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El cirujano argentino que salva vidas en la frontera sirio-israelí

Agencia AJN.- Alejandro Roisentul, odontólogo y cirujano maxilofacial, contó cómo es trabajar en el hospital de Safed, en el norte de Israel.

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Agencia AJN.- Alejandro Roisentul es odontólogo y cirujano maxilofacial. Nació en Buenos Aires, estudió en la Universidad de Buenos Aires y emigró a Israel en 1989, cuando tenía 24 años. Es el director de la Unidad de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Ziv, en Safed, al norte de Israel, cerca de los Altos del Golán, de Líbano y de Siria, adonde atiende a heridos de guerra. Esta semana vino de visita a la Argentina para participar del Congreso Internacional de la Asociación Latinoamericana de Cirugía y Traumatología Maxilofacial y para recibir varios reconocimientos: la Legislatura porteña lo nombró «persona destacada en los derechos humanos» y la AMIA distinguió «su gran tarea humanitaria».

Roisentul se definió como un «ciudadano del mundo», dijo que es «muy emocionante» que hayan reconocido su trabajo y dio detalles de cómo es tratar a pacientes que llegan de Siria, donde la guerra y el horror parecen no tener límites y donde han muerto cientos de miles de personas desde 2011.

-¿Cómo es trabajar en una zona de conflicto, tan cerca de una frontera conflictiva?

-Estoy en un hospital que está muy, muy cerca de la frontera, a 10 kilómetros de la frontera con Líbano y a 40 kilómetros de la frontera con Siria. Sabemos cuándo y cómo empieza un día y no sabemos cuándo ni cómo va a terminar. Puedo empezar un día «tranquilo» y terminar en la sala de cirugía con heridos graves que vienen de Siria. Es bastante tenso. A veces, cuando alguien me dice: «Hoy está muy tranquilo», yo digo: «No, no digas eso». Como cirujano nunca sabés cómo va a seguir.

-¿Es habitual que atienda pacientes sirios?

-El Hospital Ziv, de Safed, atiende a unos 250.000 habitantes de la zona, una población grande que incluye judíos, musulmanes, cristianos y drusos. Y eso se ve reflejado también en el equipo médico, que también es diverso. Hay una coexistencia muy linda. De repente, en febrero de 2013, llegaron siete sirios a la sala de Traumatología. Cuando estábamos yendo hacia la sala con un colega colombiano nos preguntábamos: «¿Quiénes serán?». Sabíamos que la frontera estaba herméticamente cerrada. Llegamos a la sala y había heridos graves, de bala, con esquirlas, chicos, gente joven. Los atendimos y ahí vi por primera vez heridas de balas de gran calibre, de [fusil] Kalashnikov.

Ese día capaz pensamos que sería algo de una sola vez, pero rápidamente llegaron otros cuatro, otros cinco, y así. El Hospital Ziv fue el primero que recibió a pacientes sirios. En cuatro años vinieron más de 4000 sirios a [hospitales y centros médicos de] Israel. Hoy son parte del día a día del hospital.

-¿Sabe cómo llegan los pacientes sirios al hospital?

-Bueno, no estamos involucrados en cómo llegan, pero sabemos que vienen a la frontera, piden ayuda, hay equipos del Ejército de Defensa de Israel y paramédicos y los trasladan en ambulancias. Al principio se hizo un hospital de campaña, a cargo de un coronel druso, pero hoy en día directamente los traen al hospital, que está muy cerca, a 40 minutos. No tienen pasaporte, visa, vienen sin documentos.

No sabemos exactamente adónde se van [cuando reciben el alta], pero hablando con ellos generalmente nos cuentan que quieren volver, que tienen familia y quieren volver al lugar donde estaban. A veces se les pueda dar el alta después de dos o tres semanas, aunque hay heridos que están hasta seis meses, con heridas muy graves.

-¿Cómo se comunica con los pacientes que no hablan su idioma?

-Hay cosas que no hace falta hablarlas. El agradecimiento, el cariño y la amistad se transmiten con una mirada. [Hay pacientes sirios que] cuando llegan tiene una mirada de miedo, pero uno ve a través de los días, las semanas, cómo esa mirada es de agradecimiento, de amistad, y ahí de repente se animan a darme la mano, un abrazo. Es la esperanza de que las cosas van a cambiar, de que el mundo va a cambiar.

¿Quién cubre los costos de las internaciones, cirugías, tratamientos, etc.?

-El Estado de Israel. También hay donaciones privadas. Cuesta mucho dinero, reciben atención de altísima calidad, mucha dedicación. Si un paciente viene con una fractura de pierna, se podría amputar. Nosotros hacemos lo máximo que podemos para no [amputar], nos encargamos de que ese paciente vuelva a pie a su casa. Hubo un caso de un chico de 10 años que perdió las piernas en el campo de batalla [en Siria] y vino acá y se consiguieron donantes privados y prótesis de piernas completas. Y se fue de pie.

-¿Hay algún paciente que recuerde especialmente?

