El supuesto manifiesto del tirador detrás del ataque de la sinagoga de Jabad en Poway incluye la condena al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La carta fue publicada en el sitio americano 8chan. “Ese sionista, amante de los judíos, anti blanco, traidor”, escribió John Earnest. De manera similar, el tirador del ataque a la sinagoga de Pittsburgh, Robert Bowers, escribió en el sitio del ala derecha Gab que se oponía a Trump, que, según él, estaba rodeado de judíos. “Trump es un globalista, no un nacionalista”. Además agregó que los judíos eran una “infestación” de la Casa Blanca.

El vínculo antisemita entre ambos ataques es claro. Ambos expresaron odiar a los judíos y los acusaron de destruir o invadir Estados Unidos. Bowers acusó a los judíos y a grupos judíos, como la organización proteccionista de refugiados no partidistas HIAS, de ser una “caravana migrante”, a quienes llamó “invasores”. El atacante de Poway se preguntó: “¿Vale la pena vivir una vida cómoda con el costo de que el judaísmo internacional selle el destino de mi raza?”

Ambos hombres dijeron ser cristianos. Pero en su cosmovisión angosta y racista, ser cristiano era ser un nacionalista blanco, y los blancos eran los verdaderos “elegidos”. De manera similar, el manifiesto de Poway culpa a los judíos por distribuir pornografía, por su “enorme rol en cada intercambio de esclavos”, por “promover la mezcla de razas” y perseguir a los cristianos. Bowers habló sobre una “oligarquía judía internacional”, mientras que Earnest escribió sobre el “judaísmo internacional”.

Detrás de sus ideologías se encuentra un odio por Trump, que ambos creen que se ha convertido en un “globalista”. Parece en ambos casos que necesitaban señalar esto, como si estuviesen obligados a diferenciarse de Trump y mostrar su versión de racismo separada de cualquier asociación con Trump. Esto puede ser debido al hecho de que el presidente estuviese acusado de potenciar un aumento del “nacionalismo blanco” cuando se postulaba para presidente, y estos extremistas querían destacar que ya no se sentían conectados con Trump.

Hubo un aumento de ataques antisemitas durante la campaña y después. Sin embargo, ha habido un alejamiento en este movimiento extremista de cualquier apoyo hacia Trump debido al hecho de que creen que es parte de una conspiración “globalista” y pro Israel. Un perpetrador dijo que Trump era un “amante de los judíos” y el otro que los judíos estaban “infectando” la administración. Esto parece ser un ataque al apoyo de Trump hacia Israel y los miembros judíos de su familia, particularmente Jared Kushner e Ivanka Trump.

Además de las conexiones entre los dos ataques a las sinagogas, hay un creciente odio hacia Trump que proviene de la extrema derecha debido a la creencia de que ha sido “Kushnereado” por, según las redes sociales, “judíos subversivos y anti nacionalistas”. De manera similar, cuando se buscan otros ataques contra Kushner, se descubren conspiraciones sobre que él está atado al “judío globalista George Soros”. Una mujer, que respondió a la reciente controversia de la caricatura publicada por el New York Times, escribió: “Trump es controlado por Israel y Jared Kusher, los judíos controlan los medios”.

Muchos ataques contra Kusher, de parte de quienes parecen ser miembros de la extrema derecha, lo insultan y dicen que debería ser eliminado de la Casa Blanca. Un usuario, por ejemplo, escribió: “Sáquenlo de Washington”. Otro dijo que está detrás de conspiraciones para permitir que migrantes sin documentos se queden en Estados Unidos. No sorprende que grupos de redes sociales como Twitter hayan eliminado la mayoría de los contenidos ofensivos. En un sitio web llamado Infostormer, se encontró un título que dice: “Trump elogia al judío subversivo Jared Kushner”.

Parte del enojo por la “traición” de Trump a los nacionalistas blancos, y su afirmación de que ahora la administración está “infestada” de judíos, proviene del período en el que Steve Bannon dejó el gobierno en agosto del 2017. Un título de abril de ese año destaca que manifestantes del ala derecha ya habían acusado a la administración de traicionar su causa. También eran comunes las opiniones anti Israel y anti sionistas, las cuales a veces se mezclaban con las visiones antisemitas del a la izquierda.

Cuando Trump reconoció a Jerusalem como la capital de Israel, una persona respondió preguntando si los nacionalistas blancos y la “Hermandad Aria” se sentía traicionada. Trump “prueba” que su administración es un “Gobierno Ocupado por Sionistas”, según escribió un hombre que tenía una foto de perfil con el logo de “América Primero” a mediados de abril. Trump también es acusado de ser una “marioneta” y de ser el “primer presidente de Israel”.

Lo que queda claro es que hay un vínculo entre el antisemitismo de la extrema derecha y las opiniones anti Trump, un vínculo que también es claro en la extrema izquierda. Tiende a unirse alrededor del odio no solo contra los judíos, pero también contra Israel y las creencias de que Estados Unidos está controlada por los judíos, que a su vez están acusados de controlar los bancos o los medios. Muestra cómo el antisemitismo puede convertir a cualquiera en un enemigo, una vez que esta se vincule con los judíos o el “globalismo”.

*Por SETH J. FRANTZMAN, Jerusalem Post