Una bendición durante la reunión que se llevó a cabo hoy en la sede de la AMIA fue lo que más emocionó y conmovió a la presidenta Cristina Kirchner, quien por primera vez desde que asumió el Gobierno pasó por el edificio de la mutual judía.
En diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN), el prosecretario primero de la AMIA, Thomas Saieg, contó que el Gran Rabino Shlomo Ben Hamu, fue quien leyó una bendición por el bienestar de la Presidenta, y le explicó que todos los judíos hacen dos plegarias: una por el bienestar de Israel y otro por el de los gobernadores de la Argentina.
Pero la emoción de Kirchner llegó al finalizar la lectura, cuando con los ojos húmedos dijo llevarse su propia bendición de la AMIA y que la atesoraría como algo muy importante para ella, según contó Saieg.
"En el almuerzo fue el momento más emotivo", agregó y destacó que cuando sus asistentes quisieron tomar el sobre con la bendición que Ben Hamu le había entregado, "ella pidió quedarse con el".
Por su parte, Ben Hamu expresó a AJN que "se ve que es una mujer muy sensible" y que la reunión fue "muy emotiva y de mucha altura".
Además rescató que Kirchner dijo "amén" al finalizar la bendición y que también se le regaló una menorah (candelabro) debido a la próxima festividad judía de Januca.
Ben Hamu explicó a AJN que la bendición a Kirchner planteó que "Dios bendiga a la Presidenta, a los ministros y a sus consejeros a fin de que realmente puedan llevar con la alta función que tienen en aras del bienestar del país, que Dios la ilumine y los inspire para que realmente puedan coronar en el pináculo del éxito la tarea que cumplen por el bienestar de esta noble y bendita tierra argentina"
Uno de los momentos más simpáticos de la visita de la Presidenta fue cuando al entrar en la sala en que almorzarían, vio sobre la mesa los arreglos florales que se habían contratado y expresó: "esto es como sentirme como en mi casa", ya que se trataba de las flores y los colores que a ella más le gustan.
Según contó Saieg, se solicitó la información y los arreglos a quienes se encargan de esa tarea en la Quinta de Olivos.
Al salir del almuerzo, Kirchner expresó que "había algo mágico en el ambiente" y que el encuentro fue "muy grato" y destacó la "calidez" del mismo.
La Presidenta llevó un vestido en colores violáceos, junto a un saco con textura, zapatos y cartera al tono.
Siempre maquillada y peinada como suele llegar a sus encuentros, la Presidenta también pudo lucir un colgante y aros circulares en color plata.
JR-GB