El presidente de Israel, Shimon Peres, calificó hoy de “tragedia” el enfrentamiento armado que se registra en Líbano entre militantes de la organización islámica Hezbollah, que pretenden tomar el control de la región musulmana de Beirut, con el Ejército.
Peres urgió a Líbano a “evitar una nueva guerra civil” –un conflicto bélico interno entre 1975 y 1990 provocó 150 mil muertos– pero aclaró que la disputa es parte de una “ruptura interna” que no tiene relación con Israel.
“No es una sorpresa. Sabíamos que Hezbollah iba a dividir el país y dejarlo al borde de una guerra civil”, dijo Peres, según reprodujo la prensa israelí.
Los combates comenzaron en Beirut durante la tarde del jueves, luego de que el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, acusó al gobierno pro-occidental de Líbano de declarar la guerra al movimiento chiita.
El enfrentamiento, que provocó 11 muertos y 30 heridos, se inició cuando hombres armados de la organización islámica tomaron el control de algunos barrios sunnitas que expresaron su lealtad al gobierno, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos.
El poder de Hezbollah quedó demostrado hoy cuando sus militantes sacaron del aire a la estación de televisión afiliada al líder de la mayoría parlamentaria, Saad Hariri; hombres armados también ocuparon las oficinas del periódico del partido, Al-Mustaqbal.
El líder de la mayoría antisiria, en cuya residencia impactó un misil que no causó víctimas, dio un mensaje televisado en el que pidió a Hezbollah retirar sus armas y “salvar a Líbano del infierno”.
En tanto, Egipto y Arabia Saudita llamaron a los ministros de Exteriores árabes a reunirse de modo urgente a discutir la escalada en la crisis de Líbano.
El presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmoud Abbas, exhortó a los 400 mil refugiados palestinos que viven en Líbano a mantenerse fuera del actual conflicto entre el gobierno pro-occidental y la oposición, apoyada por Siria y por Irán.
Abbas cuestionó los intentos de arrastrar a los palestinos a las continuas peleas entre Hezbollah y las fuerzas leales al gobierno.
El mandatario dijo a los periodistas en Ramallah que sigue "con preocupación" los acontecimientos “por la unidad y seguridad de Líbano, y queremos las mejores relaciones con todas sus facciones", indicó.
"Somos huéspedes temporarios allí hasta que podamos volver a Palestina, y hasta ese momento, y por dolorosas experiencias previas, debemos permanecer neutrales y respetar las instituciones y leyes oficiales libanesas", afirmó.
Siria y Qatar dijeron que la crisis en Líbano es un "asunto interno".
El 12 de julio de 2006, Hezbollah violó la soberanía de Israel con una operación en el norte del país, en la que raptó a los soldados Ehud Goldwasser y Eldad Regev, que continúan en cautiverio.
Israel respondió al ataque y se inició una guerra que duró más de un mes hasta que el 14 de agosto entro en vigencia la resolución de la 1.701 de la ONU que estableció un alto al fuego en la región.
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