Suspendidas de un lado, obviadas por otro, la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, arribará esta semana a la región con la difícil misión de reavivar las negociaciones de paz entre palestinos e israelíes tras cinco días de violencia y muerte en Gaza.
Por lo menos setenta palestinos -siete de ellos hoy- y tres israelíes -un civil- murieron desde el miércoles en diferentes ataques por tierra y aire de las fuerzas armadas hebreas en la Franja. La región vivió las jornadas más sangrientas de los últimos años provocadas por las incursiones de los militares israelíes y los disparos de misiles realizados por milicianos de la organización Hamas sobre el sur del territorio. Tanto que representantes de ambos gobiernos, inclusive, hablaron de "Holocausto".
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, dijo este domingo que la ofensiva, llamada "Invierno Caliente", seguirá su curso, y aseguró que "nadie" puede "ensañarle de moral" a su gobierno sobre cómo combatir a "las organizaciones terroristas".
El presidente palestino, Mahmoud Abbas, decidió entonces "suspender todos los contactos a todos los niveles" con Israel porque "que no tienen ningún sentido" mantenerlos "ante la agresión" en Gaza, relató su vocero Nabil Abu Rudeina.
En ese contexto se concretará el martes el arribo de Condoleezza Rice para avanzar en las conversaciones de paz presentadas con esperanza de concreción hace sólo tres meses en Annapolis.
Antes del periplo de la funcionaria más cercana al presidente George Bush, Estados Unidos opinó que "la violencia debe cesar y las negociaciones, reanudarse".
Los tanques israelíes avanzaron este domingo sobre la localidad palestina de Jabalina, donde las casas presentan sus frentes agujereados por las balas.
Representantes de Hamas, el movimiento que controla la Franja de Gaza desde mediados de 2007, confirmó la muerte de 35 de sus milicianos.
"Israel no tiene ninguna intención de cesar, ni por un sólo momento, los combates contra las organizaciones terroristas", reiteró Olmert ante su gabinete.
Varios de sus ministros lo cuestionaron durante la semana debido a la supuesta pasividad que mantenía ante la reiterada caída de misiles Kassam en el sur del territorio.
En Cisjordania, miles de palestinos protestaron contra las acciones militares israelíes; una situación similar se vivió en Marruecos y Egipto.
En tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU, la Unión Europea y hasta el Papa Benedicto XVI condenaron la violencia en la región.
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