Las declaraciones del futuro presidente de la AMIA, Guillermo Borger, publicadas el sábado pasado en el diario Clarín y sustentadas en una visión del judaísmo diferente a la que tienen todos aquellos que no son "ortodoxos", motivaron infinidad de comentarios y reacciones.
Las palabras que más han molestado, por el tenor de las reacciones, son dos.
La primera cuando Borger dice que reforzará “el papel de la AMIA como representante de los judíos genuinos", y explica a continuación qué entiende por “judíos genuinos”: "Es tener una vida basada en todo lo que dictamina la Torá, nuestro libro sagrado. Es un concepto que siempre tuvo la AMIA, pero desde ahora haremos más hincapié para que siempre sea así".
"Genuino", el adjetivo utilizado por Borger para calificar su visión del judaísmo es definido de la siguiente manera por el Diccionario de la Real Academia Española: (Del latín. genuinus). 1. adj. Auténtico, legítimo. Interés genuino. Versión genuina. 2. adj. Propio o característico. Producto genuino de una época (versión digital (www.rae.es) de la 22ª edición).
La segunda cuando no acepta que a escuelas judías se las considere laicas: "Es una paradoja que se llamen judías si no son observantes de la religión", dijo.
Para Luis Grynwald, y seguramente muchos miembros más de la comunidad judía de la Argentina, sean o no socios de la AMIA, estos conceptos han sido desafortunados y discriminatorios, mientras que para aquellos que observan las disposiciones del Shuljan Aruj, el código legal tradicional del judaísmo, se ajustan a la forma tradicional de vida judía.
Para Julio Schlosser, a quien la Asamblea Electoral de la AMIA eligió como secretario general de la institución, las declaraciones de Borger lo llevan a replantearse si debe asumir ese cargo o no.
Schlosser no es un dirigente improvisado, todo lo contrario pues a sus tres años como secretario de Actas de la AMIA en la conducción que culmina el jueves y el año y medio como vicepresidente tercero de la DAIA, le anteceden seis años como presidente de la comunidad conservadora Bnei Tikva y muchos años previos como dirigente institucional de la corriente religiosa Masortí.
Es decir que Schlosser es un hombre conocedor de nuestra comunidad y que por lo tanto sabe cual es el pensamiento de la corriente religiosa ortodoxa y está al tanto de las diferencias que existen entre ambas formas de entender el judaísmo.
Si a él los conceptos de Borger le molestaron cuanto más lo habrán hecho a los judíos ‘no ortodoxos’ que no tienen su experiencia comunitaria.
Pero por otra parte, ¿hubiera sido preferible que Borger en lugar de decir lo que dijo, utilizara eufemismos para referirse a estos temas?, y de esa manera se evitara las críticas que ocasionaron sus declaraciones, cuando él cree lo que dijo.
Por otra parte ¿quién es un judío genuino, un judío auténtico, un judío legítimo? De acuerdo a lo que estudié en el Shuljan Aruj, hace ya muchos años, el hijo de madre judía o la persona no judía que se convierte al judaísmo de acuerdo a las normas legales judaicas.
Personalmente no me agradó la utilización del adjetivo genuino realizada por Borger, pues me considero un judío auténtico, legítimo, aunque acepto que él pueda opinar distinto.
Pero también "no me agrada" que Schlosser se replantee si debe asumir o no como secretario general de la AMIA, o mejor dicho que llegue a decidir no asumir pues de esa manera dejaría de representar, desde uno de los cargos más relevantes de la institución, a quienes no opinan como Borger, que son mayoría en la comunidad.
EACh-GT