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AMIA/Encubrimiento. Ex secretario de fiscalía: “Cuando supimos del pago, Mullen preguntó dónde estábamos”

AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman, desde Tribunales).- El ex espía Luis “Pinocho” González “tenía relación con los fiscales”, así que cuando “dijo en el juicio oral que sabía, nos sentimos medio tontos”, al igual que “cuando (el ex secretario del destituido juez Juan José Galeano José) Pereyra lo reconoció”, admitió Fernando Yuri. Continuará el próximo jueves.

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AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman, desde Tribunales).- El jueves continuó el juicio oral y público por encubrimiento de autores o cómplices del atentado a la AMIA con la declaración, ante el Tribunal Oral Federal (TOF) Nº 2, de dos testigos: Leonardo Corrías, empleado del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Federal N° 9 entre 1995 y 2004, cuando estaba a cargo de Juan José Galeano, y Fernando Yuri, secretario de la Fiscalía Federal N° 9 entre 1993 y 2004, cuando Eamon Mullen era su titular y José Barbaccia, su adjunto.

La audiencia comenzó con un planteo del defensor de estos últimos, Santiago Marino Aguirre, quien aclaró que los mismos rechazaban “las declaraciones y opiniones del testigo anterior”, su ex prosecretario Juan Trujillo, en obvia referencia a sus duras manifestaciones contra el fallecido fiscal Alberto Nisman, y requirió a los jueces que no admitan más preguntas sobre consideraciones personales.

Yuri ingresó como oficial con la creación de esa dependencia, proveniente del juzgado de Rodolfo Canicoba Corral, que paradójicamente heredaría la investigación del ataque terrorista tras el apartamiento del luego destituido magistrado, hoy imputado por su desempeño en la misma.

“Estábamos de turno hasta fin de julio de 1994; cuando fue el atentado estaba de licencia y (el entonces prosecretario Martín) Nessi me llamó para que volviera”, relató quien desde entonces estuvo a cargo de la investigación, junto con su superior y los fiscales.

“Los primeros días era una vorágine tremenda, sobre todo para rescatar o encontrar a las víctimas; no había horario ni dábamos abasto: con la dotación habitual de una fiscalía íbamos a todos lados, atendíamos llamados telefónicos, hablábamos con familiares…”, resumió.

“A los pocos días, Mullen y Barbaccia viajaron a Venezuela con Galeano, por la declaración del testigo A, que habló sobre Irán”, y tras ello “fueron a hablar con (el ex Presidente e imputado en este juicio Carlos) Menem”, lo cual “no me pareció anormal porque entonces los fiscales dependían del secretario de Justicia y el atentado era una cuestión de Estado”, justificó el testigo.

“Casi todas las personas iraníes investigadas ahora estaban en el procesamiento de (el último poseedor conocido de la camioneta usada como coche-bomba, Carlos) Telleldín por encubrimiento; era un tema muy sensible porque se acusaba a un país: hubo testimonios de todos lados y órdenes de captura, pero no sé si existió un gran avance después que la causa salió del juzgado de Galeano”, porfió.

“La vorágine se incrementó con la aparición del motor”, el mismo 25 de julio, que “fue el colofón” que confirmó “la hipótesis del coche-bomba que manejaban la Policía y la Inteligencia” argentinas, si bien “ninguna pista se descartó”, subrayó el declarante.

“Con Nessi íbamos al juzgado para extraer información, sacar fotocopias de la causa, hablar con (los secretarios Javier) de Gamas y (Carlos) Velasco para estar al tanto y preguntar por futuras declaraciones testimoniales e indagatorias” a las cuales asistir, al menos parcialmente, mientras que “Mullen y Barbaccia iban a algunas”, continuó.

A fines de 1994, Yuri obtuvo un contrato como prosecretario en el juzgado de Claudio Bonadío, quien paradójicamente luego sería apartado por su mal desempeño en la instrucción de la causa por encubrimiento que ahora se juzga en este debate, pero regresó a la fiscalía “a los tres meses y medio y como secretario, a pedido de Mullen; la causa principal ya tenía unos cincuenta cuerpos”.

