La reciente firma de un tratado de libre comercio entre el Mercosur e Israel abre una oportunidad para los exportadores argentinos de “incrementar sus ventas, ahora limitadas por la desventaja representada por los compromisos israelíes con otras naciones”, señala uno de los editoriales publicados este sábado por el diario La Nación de Buenos Aires.

El acuerdo suscrito el mes pasado en Montevideo “tiene un significado particular por cuanto representa el primer y único de esta naturaleza” que el bloque formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay alcanza “por fuera de América del Sur”, destaca.

Al mismo tiempo, el artículo advierte que el hecho de que desde la creación del Mercosur, en 1991, no se hubiera podido salir de la región para entablar relaciones bilaterales de libre comercio indica “la escasa propensión de sus integrantes, particularmente de Argentina y Brasil, para abrir sus fronteras al comercio internacional”.

“El acuerdo con Israel es pequeño, dada la magnitud de la nación asiática que tiene sólo 7 millones de habitantes, aunque con un ingreso per cápita que suma 27.000 dólares, propio de naciones desarrolladas, cuatro veces más alto que el promedio de las naciones del Mercosur”, indica La Nación.
Además, sostiene que Israel posee “una composición productiva bien diferente” de la de Argentina, conformada por bienes industriales muy competitivos y, en cambio, una economía agrícola limitada.

“La liberalización mutua tendrá plazos desde el ingreso inmediato, libre de aranceles, hasta cronologías de cuatro, ocho y diez años, al cabo de las cuales imperará el libre comercio, con algunas excepciones basadas en cuotas. Se espera entonces que se logre aumentar el anémico comercio bilateral, que para Argentina representó en 2007 ventas por valor de 170 millones de dólares e importaciones por aproximadamente la mitad”, añade.

Según el editorial, para ello han tenido marcada influencia los acuerdos bilaterales de Israel, principalmente con la Unión Europea y con Estados Unidos, que representan los dos tercios de su relación comercial con el mundo.
“Si el acuerdo con Israel implicara una decisión de salir al mundo en busca de más y mejores negocios se trataría de una buena noticia. Ocurre que el mundo registra cientos de acuerdos bilaterales que van reduciendo aranceles entre sus acordantes, otorgándose así mutuas preferencias comerciales en desmedro de nuestra competitividad”, puntualiza.
HDB