La investigación por la desaparición del testigo Jorge Julio López, ocurrida luego de declarar hace 18 meses contra un represor de la última dictadura militar argentina, sufre una situación “parecida” a la registrada en la causa que busca encontrar a los culpables del atentado terrorista a la AMIA, cometido en 1994.
“Se encubre a los verdaderos responsables y el caso está impune, sin ningún acusado”, comparó Myriam Bregman, abogada de la familia de López, en declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
Al cumplirse ayer 18 meses de la desaparición del testigo en la ciudad argentina de La Plata, Bregman dijo tener múltiples motivos para considerar que “no se está buscando” a su cliente y que se “encubre” a quienes participaron en el hecho.
“Si se hubiese querido encontrar a López, se lo hubiese encontrado”, comentó la letrada, y aseguró que “parecido a los que pasa con la causa AMIA”, la investigación sufre “trabas” que impiden su esclarecimiento.
Bregman consideró que López fue secuestrado por personas cercanas al ex comisario de la policía bonaerense durante la dictadura, Miguel Etchecolatz, a quien la justicia condenó en septiembre de 2006 a cadena perpetua por el delito de genocidio, un fallo histórico en el país.
Durante el juicio a Etchecolatz, López declaró que durante meses, en 1977, estuvo secuestrado en un centro de detención militar y fue torturado por su militancia política opositora al régimen. Su testimonio fue clave para el tribunal al momento de decidir la sentencia.
López desapareció el 18 de septiembre de 2006 en la puerta de su vivienda en La Plata. Tenía previsto concurrir junto a su hijo a la jornada de alegatos previa a escuchar el fallo contra Etchecolatz.
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