“Nos pusimos a analizar la declaración de Telleldín y vimos que estaba mintiendo, sobre todo sobre la venta de la Trafic”, así que “los fiscales lo imputaron como partícipe necesario” del atentado, destacó.

Entonces “se sintió presionado y empezó a hablar en los medios y a escribir un libro que le dictaba a (el falso fiscal Jorge) Damonte, mi ex jefe que me recomendó a Mullen; era raro”, sugirió el testigo.

Mientras, “‘Marta’ y ‘Gabriela’ o ‘Graciela’ trabajaban con (el entonces director de Contrainteligencia de la desaparecida Secretaría Inteligencia del Estado, Antonio) Stiuso y apuntaban contra (el imputado empresario de origen sirio Alberto Jacinto) Kanoore Edul”, a quien “se lo investigó como a cualquiera” pese a la relación de su familia con la de Menem, aclaró.

“No escuché cuestionamientos desde la SIDE, ni que dijeran que la pista de los policías bonaerenses fuera falsa, ni que se quejaran de que Galeano no consideraba sus hipótesis”; por el contrario, “podían investigar con libertad porque se les pidió colaboración con la causa”, refutó el ex empleado de los fiscales.

En tanto, el entonces prosecretario y luego denunciante del presunto encubrimiento, Claudio “Lifschitz se quejaba de que los secretarios (del juzgado) no le ‘daban bolilla’ y venía a la fiscalía a hablar conmigo y con Nessi”, pero “no nos dijo que hubiera recibido instrucciones para no investigar a Kanoore Edul”, aseguró.

“Él analizó e impulsó la responsabilidad de los policías bonaerenses y nos avisó sobre Khalil Gatea, un iraní que había sido bajado de un avión a Canadá con un pasaporte falso”, así que “fuimos con Mullen y Barbaccia a La Plata para hablar con el fiscal” de esa causa, que instruía el juez federal de Lomas de Zamora, Alberto Santamarina, prosiguió Yuri.

“Teníamos acceso a todos los legajos, incluso a los de testigos de identidad reservada”, cuya filiación “estaba testada” para preservarla, reveló.

En ese sentido, “estuve en la indagatoria de Miriam Salinas (amiga de Ana Boragni, entonces concubina de Telleldín y hoy coimputada), en el juzgado, cuando se negó a declarar, y un rato en su testimonial posterior, en el despacho de Mullen”, pero “no recuerdo que éste haya estado, ni Barbaccia”, señaló su ex secretario.

“Fue un día inhábil de octubre de 1995, como consecuencia de los sesenta allanamientos (vinculados con Alejandro) Monjo”, y el juzgado pidió “prestada” la fiscalía porque “Salinas era una testigo de identidad reservada que tenía mucho miedo, ya que Boragni y Telleldín sabían a quién le habían dado la Trafic porque el mismo 18 de julio éste gritó: ‘Estos hijos de p… me cag…’”, explicó.

Pese a ser una testimonial “estuvo presente su abogado, (Gustavo) Semorile”, pero “no sé por qué; no recuerdo que haya estado detenida”, admitió el testigo.

“Fue una declaración larga, de media tarde hasta altas horas de la noche, y nadie la condicionó o presionó; no durmió en la fiscalía: terminó de testificar y se fue”, aseveró.

“A Salinas la filmaron con una cámara puesta en un brazo de un perchero, cubierta con sacos para que no se viera; la instalaron una o dos personas del área técnica de la SIDE”, según “me dijeron De Gamas y Velasco, y el televisor lo pusieron en nuestro despacho”, relató Yuri.

“Creo que Mullen y Barbaccia no lo autorizaron, y yo tampoco”, pero “los fiscales debían saber lo que pasaba”, conjeturó.

