Efemérides
Efemérides. Un día como hoy: Israelíes y palestinos firman los acuerdos de Oslo II
Agencia AJN.- El 28 de septiembre de 1995 israelíes y palestinos firmaron los Acuerdos de Oslo II (Acuerdo interino Israelí-palestino sobre Cisjordania y la Franja de Gaza) en Washington, Estados Unidos. Este constó de 31 artículos, 7 anexos y 8 mapas.
Entre las disposiciones más importantes destacan las referidas al calendario para lograr un acuerdo definitivo, a las instituciones palestinas (Consejo y Jefe de la Autoridad Palestina) y a la división de Cisjordania en tres zonas de soberanía distintas.
Entre sus puntos destacados se encuentran:
– El establecimiento de un acuerdo palestino y de un jefe de la Autoridad Palestina autónoma interina, que serán elegidos por un periodo transitorio que no puede exceder en cinco años a contar desde la firma del Acuerdo sobre la Franja de Gaza y la región de Jericó (el Acuerdo de El Cairo de 4 de mayo de 1994), periodo en el que se concluirá un acuerdo definitivo basado en las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad.
– El Consejo y el jefe de la Autoridad ejecutiva del consejo serán elegidos directamente por el pueblo palestino de Cisjordania, de Jerusalem y de la Franja de Gaza. Además serán elegidos por un periodo de transición que no excederá de cinco años a contar desde la firma del Acuerdo Gaza-Jericó el 4 de mayo de 1994.
– El Consejo no tendrá ni poder, ni responsabilidad en materia de relaciones exteriores. Sin embargo, la Organización para la Liberación de Palestina, la OLP, podrá firmar acuerdos con Estados u organismos internacionales en nombre del consejo sólo y exclusivamente en los casos siguientes: acuerdos económicos, acuerdos con países donantes para financiar la puesta en marcha de las actividades del consejo, acuerdos destinados a realizar los planes de desarrollo regionales y acuerdos culturales, científicos y de educación.
– El ejército de Israel se replegará según la división en zonas de Cisjordania, sin incluir Jerusalem, prevista en el acuerdo. La Zona A queda totalmente bajo el control de la Autoridad Palestina y comprende Jericó y todas las ciudades palestinas importantes (Jenine, Nablús, Tulkarem, Kalkilya, Ramallah, Belén y Hebrón). En la Zona B, que incluye una docena de regiones rurales y todas las pequeñas localidades de población palestina, la Autoridad Palestina ejerce de poderes civiles (ayuntamientos), pero la seguridad corresponde al ejército de Israel. La Zona C queda totalmente bajo el control de Israel y engloba la mayoría de las colonias judías y comprende más de la mitad de Cisjordania.
– Israel liberará o remitirá a la parte palestina los detenidos y prisioneros palestinos que habitan en Cisjordania o en la Franja de Gaza.
– La OLP se compromete a que, en los dos meses siguientes a la fecha de constitución del Consejo, el Consejo Nacional Palestino se reúna y apruebe formalmente los cambios necesarios concernientes a la Carta Palestina (que hace referencia a la destrucción del Estado de Israel).
De Eduardo Chernisky para Agencia AJN.-
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Efemérides. Un día como hoy: Fallece Shimon Peres
Agencia AJN.- El 28 de septiembre de 2016 falleció Shimon Peres, ex presidente de Israel y Premio Nobel de la Paz.
Shimon Peres nació el 2 de agosto de 1923 en Bielorrusia en e inmigró a Palestina con su familia a los once años. Creció en Tel Aviv, asistió a la escuela secundaria agrícola de Ben Shemen y vivió varios años en los kibutz Gueva y Alumot, del cual fue uno de los fundadores y en 1943, electo secretario del movimiento juvenil sionista laborista.
Desde muy joven estuvo íntimamente asociado con el desarrollo de la capacidad defensiva de Eretz Israel, la tierra de Israel pues a fines de la década del cuarenta se enroló en la Haganá.
Durante y después de la Guerra de Independencia sirvió como jefe de los servicios navales, posteriormente encabezó la delegación del Ministerio de Defensa a Estados Unidos. En 1952 ingresó al Ministerio de Defensa y un año más tarde – a los 29 años de edad – fue nombrado director general del mismo, cargo que mantuvo hasta 1959 cuando fue electo miembro de la Knesset, ejerciendo además hasta 1965 como vice ministro de Defensa.
