Israel, Moshe Gafni, se dirige al pleno de la Knesset. (Crédito de la foto: YONATAN SINDEL/FLASH90)

Aún no está claro quién lo amenaza exactamente, como tampoco lo está si Barkat coopera con el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, en este asunto, a pesar de que a los pocos minutos de formarse este Gobierno ambos anunciaron que cooperarían.

La semana pasada, además de aprobar el presupuesto, el ministro Smotrich también hizo dos declaraciones políticas dignas de mención. La primera se refería a los planes para aumentar en medio millón la población judía de Judea y Samaria y la segunda, junto con otros miembros del Gobierno, consistía en cancelar un importante proyecto quinquenal de inversión para los árabes del este de Jerusalem, iniciado en 2018, que recibió un impulso del anterior Gobierno presidido por Naftali Bennett y Yair Lapid.

El gobierno de Estados Unidos y otros gobiernos extranjeros enviaron inmediatamente protestas por la primera cuestión y Netanyahu anunció que no había ningún plan gubernamental para ese aumento de población. Hubo menos revuelo sobre Jerusalem Este. Sin embargo, no cabe duda de que urge aclarar cuál es la política del Gobierno en estas y otras varias cuestiones.

Todo lo que está mal en el Gobierno y lo que representa

Otra escena que dejó una sensación de disgusto, y que representa otro aspecto de lo que está mal con este Gobierno y el presupuesto que presentó, fue la del ministro de Energía e Infraestructuras, Israel Katz, que representó al Gobierno en el pleno en el curso del debate presupuestario, el martes pasado.

El orador en el estrado era el líder del partido árabe Ra’am, Mansour Abbas, que pronunció un discurso de 30 minutos sobre la mentira de los 53.000 millones de shekels (NIS) que supuestamente le había dado el gobierno anterior para que los distribuyera según su elección. En primer lugar, se trataba de 30.000 millones de NIS en cinco años y todo el dinero estaba destinado a fines específicos, diseñados para revertir la discriminación a largo plazo, no como soborno. En el momento en que Abbas subió al podio, Katz se puso los auriculares en los oídos para no poder oír el discurso de Abbas.

Los ciudadanos árabes de Israel constituyen más del 20% de la población total y lo mínimo que Katz -como representante del gobierno en esta ocasión- tenía el deber de hacer era escuchar lo que Abbas tenía para decir. Teniendo en cuenta algunos de los recientes y embarazosos arrebatos verbales de Katz, si se hubiera molestado en escuchar a Abbas, podría haber aprendido un par de cosas que no sabía.

Por cierto, cuando se formó el gobierno, Yehuda Schlesinger, de Israel Hayom, informó de que el primer ministro Netanyahu había decidido continuar con los pagos de lo que quedaba de los 30.000 millones de NIS destinados a la comunidad árabe por el gobierno anterior. Y en una de las partidas aprobadas en el presupuesto del miércoles por la noche se mencionaban 26.500 millones de NIS sobrantes del plan quinquenal de 2021, que finalizará en 2026. ¿No conocía Katz esta partida del presupuesto?

 

 

*: La autora trabajó en el Parlamento israelí durante muchos años como investigadora y publicó numerosos artículos tanto periodísticos como académicos sobre temas de actualidad y política israelí. Su libro más reciente, Israel’s Knesset Members – A Comparative Study of an Undefined Job (Los diputados de la Knesset israelí: estudio comparativo de un empleo indefinido), fue publicado por el verano pasado.

Seguir leyendo

Opinión

Israel I Opinión. Tras la aprobación del presupuesto en el Parlamento, la estabilidad resultante dará sus frutos

Con un presupuesto para dos años, el Gobierno israelí puede centrarse ahora en sus principales objetivos: Evitar un Irán nuclear, extender la paz en Medio Oriente e impulsar el crecimiento económico.

Publicado

el

Por

nn
La ministra May Golan se hace un selfie con el primer ministro Benjamín Netanyahu y el ministro de Justicia Yariv Levin en la Knesset, la semana pasada. (Crédito de la foto: YONATAN SINDEL/FLASH90)

Agencia AJN.- La coalición de gobierno israelí no cedió y aprobó un presupuesto respaldado por sus 64 miembros. Quienes temen una nueva ronda de elecciones en el Estado judío pueden respirar tranquilos, ya que no es probable que se celebren elecciones en breve.

Con un presupuesto para dos años, el gobierno liderado por Netanyahu puede centrarse en sus principales objetivos: Evitar un Irán nuclear, extender la paz en Medio Oriente e impulsar el crecimiento económico en medio de la incertidumbre mundial.

También habrá margen para la reforma judicial. Aunque es evidente la necesidad de una reforma sustancial para lograr un mejor equilibrio de poder entre los distintos poderes del Estado, una legislación rápida y de gran alcance para revertir una toma de poder judicial gradual de 30 años resultó problemática.