De todos modos, “no me llamó la atención porque ya había visto que lo hacían con la gente de Monjo; entiendo que el juzgado filmaba las declaraciones importantes como ayuda-memoria y para ver los gestos” que hacían los interrogados y “nada tenía de malo”, aunque “no sé si Salinas lo consintió”, reconoció el ex secretario.

“La fiscalía no usó los videos para analizarlos”, aclaró.

El casete quedó en el juzgado y la SIDE se llevó la cámara siete o diez días después; entretanto, también se filmó a otra testigo, que dio origen a la “causa Armas” o “pista carapintada”, que más allá de que perduren las dudas sobre su eventual involucramiento, el testigo lo atribuyó a un “desvío” pergeñado por el comisario Ángel Salguero para desvincular a sus colegas en la Policía bonaerense.

Éste “trajo a todas las personas de la Provincia de Buenos Aires que no podíamos encontrar y actuaba bien, pero después quiso allanar el domicilio de un diputado del partido de Aldo Rico sin informarnos que lo era y entonces bajó su consideración”, contó.

También aportó testigos de identidad reservada contra los “carapintadas”, la hija de uno de los cuales “estaba casada con (el comisario Oscar) Mantel, allegado a Ribelli”, quien estuvo, sin motivo aparente, en un procedimiento en Campo de Mayo, y en esa ocasión le fue presentado al juez por Salguero, resaltó Yuri.

Por otra parte, “estuve en al menos dos momentos de la (ampliación de indagatoria) de Telleldín del 5 de julio de 1996, no en toda”, mientras que “Barbaccia estuvo un rato”, informó.

El acusado “hablaba mucho, como siempre; fue espontáneo, nadie le indicó qué decir”, pero “me fui con la duda de si había declarado algo diferente a lo anterior”, ya que “no hizo más que confirmar el involucramiento de los policías, que lo cubrían o detenían para sacarle plata y no para que dejara de ‘doblar’ autos”, relativizó.

“Eso ya lo teníamos desde el principio: en sus primeras declaraciones, Telleldín habló del ‘oficial Pino’, que luego la superioridad de ‘la Bonaerense’ identificó como (uno de los futuros imputados, Anastacio) Leal, y a (la entonces titular de la Cámara Federal de Apelaciones, Luisa) Riva Aramayo le había hablado (en 1995) sobre los dos ‘aprietes’ recibidos” por parte de las brigadas de Lanús y Vicente López, recordó el testigo.

“Lo de los policías era la conclusión lógica”, pero ya los “investigábamos desde hacía seis meses”, destacó.

A Telleldín “lo interrogaron (la secretaria María Susana) Spina o Velasco -no recuerdo a Galeano- y nadie ajeno entró cuando yo estaba”, puntualizó Yuri en referencia al supuesto ingreso de un efectivo de la SIDE con un teléfono celular, a través del cual Boragni le habría informado que acababa de cobrar la primera mitad de los 400.000 dólares de fondos reservados de ese organismo para que acusara -se presume que falsamente- a policías bonaerenses.

“Cuando salí había dos o tres empleados viendo la indagatoria por televisión y tomando medidas al instante, como consultar a otro juzgado sobre una causa; creo que ésa era la finalidad de la filmación”, aunque “no sé si la grabaron”, continuó.

Más adelante, “Telleldín pidió el dinero de la recompensa y la fiscalía se opuso”, enfatizó su ex secretario, quien también estuvo el día de la presunta extorsión del ex comisario Juan José Ribelli, sindicado como cabecilla de la “conexión local” del atentado, al juez de la causa.

Julio “Gatto y (Marcelo) Valenga habían llevado el dato al DUIA (Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista de la Policía Federal) de que (otro efectivo bonaerense, Abel Brahim) Alí se había llevado la camioneta y no (el fallecido ex subcomisario Raúl) Ibarra porque éste llevaba” a su jefe, relató.