-Sí, un chico que se llama Ahmed. Tenía 11 años y llegó a la frontera solo y lo trajeron al hospital. Yo me había dado cuenta de que estaba sin papá, sin mamá, y pregunté: «¿Qué hace este chico solo?». Estaba ciego, había perdido una mano, la otra mano estaba muy mal, había perdido una pierna. Ese chico estaba mutilado y yo pensé en el mundo, el mundo que está ciego, que no quiere ver, que no tiene manos para estrechar al amigo, al necesitado; que no tiene reacción contra la violencia.

-¿Hay algo de su vida en la Argentina a lo que recurra en el trabajo en el hospital?

-Sí. Creo que cuando uno sirve a la comunidad se sirve a sí mismo, en un sentido espiritual. Y eso lo mamé en la Argentina.

En el hospital había varios [profesionales] argentinos en el pasado, muchos médicos que ya se jubilaron. [Ahora] hay otro argentino, un brasileño, un colombiano. Pienso que el espíritu latino trae [lleva] a Israel algo muy lindo, muy cálido, de mucho amor, mucha energía, mucha alegría, mucho amor. Dije «amor» dos veces, tal vez es por algo.

Cuando uno se va a otro país trata de asimilarse, trata de adaptarse a las costumbres locales, quiere ser como todos. En un momento pensé que tenía que conservar ese «latinoamericanismo» que tenía, que es tan lindo. El espíritu argentino está muy integrado en la sociedad israelí.

-¿Alguna vez sintió que estaba en riesgo o temió por su vida?

-Estamos en riesgo todos los días. Es muy peligroso vivir. Uno nunca sabe qué va a pasar. Creo que me da más miedo salir a la calle que entrar al hospital. Cuando uno tiene una misión en la vida y está en el lugar adecuado, es el lugar donde uno está más seguro.

Fuente: La Nación

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Una tendencia preocupante: Rusia basa su presencia militar cerca de Israel

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Agencia AJN.- Rusia continúa estableciendo su presencia militar en el sur de Siria, cerca de la frontera con Israel, informó este domingo la emisora pública israelí (KAN).

En los últimos días, medios de comunicación vinculados al régimen de Assad publicaron imágenes de patrullas de la policía militar rusa y de una nueva posición en el sur de Siria del ejército sirio y del ruso, a pocos kilómetros de la frontera con Israel.

Esta posición se suma a varias otras que los rusos colocaron en la frontera administrativa entre Deraa y Kunitra, cerca de los Altos del Golán.

Esto también se suma a las recientes incursiones de aviones rusos registradas en los cielos del sur de Siria, cerca de la frontera con Israel.

Según una fuente de la oposición siria que habló con KAN, este establecimiento ruso llega después de meses de ausencia total.

Esto no supone ser buenas noticias para Israel, a la luz de que Rusia exhibió su apoyo a Hamás en la guerra de Gaza y de su acercamiento con Irán a la sombra de la cooperación entre las partes en la guerra de Ucrania.

Además, la fuente de la oposición aseguró que Rusia nada hace para frenar el asentamiento militar iraní en Siria.

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Encuesta revela que en Sudáfrica «el 25% cree que las víctimas de la violencia sexual en ataque de Hamás contra Israel se lo buscaron»

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2024-02-24t094058z_80299371_rc2x86avbte0_rtrmadp_3_safrica-election-anc

Agencia AJN.- Una encuesta realizada en África del Sur que trata sobre el ataque de Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre revela que alrededor del 25% cree que las víctimas de violencia sexual «se lo buscaron» debido al trato que Israel da a los palestinos. Así consignó la emisora pública israelí (KAN).

El 40% de los encuestados creen que los reportes de las atrocidades cometidas por Hamás son propaganda israelí u occidental.

La encuesta abarcó un universo de estudio compuesto por 800 ciudadanos de África del Sur, que representa el total de la población adulta. Las cifras se dan en el contexto de que ese país demandó a Israel en la Corte Penal Internacional de Justicia de La Haya exigiendo investigar al Estado hebreo por «crímenes en Gaza» y lo que definen como «genocidio».

Este miércoles África del Sur exigió una vez más que se tomen medidas contra Israel ante la amenaza de una hambruna total en Gaza.

El centro de la encuesta, que fue realizada a mediados de febrero, son los crímenes sexuales cometidos por Hamás el 7 de octubre. Una clara mayoría representada por el 79% de las respuestas, calificó las acciones del movimiento palestino como «acciones terroristas injustificadas» cuando se les presentó detalles generalizados del ataque.

Es decir, el 21% cree que los actos de Hamás están justificados o no presentaban una opinión al respecto.

Además, del sondeo se desprende que el 70% de los participantes creen que hay que llevar a la justicia a los responsables del ataque de Hamás. El 54% opinaron que el Gobierno de África del Sur debe presionar en este sentido.

La encuesta fue publicada por una organización de mujeres que fue creada con el objetivo de revelar los motivos de silencio y negacionismo de los hechos del 7 de octubre.

Este viernes en Johannesburg se celebrará una marcha para concientizar por los crímenes sexuales cometidos por Hamás y contra el silenciamiento y negacionismo.

Al evento asistirá la vice directora del lobby para la lucha contra la violencia sexual en Israel.

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