Entre sus logros se contaron el establecimiento de las industrias militares, la industria aeronáutica y la promoción de las relaciones estratégicas con Francia – una «relación especial» que culminó con la cooperación estratégica durante la Campaña del Sinaí de 1956, que él planificó. Asimismo, fue responsable del programa nuclear de Israel.
También se distinguió como figura política en el campo interno. En 1965 abandonó el partido de gobierno Mapai junto con Ben Gurión y pasó a ser secretario general de Rafi; tres años más tarde, fue clave en la reunificación de estas facciones laboristas. En 1969 Peres fue nombrado ministro de Absorción de la Inmigración; de 1970 a 1974 ejerció como ministro de Transportes y Comunicaciones, y durante 1974 fue ministro de Información.
Durante tres años después de la Guerra de Yom Kipur, Peres jugó nuevamente un papel central en la seguridad de Israel como ministro de Defensa. Revitalizó y fortaleció las FDI y desempeñó una importante función en las negociaciones de separación de fuerzas que condujeron al Acuerdo Interino con Egipto de 1975. Estuvo detrás de la operación de rescate en Entebbe y fue el autor del concepto de la «Cerca Buena», promoviendo una relación positiva con los habitantes del sur del Líbano.
Peres ejerció brevemente como primer ministro interino después de la renuncia del Rabín en 1977. Luego de la derrota del Laborismo en las elecciones generales de ese año – después de treinta años de hegemonía política – Peres fue electo presidente del partido, cargo que mantuvo hasta 1992. Durante este período fue designado además vicepresidente de la Internacional Socialista.
Peres sirvió dos períodos no consecutivos como primer ministro. Su primer período fue de 1984 a 1986 en el gobierno de unidad nacional, basado en un acuerdo de rotación con el líder del Likud Itzjak Shamir. De 1986 a 1988 ejerció como vice primer ministro y ministro de Relaciones Exteriores, y de noviembre de 1988 hasta la disolución del gobierno de unidad nacional en 1990 – como Vice Primer Ministro y ministro de Finanzas. Centró sus energías en la deficiente economía y en la compleja situación a raíz de la guerra en el Líbano de 1982. Logró obtener el apoyo de la Histadrut para las difíciles medidas necesarias para reducir la tasa anual de inflación de 400% a 16%. Peres fue la persona clave además en la retirada de las tropas del Líbano y el establecimiento de una estrecha zona de seguridad en el sur de ese país.
Al regresar el partido Laborista al poder, después de las elecciones de 1992, Peres ocupó nuevamente el Ministerio de Relaciones Exteriores. Inició y condujo las negociaciones que llevaron a la firma de la Declaración de Principios con la OLP en septiembre de 1993 – que le adjudicó el Premio Nobel de la Paz 1994 junto con Rabín y Arafat. Negociaciones adicionales con los palestinos llevaron a una retirada israelí de Gaza y de algunas áreas de Judea y Samaria y el establecimiento de una Autoridad Palestina limitada, de acuerdo a lo resuelto en el Acuerdo Interino. En octubre de 1994 se firmó el Tratado de Paz con Jordania. Peres luchó subsecuentemente para promover relaciones con otros países árabes en Noráfrica y el Golfo Pérsico – parte de su visión del «Nuevo Medio Oriente».
El segundo período de Shimon Peres como primer ministro fue a raíz del asesinato de Itzjak Rabín el 4 de noviembre de 1995. El partido Laborista eligió a Peres como sucesor de Rabín y la Knesset confirmó la decisión con un voto de confianza apoyado por los miembros de la coalición y la oposición.
Peres ejerció como primer ministro siete meses, hasta las elecciones generales realizadas en mayo de 1996. Durante este difícil período, Peres luchó por mantener el impulso en el proceso de paz, a pesar de una ola de atentados terroristas cometidos por suicidas palestinos contra civiles israelíes.
Peres siguió ejerciendo como presidente del partido Laborista un año después de la derrota del partido en las elecciones. En junio de 1997, el ex jefe del Estado Mayor y miembro de la Knesset por el Laborismo, Ehud Barak, fue electo presidente del Partido.
En octubre de 1997, Peres creó el Centro Peres de la Paz con el objeto de avanzar en emprendimientos conjuntos entre árabes e israelíes.
Peres sirvió como Ministro de Cooperación Regional de julio de 1999 hasta marzo de 2001, y de marzo de 2001 hasta octubre de 2002 como Ministro de Relaciones Exteriores, en el gobierno de unidad nacional de Ariel Sharon. Luego, renunció junto a todos los ministros del Partido Laborista.