Entonces “los fiscales me mandaron por si hablaba de eso, como había surgido en los medios; la declaración fue buenísima, con un montón de nexos telefónicos señalados con marcadores de diferentes colores, pero no hizo referencia a ese tema”, memoró el testigo.

“Ribelli tenía carpetas o sobres, no vi un video”, pero “después le pidió a Spina hablar a solas con Galeano y le entregó” el casete de su negociación con Telleldín, que habría dado origen a su indagatoria paga y se difundiera en abril de 1997, especificó.

“Después de la desaparición del video se hizo una reunión con la (Comisión) Bicameral (de Seguimiento de las Investigaciones de los Atentados a la Embajada de Israel y la AMIA), en un anexo del Congreso”, afirmó Yuri.

“Trabajábamos con ella: nos pidió colaboración para saber las líneas que se seguían y fuimos cada quince o veinte días durante un año y medio o dos” para tenerla al tanto; “sus informes se basaban en eso, recomendaban continuar con la investigación e impulsaban una ley del arrepentido y otra antiterrorista porque nos manejábamos con un código para delitos comunes”, subrayó.

“Fui con Nessi y los fiscales; había más de treinta personas: el presidente, (Carlos) Soria, (Melchor) Cruchaga, (Raúl) Galván, (Federico) Storani -no recuerdo si Cristina Fernández de Kirchner-, asesores, Galeano -estaba ‘golpeado’ por la difusión del video-, De Gamas, quizás otro secretario y puede ser que algún querellante”, enumeró el testigo.

“Se pasó el video -era algo distinto a un acto de declaración- y había consternación por la extorsión al juez; no recuerdo qué se dijo, pero se discutió mucho, sobre todo Storani, quien después habló al respecto con los medios”, contó.

“El foco estaba puesto en la extorsión, y un poco también en la negociación entre Galeano y Telleldín”, admitió el ex secretario de Mullen y Barbaccia.

“Nessi y los fiscales me dijeron que no habían visto antes el video y evaluaron denunciar su contenido, pero no se efectuó porque ya lo habían hecho el propio juez y el (entonces) abogado de Ribelli, (Mariano) Cúneo Libarona”, explicó.

“Mullen y Barbaccia aseguraron que nada sabían de un pago, al igual que la gente del juzgado”, recordó Yuri.

En otro sentido, “tuvimos varias reuniones en sedes de la SIDE, no recuerdo en el juzgado; íbamos con los fiscales y Nessi, y con Nisman cuando se sumó, a fines de 1996 o principios de 1997”, precisó.

“Mullen le pidió al procurador general un fiscal de juicio independiente, que no conociera la causa, para que la revisara; Nisman estuvo de acuerdo y dijo que había pruebas para ganar” el debate, destacó el testigo, cuya experiencia con las fuerzas de seguridad e inteligencia lo llevó a concluir que “no había gente confiable fuera del juzgado para pedirle cosas; eran todos chanchullos”.

Por ejemplo, “con los fiscales fuimos a ver a (Ramón) Solari a (la cárcel de) Sierra Chica y nos dijo que Ribelli lo había preparado (para incriminarse en el atentado) a través de (otro policía bonaerense, Mario) Bareiro y que incluso una vez lo había ido a ver” a la Brigada de Vicente López, sostuvo.

“Lo mismo le dijo a los miembros de la Bicameral Soria, Cruchaga, Galván, Juan Pablo Cafiero y Fernández de Kirchner, y en el juicio oral”, recordó el ex secretario fiscal.

Asimismo, “no nos cuestionábamos la fidelidad de las transcripciones de las escuchas telefónicas”, pero “deberíamos haberlo hecho”, reconoció.

También “desaparecieron los casetes de escuchas a República 107 de los primeros días posteriores al atentado; habría sido interesante (conocerlas) porque el 26 de julio de 1994 Telleldín estaba en Posadas y en su casa había policías de la Federal y la bonaerense y gente de la SIDE de Stiuso”, admitió Yuri.

