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Medio Oriente

Análisis / Cambiar para que nada cambie: Las elecciones en Irán en perspectiva regional

AJN.- Por Roxana Levinson, corresponsal en Israel. Los medios del mundo y en especial de Medio Oriente siguieron de cerca el proceso electoral de Irán y observan ahora sus resultados. La reelección de Hassan Rouhani es vista en Israel como una continuidad del rostro amable de “las relaciones públicas” de Khamenei y en Arabia Saudita como más de lo mismo, algo que sólo Donald Trump podría cambiar.

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A pesar de la decepción que ha generado Hassan Rouhani en buena parte del pueblo iraní  por no haber cumplido sus promesas de promover reformas civiles y mejorar la situación de los derechos humanos y las libertades individuales, y a pesar de sus limitados logros en materia económica, la gran mayoría definió su reelección. Ha quedado demostrado que Rouhani cuenta aún con un amplio apoyo público, especialmente entre quienes son considerados sus partidarios tradicionales, incluida la clase media urbana educada, jóvenes, mujeres y minorías étnico-lingüísticas.

El resultado de las elecciones demuestra también que el pueblo iraní no está dispuesto a conformarse con otras promesas populistas o consignas vacías sobre justicia social y la “economía de resistencia», sino que requiere soluciones prácticas a los problemas, sobre todo a la crisis de desempleo.

Al mismo tiempo, este resultado es un claro rechazo Raisi, el candidato conservador cuyas ideas obsoletas y su falta de carisma y experiencia política no lograron compensar los esfuerzos y el apoyo del establishment religioso y conservador. No cabe duda de que el controvertido pasado del candidato conservador en el poder judicial, especialmente como fiscal adjunto de Teherán durante las ejecuciones masivas de presos políticos en 1988, influyó y estuvo presente en la mente de los iraníes a la hora del sufragio.

La elección de Rohani anuncia la continuidad de la política actual de Irán, pero su influencia en la gestión del gobierno, especialmente de las relaciones exteriores, será más bien limitada. El presidente reelecto desea continuar con su política de apertura, aliviar tensiones y, especialmente, ampliar los lazos económicos de Irán con Occidente, ayudado en gran parte por su imagen de político práctico y moderado.

De todos modos, y como es sabido, desde el establecimiento de la República Islámica en 1979 el líder supremo conserva en sus manos la mayor parte del poder político, mientras que el presidente generalmente implementa políticas que él dicta.

La perspectiva regional

El hecho de que el poder real continúe en manos del líder supremo hace que, también para Israel, la elección de un presidente “moderado” en Irán no implique cambio alguno. Así lo señala uno de los más prestigiosos analistas en temas de seguridad, Ron Ben Ishai, esta reelección no es, necesariamente, una buena noticia para el gobierno en Jerusalem.

“En primer lugar, porque en asuntos relacionados directamente con la seguridad de Israel, el presidente iraní no es quien toma las decisiones. Cuestiones tales como el programa nuclear, la guerra en Siria, la ayuda al régimen de Assad y el apoyo a Hezbollah, son establecidas por el líder supremo político y religioso, Ali Khamenei. Es él quien ejerce el mando directo de la Guardia Revolucionaria, responsable de desarrollar no sólo las armas nucleares sino también de gestionar en forma indirecta la guerra en Siria y dar instrucciones a Hezbollah”, explica Ben Ishai. “Tanto la Guardia Revolucionaria como Ali Khamenei pertenecen a la facción conservadora de los ayatolás radicales, y el presidente Rohani a la transferencia de millones tanto a Hezbollah como a Hamás”, añade, y asegura que el líder supremo no permitirá ninguna interferencia en estos asuntos.

Para este experto israelí en Medio Oriente, el presidente Hassan Rouhani “es un hombre de marketing de imagen excepcional y puede bloquear los esfuerzos de Israel y Estados Unidos para detener el desarrollo de misiles balísticos de su país, en violación de las resoluciones de la ONU”. Según Ben Ishai, ello constituye un problema tanto para Israel como para los Países del Golfo, ya que,  el rostro amable de Rouhani serviría también para cubrir eventuales transgresiones al acuerdo nuclear que Irán firmó con las potencias occidentales y en caso de que el país decida continuar en secreto el desarrollo de su plan nuclear militar.

Desde el punto de vista de Arabia Saudita, el conocido y veterano periodista y columnista Abdulrahman al-Rashid, explicaba este fin de semana en Al Arabiya, que “Irán está gobernado por el líder supremo y la Guardia Revolucionaria y, por lo tanto, no importa quién gane la presidencia. Hay que recordar que, todo el despliegue militar iraní que se ve en la actualidad y las guerras iraníes sin precedentes en la región ocurrieron en la era del  «moderado»Rouhani y ante la mirada de la anterior administración estadounidense. Entonces, ¿dónde está la moderación presidencial en Teherán y cuál es el valor de los muchos compromisos que Washington hizo en ese momento?”

Para Al Rashid, el cambio radica en la Casa Blanca, ya que no se producirá en Irán.  “Creo que la actual administración estadounidense debe hacer que Irán se enfrente a una nueva realidad y que deje de difundir el caos y la violencia en la región y en el mundo. Debería informar a Irán que esto no sólo no será aceptado por Estados Unidos y Occidente, sino tampoco por los países de la región y los vecinos de Irán”, expresa el columnista.