Fue vice primer ministro de Ariel Sharon desde enero a noviembre de 2005, renunciando luego a su cargo, continuando como miembro de la Knesset.
Antes de las elecciones para la 17° Knesset, Peres abandonó el Partido Laborista para aliarse al recién fundado partido Kadima. Fue viceprimer ministro, ministro de Desarrollo para el Neguev y la Galilea desde mayo de 2006 hasta junio de 2007.
El 13 de julio de 2007, Peres fue elegido por la Knesset como el 9º Presidente de Israel, asumiendo ese cargo dos días después, convirtiéndose de esa manera en el primer ex Primer Ministro israelí en ocupar la presidencia del Estado de Israel. Al concluir su mandato, el 24 de julio del 2014, se retiró de la política activa, si bien continúo siendo un referente indiscutido del Estado de Israel, período que también utilizó para finalizar de escribir su autobiografía, semanas antes de su fallecimiento, que han sido publicadas póstumamente hace un par de días bajo el título “No Room for Small Dreams: Courage, Imagination and the Making of Modern Israel (Sin espacio para pequeños sueños: el coraje, la imaginación y la creación de Israel moderno)” en las que describe los principales momentos de su vida y su accionar político en el Estado de Israel.
Shimon Peres estuvo casado con Sonya Gelman z’l (1945–2011) con quien tuvo tres hijos, y al momento de fallecer era abuelo de ocho nietos y varios bisnietos.
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Efemérides: Un día como hoy: Asesinan a 11 israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich
Agencia AJN.- Veintisiete años después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial y con la indisimulada intención de cambiar la imagen tras los Juegos Olímpicos nazis de Berlín 1936, la República Federal Alemana fue designada para organizar otros, en Múnich, en 1972.
Los atletas de Éretz (la Tierra de) Israel se habían negado a ver de cerca a Adolf Hitler, pero por entonces era el Comité Olímpico de Israel el que llegaba a Alemania, con la carga connotativa y emocional que ello conllevaba, máxime porque varios de los atletas eran parientes de víctimas o sobrevivientes de la Shoá. Era casi una revancha y la prueba del fracaso de Hitler.
De hecho, el Parque Olímpico estaba a sólo 16 kilómetros del ex campo de concentración de Dachau, adonde la delegación se acercó antes del comienzo de los Juegos y dejó una ofrenda floral de manos de André Spitzer, quien días después sería asesinado en la misma tierra germana.
Como parte del cambio de imagen, el Comité Organizador dispuso un muy laxo operativo de seguridad, que incluía a atletas moviéndose sin identificación o saltando el cerco perimetral de la Villa Olímpica para caminar menos.
Todos celebraban esa atmósfera relajada, menos los israelíes. El jefe de misión, Shmuel Lalkin, les advirtió a las autoridades del peligro potencial que enfrentaba su delegación, mayormente alojada en un edifico alejado y cercano a un portón de acceso no muy custodiado, en Connollystraße 31.
En medio de ese clima relajado y festivo, los Juegos Olímpicos comenzaron el 26 de agosto.
El 4 de septiembre, los atletas israelíes disfrutaron de una noche libre viendo la obra de teatro “El violinista en el tejado”, protagonizada por el israelí Shmuel Rodensky.
A las 4.30 de la madrugada siguiente, ocho terroristas de Septiembre Negro (grupo allegado a Yasser Arafat, cuyo nombre remite a una matanza de refugiados palestinos por parte de Jordania) saltaron la verja de la Villa Olímpica vestidos como deportistas y portando bolsos que contenían rifles Kalashnikov AK-47 y pistolas Tokarev, ayudados por atletas engañados. Llevaban consigo llaves robadas que habrían de franquearles la entrada.
El árbitro de lucha Iosef Gutfreund fue alertado por el ruido proveniente de la puertas del departamento 1, que albergaba a los entrenadores y oficiales, y se acercó a revisar. Vio que la puerta se abría, y tras ella se asomaban enmascarados armados. Les gritó a sus compañeros y se tiró con sus 135 kilos contra la puerta, para evitar el ingreso de los invasores. Si bien su intento fue infructuoso, le permitió al técnico de pesas Tuvia Sokolovsky romper una ventana y escapar.