Además, “se había trabajado con la SIDE y no hubo buenos resultados”, sintetizó.

Por todo ello, “cuando surgió la pista de los policías bonaerenses, Mullen se preguntó con quién podíamos investigarla, si desconfiábamos de todos, y ahí surgieron los ‘poquitos’”, recalcó el ex secretario fiscal en alusión al apodo dado a ocho efectivos del Departamento de Protección del Orden Constitucional de la Federal, que fueron afectados exclusivamente a la pesquisa.

Como si los contratiempos fueran pocos, “no nos relevaron del turno (habitual como fiscalía) hasta 1998, y lo hicieron porque volvió a tocarnos el juzgado de Galeano, que estaba eximido, y ya no volvimos a tenerlo” hasta la creación de la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) del Atentado a la AMIA, a cargo de Nisman, en 2005, subrayó.

Por otra parte, el ex espía “‘Pinocho’ tenía relación con los fiscales”, así que cuando “dijo en el juicio oral (sustanciado entre 2001 y 2004) que sabía del pago (a Telleldín) nos sentimos medio tontos”, al igual que “cuando (el ex secretario de Galeano José) Pereyra lo reconoció”, recordó el testigo.

“No nos sorprendió tanto porque se hablaba de eso en los medios desde 1997, pero no lo creíamos…”, alegó.

“Cuando volvimos a la fiscalía, Mullen estaba ‘sacado’ y preguntaba: ‘¿dónde estábamos?’ porque no lo sabía; lo mismo hizo después de la declaración de De Gamas” en el mismo sentido, reveló Yuri.

“La relación con el juzgado era funcional, y cordial con Galeano; en algunas causas coincidíamos y en otras había tirantez”, pero “cambió después la difusión del video” y la confirmación de la existencia del pago porque “los fiscales -sobre todo, Mullen- estaban ‘calientes’, enojados”, prosiguió.

Luego “hubo una reunión con Mullen, Barbaccia y Nisman, quizá también (el fiscal general a cargo del mismo, Miguel Ángel) Romero, y se decidió pedir la nulidad de esa indagatoria y seguir adelante con la acusación a los policías bonaerenses porque (el fallecido funcionario) decía que había elementos independientes y suficientes” en su contra, contó el ex secretario fiscal.

“Había pruebas de los hechos de marzo, abril y julio de 1994 (por sus extorsiones al ‘reducidor’ de autos), escuchas en las cuales expresaban su preocupación por la cercanía del (segundo) aniversario del atentado, un llamado desde la Brigada de Lanús antes de la entrega de la Trafic, un modus operandi bastante particular de delitos comunes y los desvíos que venían” de efectivos de esa fuerza, enumeró.

Pero “lamentamos no haberle pedido su testimonio a Riva Aramayo”, que por entonces ya había fallecido, más allá de que en su momento “presentó una constancia de su visita a Telleldín en la cárcel con un planito que con Nessi no entendíamos”, concedió el testigo.

“Nisman era muy obsesivo y rehizo varias veces su alegato; el convencimiento de la imputación era fuerte”, resumió.

Asimismo, Yuri no recordó que sus jefes “hayan hecho una valoración especial” del hecho que la ex abogada de la DAIA Marta Nercellas haya filmado al imputado Bautista Huici y a su abogado, Marcelo García, con anuencia del juzgado, de lo cual se habrían enterado en el juicio oral.

“El (posterior) apartamiento de Mullen y Barbaccia fue un golpe duro y hubo mucho revuelo, pero continuamos con el juicio hasta el final; creo que Trujillo también”, señaló a diferencia de lo declarado por éste la semana pasada.

“Fue una sorpresa que Romero y Nisman no apelaran, pero ellos eran los fiscales”, relativizó su ex secretario.