El compromiso es crucial y aplicar las reformas necesarias llevará tiempo. Pero el impulso reformista no fue en vano y refleja claramente la voluntad del pueblo o, al menos, de una gran mayoría del pueblo. Para que se apruebe, también tendrá que garantizar los derechos individuales y de las minorías.

El presupuesto crea estabilidad y permite alcanzar objetivos nacionales generales

La estabilidad del gobierno allana el camino para el compromiso y las reformas legales, que establecen un sistema justo y equilibrado de controles y contrapesos dentro de la realidad política y la estructura democrática únicas de Israel. Aunque los avances pueden ser más graduales de lo previsto en un principio, quienes esperan estos cambios con ansiedad deberían recordar la sombría realidad de hace tan sólo unos meses.

Fieles a su costumbre, los medios de comunicación israelíes criticaron al gobierno y su presupuesto por ser sectorial y desairar el creciente costo de la vida en Israel. Sin duda, esto será una prueba para el gobierno en los próximos años, pero la mayoría de las críticas no reconocen cómo el presupuesto puede encabezar los objetivos nacionales generales que impulsarán la economía.

Una parte significativa del presupuesto se destina a agilizar el transporte y a proyectos de infraestructuras a gran escala que conectarán comunidades de todo el país y eliminarán disparidades. El término «periferia» puede quedar obsoleto en el pequeño Estado judío con mejores oportunidades de trabajo para más gente.

Además, el sistema ferroviario modernizado podrá conectar a los viajeros y, lo que es más importante, a la carga más allá de las fronteras de Israel, fomentando lazos más estrechos y promoviendo la paz con los países vecinos. Al sortear los cuellos de botella marítimos y la angustia de alta mar, en un futuro no muy lejano se podrán intercambiar eficazmente bienes y servicios por toda la región y más allá.

 PRIME MINISTER Benjamin Netanyahu and members of his coalition celebrate the passage of the state budget yesterday. (credit: YONATAN SINDEL/FLASH90)

El primer ministro Netanyahu y miembros de su coalición celebran la aprobación de los presupuestos del Estado ayer (crédito: YONATAN SINDEL/FLASH90)

Tras cinco elecciones nacionales en dos años, la estabilidad es de vital importancia. Tanto los amigos como los enemigos del sexto gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, dentro y fuera del país, son conscientes de que la estabilidad política está al alcance de la mano, y este gobierno llegó para quedarse.

La paz y la prosperidad son objetivos alcanzables 

Las recientes invitaciones cursadas al primer ministro Netanyahu por el embajador de Emiratos Árabes Unidos en Israel, así como los llamamientos bipartidistas a una visita de Estado a Washington del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, de candidatos presidenciales republicanos y de destacados demócratas no son meras coincidencias.

El gobierno de Netanyahu se enfrentará a continuos desafíos por parte de actores políticos e influyentes grupos de intereses especiales. El retraso en la invitación del presidente Joe Biden al primer ministro para visitar la Casa Blanca es decepcionante. Algunos lo consideran una falta de respeto. Cualquiera que reconozca la importancia de la sólida alianza entre Estados Unidos e Israel reconoce también la importancia de la invitación. Con la estabilidad ya instaurada, hay razones de sobra para creer que la invitación está en camino.

La Casa Blanca, y en particular el Departamento de Estado, deben comprender que los vacíos geopolíticos no existen. Si Estados Unidos deja de liderar, otras potencias intervendrán rápidamente para llenar el vacío. Los recientes acuerdos negociados por China y Rusia entre Arabia Saudita e Irán son el mejor ejemplo de esta regla.

Como única democracia verdadera en Medio Oriente, Israel sigue siendo, como dijo una vez Alexander Haig, «el mayor portaaviones estadounidense del mundo que no se puede hundir». Estados Unidos sigue siendo la primera potencia mundial en un mundo bipolar cada vez más competitivo, en el que China pugna por el dominio. Aunque Estados Unidos debería liderar los esfuerzos de paz en Medio Oriente, las partes interesadas de la región no esperarán necesariamente a Estados Unidos.

Un acuerdo de paz, o incluso un proceso de paz transparente en el que participasen Israel, Arabia Saudita y otras naciones musulmanas, representaría un hito importante en la resolución del conflicto árabe-israelí y aliviaría las tensiones entre musulmanes y judíos. Esto beneficiaría a todas las personas amantes de la paz.

Poco después de que se aprobara el presupuesto, miles de musulmanes israelíes empezaron a reservar vuelos para la peregrinación del Hajj a La Meca (Arabia Saudita) el mes próximo. Esto era sencillamente inimaginable hasta ahora.

El potencial de paz y prosperidad es ilimitado. La estabilidad ayudará a hacer realidad sus frutos.

 

 

Artículo publicado por Yaron Schwartz (ex director de la oficina del Instituto Internacional de Lucha contra el Terrorismo en Washington y analista principal de Acumen Risk Ltd., una empresa de gestión de riesgos) en The Jerusalem Post.

 

Seguir leyendo

Más leídas

WhatsApp Suscribite al Whatsapp!