En cambio, su colega de lucha, Moshé Weinberg, enfrentó a los agresores, quienes le dispararon en la mejilla, lo redujeron y lo obligaron a llevarlo a las otras habitaciones. El técnico sabía que en el departamento 2 dormían un marchista, dos tiradores y dos esgrimistas, que eran incapaces de repeler el ataque, así que engañó a los terroristas y los llevó al 3, donde descansaban los forzudos pesistas y luchadores. La excusa fue que en esa habitación no había israelíes, ya que el edificio también era habitado por deportistas de Uruguay y Hong Kong.
Una vez allí tomaron a otros seis israelíes como rehenes y los condujeron al primer departamento. En el camino, Weinberg -aun herido- volvió a atacar a los agresores, noqueando a uno y cortando con un cuchillo a otro, antes de ser asesinado. El pesista Iosef Romano, veterano de la Guerra de los Seis Días, hirió a otro terrorista antes de que lo mataran. La trifulca fue aprovechada por el luchador Gad Tzobari para escapar por el estacionamiento subterráneo. Los atacantes ataron a los nueve rehenes restantes, acompañados por el cadáver de Romano como advertencia.
Mientras tanto, los atletas del departamento 2 escaparon junto a Lalkin y los dos médicos. Las dos mujeres del plantel estaban en otro sector de la Villa y los tres velistas vivían en Kiel.
Los terroristas eran fedayín del Líbano, Siria y Jordania y exigieron la liberación de 234 palestinos y no árabes presos en Israel y su traslado seguro a Egipto, así como la de los alemanes Baader y Meinhof, fundadores de la Fracción del Ejército Rojo. Para demostrar que hablaban en serio tiraron el cuerpo de Weinberg por la puerta principal.
La primera ministra israelí, Golda Meir, se rehusó a negociar y se contactó con las autoridades germanas para enviarles una fuerza especializada, lo cual fue rechazada por el canciller Willy Brandt y su ministro del Interior, Hans-Dietrich Genscher. Este quedó a cargo del comité de crisis, junto a su par bávaro, Bruno Merk, y el jefe de la policía muniquesa, Manfred Schreiber. Ninguno de ellos tenía experiencia en rescate de rehenes.
A pesar de que les ofrecieron grandes sumas de dinero, los terroristas se mantuvieron firmes. Hasta hubo mediadores egipcios: asesores de la Liga Árabe y un miembro del Comité Olímpico Internacional (COI). No lograron más que cinco prórrogas en los plazos fijados.
Mientras tanto, los Juegos se desarrollaban con normalidad, hasta que la presión sobre el COI hizo que se suspendieran, doce horas después del primer homicidio. En total estuvieron detenidos un día, si bien algunos atletas abandonaron la competencia, conmocionados y/o solidarios.
Un ingenuo operativo policial fue desplegado en la Villa, mientras las cámaras de televisión les transmitían sus movimientos a los captores, que amenazaron con matar a otros dos rehenes y lograron el repliegue de los efectivos.
Los negociadores pidieron verificar que los cautivos estaban aún con vida; sus interlocutores -a través de la ventana- fueron los entrenadores de tiro, Kehat Shorr, y de esgrima, Spitzer, quien hablaba un fluido alemán. Luego, Genscher y el alcalde de la Villa, Walter Tröger, ingresaron para conversar con ellos. Vieron que varios de los israelíes estaban golpeados y que el pesista David Berger tenía un balazo en el hombro izquierdo. A la salida, también informaron que los terroristas eran cuatro o cinco, un error que resultaría trágico.
A las 18, los atacantes exigieron ser trasladados a El Cairo. Los alemanes accedieron y a las 22.10, un autobús condujo a terroristas y rehenes hasta dos helicópteros que los trasladaron a la base Fürstenfeldbruck de la OTAN. Allí se concretaría la emboscada y el rescate.
Se eligió a cinco tiradores que estaban activos porque competían los fines de semana y se los desplegó en el aeropuerto: tres en el techo y dos en la pista, uno detrás de un camión y el otro, de una torre. El comité de crisis supervisaba todo desde la torre de control. Dos oficiales del Mossad -el jefe, Tzvi Zamir, y su asistente, Víctor Cohen- llegaron como observadores, a pesar de la voluntad de las autoridades.
Además había un avión Boeing 727, “tripulado” por cinco o seis policías alemanes armados y camuflados. Los líderes terroristas irían a revisar, y en ese momento serían reducidos. Simultáneamente, los tiradores dispararían sobre los otros dos o tres. A último momento, los policías desertaron y abandonaron el avión, sellando la suerte de los israelíes.