“Fue importante para nosotros que la querella de Familiares abandonara el juicio después del apartamiento” de los fiscales porque “teníamos plena disponibilidad para atender a todos y se hacían reuniones cada quince o treinta días, en la fiscalía o el lugar que nos pidieran, muchas veces al atardecer, cuando volvían de sus trabajos”, aunque luego “algunos consideraron que nuestro trabajo estaba mal hecho y dejaron de venir, pero no les cerramos las puertas”, finalizó en referencia a Memoria Activa.

“El video se filmó en el despacho de Velasco y De Gamas”

Previamente declaró Corrías, quien ingresó al juzgado como meritorio, por conocer a Galeano a raíz de su actuación en una causa que habría tenido a su hermana como víctima, a fines de ese año o principios del siguiente fue ascendido a escribiente interino y confirmado en el cargo poco antes de desvincularse.

Manifestó que trabajaba a las órdenes de Spina en la Secretaría N° 17, la cual estaba dividida en dos y a él le tocó el sector que se ocupaba de las causas comunes, así que poco y nada tuvo que ver con la investigación del atentado a la AMIA, más allá de alguna documentación recibida en la Mesa de Entradas vinculada con la causa “Brigadas”, sobre la presunta responsabilidad en el mismo de policías bonaerenses.

El mayor aporte del testigo fue reconocer el lugar donde se llevó a cabo la negociación filmada entre el destituido magistrado y Telleldín como el despacho de Velasco y De Gamas.

También señaló que “había más videos” -muchos de ellos provenientes de canales de televisión, con filmaciones posteriores al ataque terrorista- en la caja fuerte de los mencionados, quienes poseían la llave de la misma, pero no así en la de Spina.

Corrías no sabía que hubiera otro equipo de filmación en la oficina de ésta, dado que estaba oculto.

“Hubo preocupación porque faltaba un video”, el de la negociación entre Galeano y Telleldín, pero no más que “la de cualquiera cuando desaparece algo en su lugar de trabajo”, relativizó.

Al término de la declaración de Yuri y dada su extensión por unas cuatro horas, el presidente del tribunal, Jorge Gorini, informó que será reprogramado el testimonio del ex prosecretario de Galeano Agustín Gamboa, citado para esta jornada, y las diversas medidas adoptadas por la UFI y el TOF para dar con su ex colega Roberto Dios.

Luego pasó a un cuarto intermedio hasta el jueves, cuando declararán las ex empleadas del juzgado Karina Auleta, Jimena Castro y Esther Guarignielo.

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Argentina

Entrevista. Sara Rus: “A los alemanes y a los militares de acá siempre les doy el mismo nombre: son gobiernos de nazis”

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Agencia AJN.- Sara Rus padeció los hechos más inhumanos de la historia Argentina y mundial: la desaparición de su hijo Daniel durante la última dictadura y toda la crueldad de los guetos y los campos de concentración durante el Holocausto. Sin embargo, sus palabras están llenas de vida, lucha y vigor. En este 47 aniversario, recordamos una entrevista a Sara Rus en diálogo con la Agencia de Noticias AJN por el 40º aniversario:

¿Cómo vive este aniversario del último Golpe de Estado?

Es una fecha muy importante y cada vez la recordamos con más fuerza, porque tenemos a muchos jóvenes y mucha gente que se va a acercar a la marcha del 24. Son fechas que nosotros tratamos de mantener en la memoria y nunca olvidar. Muchos de los que nos han hecho este mal, los del gobierno de facto, están procesados, están enjuiciados, están presos y queremos justamente seguir con este tema, porque nuestro lema es verdad, memoria y justicia.
Estamos dando muchas charlas a gente joven, que les interesa mucho saber. Hay personas que no tienen ni idea de todo lo que ha pasado, porque fueron tantos años… pasaron 40 años y en los colegios a los que vamos es un tema importante, los mismos jóvenes están ansiosos de saber qué pasó con nuestros hijos.

En ese sentido, por la importancia de que no se olvide, ¿lo sufrido durante la dictadura se asemeja bastante a la Shoá?

