Agencia AJN.- El presidente de Egipto, Abdel Fattah al Sisi exigió a sus ciudadanos que pierdan peso. En declaraciones hechas a la televisión local, Al Sisi destacó la cantidad de personas con sobrepeso que ve en el país y aseguró que los egipcios “deben cuidarse mejor”. También dijo que la educación física debería convertirse en una materia básica en las escuelas y universidades y sugirió que los programas de televisión no deberían tener presentadores o invitados con exceso de peso.

A la mañana siguiente, salió de su casa en bicicleta antes de la salida del sol y llegó pedaleando a la Academia Militar Nacional, en las afueras de El Cairo. Con ropa deportiva negra y una gorra de béisbol, se presentó en el lugar y le dijo a los cadetes que está convencido de que no deben abandonar el entrenamiento básico antes de cumplir con todos los requisitos sobre las condiciones físicas requeridas.

Según la prensa local, esta escena no es más que una nueva muestra del “estilo típico de Al Sisi, que cree que en todo hace falta su intervención – desde la construcción de una carretera a la filmación de una película – y que a menudo reprende a los egipcios para corregir su comportamiento”.

“En cuanto entro a un lugar veo cosas que no puedo creer y me pregunto: ¿Qué es esto? ¿Quiénes son estas personas? ¿Por qué no se cuidan?”, dijo el presidente al Sisi. También se burló de los egipcios por no caminar lo suficiente y, riendo, miró a su primer ministro, que estaba sentado junto a él, y le advirtió que no aumentara de peso.

Un problema real

Nadie discute que Egipto tiene un problema de peso. Uno de cada tres egipcios sufre de obesidad, la tasa más alta del mundo, según un estudio mundial realizado en 2017 por el Institute for Health Metrics and Evaluation de la Universidad de Washington.  Según esta investigación, el 35% de los adultos (unos 19 millones de personas en el país de 100 millones) son obesos, y el 10.2 % de los niños egipcios, alrededor de 3.6 millones.

Los críticos de Abdel Fattah al Sisi lo acusaron de hacer “shaming” a las personas obesas o excedidas de peso y de adoptar una postura “elitista” respecto de un problema cuyas raíces se encuentran en la pobreza que se extiende por todo el país.

También lo criticaron por no ofrecer planes concretos y accesibles para combatir la obesidad y mejorar el estado físico. Los precios de los alimentos, especialmente las frutas y verduras, se han disparado debido a las reformas económicas introducidas por el presidente, lo cual con frecuencia hace que la “comida chatarra” sea más económica que la opción saludable.

Los medios controlados por el Gobierno destacaron los comentarios del presidente y otros políticos sobre este tema. Pero en las redes sociales, posiblemente la única plataforma de expresión relativamente libre en Egipto, la respuesta fue más crítica. Muchos aseguraron que Abdel Fattah al Sisi está desconectado de la realidad y habla sin medir “ni pesar” previamente sus palabras. Una gran cantidad de bromas y comentarios se extendieron por las páginas de Facebook y Twitter, algunos de los cuales señalaban los peligros de la obesidad bajo un presidente cuyas fuerzas de seguridad han arrestado a miles de personas en una represión generalizada contra la disidencia.

También circulan caricaturas, como una en la que varias personas tratan de disimular la barriga al acercarse a un puesto de control policial. En otra un hombre le pide a otro que lo esconda de la policía en su casa hasta que logre perder peso, y una tercera en la cual un hombre llama por teléfono a la policía para denunciar a su esposa por sobrepeso.

De acuerdo con el novelista y analista sociopolítico Amar Ali Hassan los comentarios de Sisi «dejaron al descubierto gran parte de su elitismo, son sintomáticos de un gobernante autoritario que está convencido de que está en una misión, que solo él sabe qué es mejor para el interés público, mientras que todos los demás ignoran los elevados objetivos elevados que él tiene en mente”.

Mohamed Zaree, abogado defensor de los derechos humanos, dijo que Sisi debe hacer posible que los egipcios pierdan peso en lugar de ordenarles que hagan ejercicio. «Él debe hacer que los alimentos saludables estén disponibles a precios bajos, establecer lugares donde las personas puedan hacer ejercicio y permitir que se realicen intervenciones quirúrgicas de emergencia relacionadas con la obesidad bajo la cobertura del sistema de atención médica del Estado», señaló Zaree.