Los helicópteros aterrizaron a las 22.30 y bajaron los cuatro pilotos y seis de los captores. Los líderes fueron al avión, lo encontraron vacío y regresaron corriendo. Uno de los tiradores abrió fuego y el resto lo siguió, a las 23 hs.
Dos terroristas murieron y otros tantos fueron heridos mientras repelían los disparos, que mataron al agente Anton Fliegerbauer, que estaba en la torre de control y fue el único alemán caído en todo el operativo.
Los pilotos escaparon, pero los rehenes no pudieron hacerlo porque estaban atados. Los oficiales del Mossad tomaron un megáfono y les hablaron a los captores, que les dispararon.
Solo en ese momento los alemanes pidieron refuerzos con blindados, que recién llegaron a medianoche porque quedaron atascados en el tráfico: los caminos no habían sido despejados.
A las 0.04 del 6 de septiembre, uno de los terroristas giró hacia los rehenes del helicóptero D-HAQO y les disparó. Iaacov Springer (juez de pesas), Eliezer Halfin (luchador) y Zeev Friedman (pesista) fallecieron instantáneamente. Berger recibió dos tiros más en las piernas. Luego, el criminal lanzó una granada que estalló dentro de la aeronave, incendiándola. A pesar de ello, el pesista sobreviviente habría muerto asfixiado.
Los otros cinco rehenes (Gutfreund, Shorr, Slavin, Spitzer y Shapira) habrían sido ejecutados por uno de los captores dentro del helicóptero D-HADU, si bien la investigación preliminar indicó que cayeron por el fuego policial.
En el intercambio de disparos murieron dos atacantes y otros tres fueron capturados; dos de ellos, heridos. El último fue detenido en el estacionamiento, a la 1.30, gracias a perros especializados.
Las primeras informaciones dieron cuenta del rescate con vida de todos los rehenes y de que todos los terroristas habían sido abatidos. Recién cerca de las 3.30 se conoció la verdad.
Las groseras falencias del operativo también incluyeron: los francotiradores -que no eran tales y estaban mal equipados- no tenían sistema de radio para comunicarse con sus superiores ni entre sí, al punto que quedaron enfrentados y sólo de casualidad no se mataron entre ellos; muy tarde supieron que los captores eran bastante más de lo que se les había dicho; los helicópteros no habrían aterrizado como debían, ello explicaría por qué los tiradores en la pista quedaron desguarnecidos, incluso uno de ellos no habría disparado casi hasta el final, preocupado por protegerse de los disparos de propios y extraños; el comité de crisis tuvo más políticos que expertos; los policías que abandonaron el avión ni siquiera fueron sumariados, quizás a cambio de que no hablaran con la prensa.
Respecto de los Juegos, que por primera vez en la historia moderna se habían visto parcialmente interrumpidos, ese mismo 6 de septiembre se llevó a cabo un homenaje a los mártires en el Estadio Olímpico, ante la presencia de 3.000 atletas y 80.000 espectadores. El polémico presidente del COI, Avery Brundage, hizo una ínfima e insultante mención a los masacrados, comparando el caso con las disputas por la influencia del naciente profesionalismo o la prohibición de la participación de Rhodesia en los Juegos, al tiempo que exaltaba la fortaleza del movimiento olímpico. Los deudos estuvieron representados por la viuda de Spitzer y la madre y una prima de Weinberg. Esta última, Carmel Eliash, no soportó la situación y murió de un ataque cardíaco.
Durante la ceremonia las banderas fueron arriadas a media asta, pero diez países árabes exigieron que sus enseñas regresaran al tope del mástil. Así se hizo.
Willi Daume, presidente del comité organizador, quiso cancelar los Juegos, pero fue disuadido esa misma tarde por Brundage. La medida fue apoyada por Israel, más allá de que retiró a su delegación.
A partir de entonces, todos los deportistas judíos recibieron una custodia.
Algunos deportistas holandeses y noruegos abandonaron la competencia, al igual que las delegaciones egipcia (temía una represalia israelí del mismo tipo), argelina y filipina.
Los cinco terroristas abatidos fueron enterrados con honores en Libia y los tres detenidos fueron liberados en un intercambio de prisioneros tras el secuestro de un avión de Lufthansa, el 29 de octubre. Son muchas las sospechas sobre que un pacto entre Alemania y Septiembre Negro para evitar un juicio que ventilara todos los errores cometidos por los germanos.
Israel no dejó las cosas así.
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