Yo justamente, desgraciadamente que tengo mi doble historia, siempre estoy hablando de la Shoá, de lo que han hecho los alemanes, los nazis, en los tiempos que estuvimos desgraciadamente sufriendo la vida imposible que nos han hecho vivir a los judíos: estuvimos en los guetos, en los campos de exterminio, millones de personas que han matado, entre ellos tantos niños. Yo siempre les doy el mismo nombre. Estos militares de acá sacaron un modelo exacto y todavía lo querían perfeccionar con nuestros hijos. Son gobiernos de nazis. Hicieron desaparecer lo que creo fue la mejor juventud, de chicos inteligentes, personas que como mi hijo, un muchacho trabajando en la Comisión de Energía Atómica como científico, siempre toda la vida soñó con ser un físico nuclear y llegó a esto. A los 26 años lo desaparecieron. No es fácil de recordar, pero creo esto es lo más importante, no perder la memoria. Tenemos que trabajar para eso y yo ya estoy grande, pero hay jóvenes que nos escuchan. Justamente ayer hablé con un grupo de futuros periodistas, más de 400 jóvenes estaban escuchándome, y después de hablar me dijeron: ‘Sara, no nos vamos a olvidar, vamos a seguir. Vamos a mantener la memoria para las futuras generaciones’. Eso es lo que queremos.

La marcha del 24 se convirtió en un símbolo de la defensa de la democracia…

En tanto a lo que fue en la historia de nuestro país, la marcha del 24 se convirtió en un símbolo también para todas las generaciones. Es una fecha que todo el país y también gente del extranjero conoce y trata de acompañarnos. Ayer, con los futuros periodistas, vino gente de Perú y otros lugares que van a estar presentes en la marcha. Es una marcha para mantener la memoria y el pedido de que no se repita lo ocurrido.

¿Cómo recuerda a su hijo Daniel?

Mi Daniel desde los 12 años estaba interesado en una cosa que no podíamos creer que le interesara a un chico: el átomo y las ciencias atómicas. Traía libritos y lo más increíble es que en el séptimo grado dio una charla con todo un dibujo que había preparado sobre lo que hace el átomo, cómo se mueven, todo sobre la ciencia atómica. Los maestros le pidieron que presente ante los mismos profesores del colegio. Era un chico chiquito, un nene que recién terminaba la primaria. Después del secundario, en la facultad siguió con el mismo tema y llegó a recibirse. En el año ‘76 entró a la Comisión Atómica. Desgraciadamente lo sacaron en el ‘77 con muchos compañeros más. Desaparecieron ese día, creo que el 15 de julio de 1977, 17 científicos.

De los 30 mil desaparecidos, casi 2 mil eran judíos. ¿Había un ensañamiento particular?

Si bien los desaparecidos no eran solamente judíos, lo que pasó fue que después, cuando estábamos averiguando y yendo de un lugar a otro, teníamos noticias de la gente que fue liberada sobre que a los judíos, desgraciadamente, siempre los trataban peor. Los hicieron sufrir siendo judíos. En los lugares de tortura había esvásticas colgadas y los hacían sentir mucho más esta mano torturadora.

¿Cree que la desclasificación de los archivos de EEUU y del Vaticano sobre la dictadura es un logro de los organismos de Derechos Humanos?

Si podemos recatar algo de los archivos, creo que es algo muy importante.

Teniendo en cuenta que el gobierno anterior dio un espacio importante a los Derechos Humanos, ¿Qué perspectiva tiene respecto al nuevo gobierno y su política en este tema?

No me gusta mucho opinar sobre política, pero el gobierno anterior, de Cristina (Kirchner), siempre nos apoyaban al ciento por ciento, haciendo todo lo posible por rescatar la memoria. Ahora hay que tener paciencia a ver qué pasa. Tenemos mucha gente judía que está dentro del Gobierno y que están en la parte de los Derechos Humanos (como el secretario Claudio Avruj). Vamos a ver cómo se van a portar.

