El Estado de Israel asiste y protege de por vida a los soldados heridos en combate y no sólo les otorga una pensión de ex combatiente sino que además le brinda tratamiento médico sin límite de crédito.
Estos y otros beneficios están dictados por la llamada Ley Ben Gurión y en la Argentina hay tres ex combatientes que están incluidos en el programa.
El trato oficial  se realiza a través de la Embajada de Israel en Buenos Aires, pero José "Iolo" Rosemberg ayuda a los ex soldados a conectarse y a tramitar todos los beneficios que otorga el Estado hebreo.
"Es un tema del Estado de Israel de proteger a los soldados que se lastiman o caen heridos bajo bandera. El Estado toma al soldado herido sin importar las circunstancias, sea soldado raso común o reserva, y haya resultado herido en acto de guerra o en entrenamiento", contó José Rosemberg a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
La ley, una de las más importantes de Israel, lleva el nombre de David Ben Gurión, quien fue el primer premier israelí (1948-1954), era polaco, pertenecía al laborismo y fue uno de los principales mentores del Estado hebreo.
El beneficio de la ley contempla tanto los aspectos económicos, como los asistenciales y los médicos, con el objetivo de que el soldado herido pueda tener una vida en las condiciones más normales posibles.
"Hay que adecuarle la salud y el estilo de vida a su grado de invalidez, para que sea lo menos dolorosa posible. El Estado pone todos los medios para que eso suceda", explicó Rosemberg
En este sentido, indicó que "no hay ningún tope presupuestario y hay un grupo médico compuesto por especialistas de varias disciplinas que hacen una comisión que evalúa el nivel de invalidez y decide el tratamiento".
"El tratamiento se hace en Israel o en el lugar del mundo que sea necesario. Si hay que tratarlo en la Unión Soviética porque allí está el mejor tratamiento neurológico o en Italia porque tiene el mejor servicio traumatológico, se hace. Igual la medicina israelí es muy avanzada", explicó Rosemberg.
Además contó que se adecua la vivienda del beneficiario "a sus necesidades". "Por ejemplo –agregó- si una persona vive en un tercer piso sin ascensor y no se quiere mudar, le construyen un ascensor por fuera del edificio".
En Argentina hay tres personas que reciben los beneficios de la ley Ben Gurión y, uno de ellos, Juan Abramovich, herido en 1967 durante la Guerra de los Seis Días, en la que el Ejército israelí enfrentó a una coalición árabe formada por Egipto, Jordania, Irak y Siria, contó su historia a AJN.
"Yo estoy inválido del Ejército desde el año 1967. Estuve en cama seis meses, en silla de ruedas en Jerusalem. Tengo dos placas de acero con cuatro tornillos en la columna. Tengo un montón de problemas neurológicos", relató el veterano de guerra.
Juan contó que cuando estuvo internado en el hospital, en Israel, le comunicaron que "ya no pertenecía más al Ejército y que pasaría a un lugar al que van todos los soldados".
"Una vez allí –agregó el ex combatiente- estaba en las mejores habitaciones, con aire acondicionado. Después volví a la Argentina, yo nací aquí y luego fui a Israel. Yo ya tengo 65 años. No sentía soledad en Israel, estaba bien acompañado, pero extrañaba a mis padres y a mi familia".
Al regresar a la Argentina, Juan formó su familia, se casó y tuvo dos hijas por inseminación artificial.
El Estado de Israel no sólo le facilitó los medios para acceder a una vivienda sino que además le compró un auto adaptado para que se pueda trasladar.
"En el Hospital Israelita me daban informes médicos en papelitos de recetarios y me pedían estudios para darme el 100% de la cobertura y cambiarme el coche. Gracias a la pensión puedo vivir, puedo mantener mi casa, dentro de todo estoy bien", dijo el veterano de guerra.
Más allá de los beneficios por haber integrado el Ejército de Israel, Juan aún sufre las consecuencias de las heridas sufridas durante la guerra.
"Tuve varias operaciones de los intestinos, muchas complicaciones, un infarto, tres by pass. Por la guerra vivo muchos sueños recurrentes de lo que uno ha vivido. Con la ley estoy muy contento, muy conforme. Yo hubiera querido hacer la carrera en el Ejército, pero se dio así", lamentó.
Juan contó que primero tuvo que hacer el servicio militar en Argentina (en ese momento era obligatorio) y más tarde viajó a Israel para sumarse a las fuerzas hebreas.
"Para mi el Ejército es lo más grande, estoy muy orgulloso de haber peleado para Israel, es algo único", afirmó Juan, quien se mostró agradecido por las gestiones que realizó Rosemberg para acceder a los beneficios de la Ley Ben Gurión.
Rosemberg contó que "Juan tenía un nivel de invalidez superior al 80 por ciento y le correspondía recibir un vehículo".
"Su situación se fue agravando, él creía que desde Israel no le iban a hacer caso porque estaba en Argentina. Cuando fui a Israel me pidieron que lo atendiera, me haga cargo y avise qué le hacía falta. Lo revisé con un médico, enviamos el informe y le cedieron la invalidez al 100%", explicó, por último, Rosemberg.
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