Por último, Abdulrahman al-Rashid asegura que se debe “enviar un mensaje claro” a Teherán, porque, de lo contrario, “seguirá extendiendo la agitación en el mundo, creando crisis, apoyando a grupos terroristas y atacando a los aliados de Estados Unidos”. “Irán ha tomado a la región como rehén y ha chantajeado a Washington durante muchos años”, asegura el analista y advierte que, a cambio, no solamente “no detuvo sus actividades”, sino que “fue recompensado” con el cese de las sanciones económicas. Por tanto, el cambio radica en la actitud que tome el gobierno del presidente Donald Trump y no el nuevo presidente de Irán, aunque se haga llamar “moderado”.

Medio Oriente

Irán dispara misiles más avanzados a medida que Israel suaviza las restricciones

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Agencia AJN.- Los últimos lanzamientos de misiles iraníes no fueron inusual por la cantidad —alrededor de 30 misiles—, sino por el momento del día en que se produjo. Esta ofensiva fue una respuesta directa de la Guardia Revolucionaria al anuncio israelí de flexibilizar las directrices del Comando del Frente Interno, medida adoptada mientras Teherán se convertía en una ciudad fantasma, con centros comerciales desiertos y farmacias cerradas.

Los líderes iraníes comprenden que su imagen, especialmente en el plano interno, está en uno de sus puntos más bajos. No están dispuestos a permitir que el mundo vea a los israelíes paseando tranquilamente por centros comerciales mientras Teherán está paralizada. Esto coloca al gobierno israelí ante un dilema: por un lado, mantener directrices estrictas sería lo más seguro desde el punto de vista militar; por otro, endurecer las restricciones nuevamente —especialmente tras el ataque al Hospital Soroka— podría ser presentado por Irán como una victoria propagandística.

La Guardia Revolucionaria iraní anunció anoche el primer lanzamiento del misil balístico “Fatah 1”, presentado por Teherán hace dos años. A diferencia de los misiles convencionales, el Fatah 1 es un misil balístico de dos etapas, un diseño avanzado que utiliza un motor adicional que se activa en pleno vuelo, separando su cabeza de guerra y guiándola de forma más precisa al objetivo. Las estelas vistas en el cielo israelí confirmaron el uso de este nuevo tipo de misil. Si bien existen misiles aún más avanzados en el mundo, se trata de un salto tecnológico significativo por parte de Irán.

Todo esto ocurre mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece desplegar una “cortina de humo” respecto a sus intenciones a futuro, utilizando a Israel como un “proxy”. Tradicionalmente, Israel conocía el término proxy por su uso por parte de Irán a través de milicias como Hezbollah o las fuerzas chiitas en Siria. Ahora, es Estados Unidos quien aplica la lógica proxy, pero a escala estatal y con armamento de élite. Israel es quien recibe los misiles, mientras Washington conserva capacidades como la bomba antibúnker GBU-57, capaz de destruir instalaciones nucleares fortificadas como Fordow.

Trump, en su segundo y último mandato, piensa en su legado. Primero aspiraba a lograr una normalización rápida entre Israel y Arabia Saudita, pero la guerra alteró esos planes. Con los golpes que Israel está propinando al régimen iraní, Trump no tiene prisa. Israel desea que Estados Unidos se sume rápidamente al enfrentamiento, pero para el presidente estadounidense, cada día que pasa debilita más al régimen de los ayatolás, y prefiere asegurarse de que, cuando actúe, el golpe sea definitivo.

Cualquier acción estadounidense sobre instalaciones nucleares iraníes generará inevitablemente represalias directas contra objetivos de Estados Unidos. Mientras Israel enfrenta ataques desde una distancia considerable, las bases estadounidenses en Irak, Catar, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin están mucho más cerca del alcance de los misiles iraníes.

El resultado sería una escalada regional sin precedentes. Y aunque Jerusalem desea que parte de la presión iraní se desvíe hacia Estados Unidos, el riesgo de una guerra a gran escala en todo Oriente Medio es inminente si Washington decide intervenir directamente.

Fuente: Globes.

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Medio Oriente

Las autoridades sanitarias controladas por Hamás afirman que los ataques israelíes abatieron a 44 palestinos

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Agencia AJN.- El fuego israelí ha alcanzado hoy al menos a 44 palestinos en Gaza, muchos de los cuales intentaban conseguir alimentos, según informan las autoridades locales.

Al menos 25 personas que esperaban camiones de ayuda murieron por fuego israelí al sur de Netzarim, en el centro de la Franja de Gaza, según la autoridad sanitaria local dirigida por Hamás.

Las Fuerzas de Defensa de Israel afirman que sus tropas habían efectuado disparos de advertencia contra presuntos militantes que avanzaban en tropel hacia ellas.

A continuación, un avión israelí «atacó y eliminó a los sospechosos», afirma en un comunicado, en el que añade que tenía constancia de que otras personas habían resultado heridas en el incidente y que estaba llevando a cabo una revisión.

Por otra parte, médicos gazatíes dijeron que al menos otras 19 personas murieron en otros ataques militares israelíes en el enclave, entre ellas 12 personas en una casa de Deir Al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, lo que eleva el número total de víctimas mortales del viernes a al menos 44.

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