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AMIA

Las Colonias Judías serán exhibidas en el Espacio de Arte de la AMIA

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Agencia AJN.- Este miércoles 22 de marzo, a las 18, el Espacio de Arte AMIA inaugurará “Nota al pie, un registro de Michele Migliori”, una muestra integrada por 69 fotografías de sinagogas y cementerios, registradas en colonias independientes, pequeños asentamientos, y en establecimientos que formaron parte de la Jewish Colonization Association (JCA), la iniciativa del célebre filántropo judeo-alemán, Barón Mauricio de Hirsch, en nuestro país.

La exposición es el resultado de las primeras “expediciones” en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires y La Pampa por parte de Migliori. “El objetivo de mi trabajo siempre ha sido divulgar y compartir conocimientos sobre el patrimonio inmueble judío, sobre todo cuando éste se encuentra en lugares aislados, a diferencia del patrimonio situado en grandes centros urbanos”, explicó el investigador a la hora de hablar del trabajo documental que mostrará en AMIA.

Con la curaduría de Elio Kapszuk, director del departamento de Arte y Producción de la institución, la exhibición se propone subrayar y celebrar la riqueza de los lugares construidos en esos asentamientos en términos artísticos y arquitectónicos.  Las fotografías que se expondrán al público actuarán como disparadores de anécdotas, curiosidades y datos, a la vez que invitarán a emprender un viaje por geografías, un poco lejanas pero muy cercanas a la identidad judío-argentina.

“La inmigración agrícola judía tuvo características únicas que están reflejadas en un sinfín de documentación, canciones, obras de teatro y películas”, escribió Elio Kapszuk, para el texto curatorial de la muestra. “En general, el relato de cualquier acontecimiento histórico nos llega por dos caminos distintos. Uno son las expresiones artísticas y otro son las investigaciones históricas. Unas trabajan más con lo emocional, con la experiencia, mientras que las otras ponen el foco en el resultado de una investigación sociológica tratando de bucear en características, improntas, contextos, consecuencias. En general, las investigaciones de cualquier tipo y sobre todo las académicas, tienen como destino justamente la Academia, pocas son divulgadas; no es que estén ocultas, sino que están a disposición de otros investigadores y no al público en general”,  sostuvo el curador.

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En sus palabras, la muestra “Nota al pie, un registro de Michele Migliori” viene a “proponernos un encuentro entre estos dos mundos a través de compartir un registro fotográfico y las anotaciones de un investigador en un formato de muestra documental”, concluyó.

La exposición podrá visitarse en el Espacio de Arte AMIA, con entrada gratuita, en el entrepiso de Pasteur 633, de lunes a jueves de 10 a 19, y los viernes de 10 a 16. Para ingresar, solo es necesario concurrir con DNI.

SOBRE EL ARTISTA

Michele Migliori nació en Florencia, Italia; después de vivir varios años en Europa Central, se mudó a Israel para realizar un doctorado en el Departamento de Arte Judío de la Universidad Bar-Ilan. Su investigación se enfoca en el arte y arquitectura de las sinagogas de las antiguas colonias judías y otros pequeños asentamientos del interior de Argentina, y su relación con las sinagogas europeas.

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Además, trabaja para Jewish Heritage Europe desde 2019, un portal en línea de noticias, información, y reportajes sobre monumentos y sitios patrimoniales judíos en Europa. También trabajó para ESJF – European Jewish Cemeteries Initiative, escribiendo un catálogo de buenas prácticas para la preservación de los cementerios judíos; y para The Posen Library of Jewish Culture and Civilization produjo textos relacionados con el patrimonio cultural judío.

Michele vive en Jerusalem, Israel, y se encuentra actualmente en la Argentina llevando a cabo una investigación de campo en distintas provincias de nuestro país y en el Centro Marc Turkow de AMIA.

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